Alice Cooper: Detroit Stories

Alice Cooper tiene claro que cada vez que hace algo es con todas las consecuencias, y si llevaba muchos, muchísimos años, queriendo demostrar su amor por Detroit, esa ciudad donde los contrastes quizá sean más palpables que en ninguna otra, ahora que dicho homenaje toma forma de disco, no comprender qué es lo que hace pueda ser la postura más cómoda. Hay que cruzar la delgada línea roja que separa el compromiso de la impostura para llegar al fondo de este disco

De este modo, ‘Detroit Stories’ se convierte en la moneda con la que Alice Cooper paga la supuesta deuda con su ciudad. Pero es mucho más, es el ejemplo perfecto que resume toda su carrera: el (innegable) desenfado, la (acertada) diversión, la (supuesta) falta de compromiso, la (infundada) ausencia de seriedad, la (incuestionable) contundencia de su propuesta y la (apabullante) facilidad para rodearse de artistas que potencien su propuesta (M. Bruce, D. Dunaway, N. Smith, W. Kramer, S. Hunter…). Pocos cantantes conservan a su edad una voz tan firme e inquebrantable como la de Mr. Furnier.

Honradez y savoir-faire

Comenzar con “Rock’N’Roll”, un cover, ya demuestra que nada de encontrarnos ante una lacrimosa declaración de amor y respeto, los guiños que despojan al tema de VU de sus referencias originales no quitan un ápice de calidad a este arranque. Un bofetón en toda la mejilla de esos que dejan los cinco dedos bien marcados y conservan su indeleble marca mucho tiempo, más por su calidad que por su fuerza o contundencia.

Quizá “Go Man Go” hubiese sido el tema de apertura más previsible para colocar al oyente ante la tesitura de adivinar por dónde iban a ir los tiros de este Detroit, su frescura, su garra y su jovialidad son admirables y agradables, no rendirse es absurdo, la actitud más idónea es dejarse llevar por la potente riada que surge de las guitarras, lo coros y la base rítmica de este tema que no tendrá problema en auparse como uno, o el only-one, de este disco.

Nuevo cambio de rumbo, otra versión, “Our Love Will Change The World” de Outrageous Cherry, un caramelo fresco, un balanceo empujado por un viento sur veraniego, apto para todos los oídos, un tema que, en la batidora de Alice Cooper, obliga a aprenderse la letra y cantarla allí donde empiece a sonar, a pleno pulmón y mejor a dúo, permitiendo, si hay capacidad de coordinación para ello, a bailarla mucho mejor que Joaquin Phoenix y sin necesidad de escalera míticas.

Otro tema nuevo y propio es “Social Debris” un flashback que hará las delicias de los fans de las propuestas más cañeras de Cooper, que puede que caiga en el olvido precisamente porque sus virtudes lo hacen tan mimético que tenga hermanos mayores que lo envíen a una segunda o tercera fila. Pero tiene un aroma maravilloso a historia y herencia, posee la virtud de la seducción y la conquista.

Cal y arena para una masa perfecta

Hay temas en este disco que funcionan mejor en la parte musical que en la lírica, y “$1000 High Heel Shoes” es un ejemplo práctico, su concepto deja bastante que desear, pero su sonido es de esos que obligan a sentirse capaz de moverse con una elegancia tal vez ajena a la mayoría de los oyentes, así y todo, los peros puede que para los más avezados no superen a sus virtudes.

Vale, ya está bien de tanto bamboleo de un lado a otro, y “Hail Mary” va a ser uno de esos temas que tenga su propia legión de fans que hagan air-guitar cada vez que lo escuchen y que es la puerta ideal para acceder a “Detroit City 2021”, el verdadero homenaje a su ciudad, por el que pasan los intocables de Iggy o Ted Nugent, la imprescindible Suzy, los totémicos MC5 y Bob Seger y algún otro no tan valorable o venerable, pero bueno, Alice puede hacer este tipo de guiños sin resultar absurdo. ¿El himno absoluto de este disco? Puede, lo que está claro es que el resumen perfecto.

No está este disco exento de temas que podrán pasar por “casi, casi prescindibles” no por su propia valía, sino por comparación con los demás que están en este disco, así tanto “Drunk And In Love” e “Independence Dave” no es que no lleguen al nivel de sus hermanos, sino que palidecen un tanto, pero siguen teniendo ese puntito que hará que muchos fans los valoren más que al resto. Se convierten en el complemento ideal para equilibrar la propuesta.

“I Hate You”, aquí hay tela que cortar, no solo en lo musical, que es un temazo de esos que se nota que están ejecutados por la guardia de corps de Alice Cooper, sino porque lo que escupe es demoledor, ¡alabado sea Glenn Buxton! un tipo que habría llenado ese absoluto hueco que le quedó a Alice, hubiese disfrutado en este disco y habría aportado mucha garra y personalidad. La que le podría hacer falta a temas como “Wonderful World” que pese a todos sus aspectos positivos se queda flotando a la deriva sin llegar a la orilla.

Acelerando hacia el final del camino

Defienden con mucha, muchísima soltura una versión de “Sister Anne” (MC5) convirtiéndola en una de las cotas del disco y que mantiene una fuerte continuidad con “Hanging On By A Thread (Don’t Give Up)” la parte más seria y oscura de este trabajo. Y de nuevo la parte más (en apariencia) festiva, porque “Shut Up And Rock” es mucho más que un guiño-guiño-codazo-codazo, es toda una demostración de actitud y vitalidad

El cierre se convierte en otro homenaje, esta vez a Bob Seger y su “East Side” el tema perfecto para cerrar el disco de forma que apetezca darle la vuelta al vinilo y volver a escucharlo para tratar de atrapar aquellos detalles que pudieron quedarse sin degustar en la primera escucha. ‘Detroit Stories’ viene a demostrar varias cosas: el amor de Cooper por Detroit, su capacidad para seguir al pie del cañón y sobre todo que pese a esa aura de falta de seriedad que muchos le cuelgan, es un ejemplo de cómo, a su edad y con su dilatadísima carrera, hay que hacer un disco del que no avergonzarse