Deserted Fear: Drowned By Humanity

Una de las formaciones de death metal más aclamadas en Alemania por detrás de Disbelief, Dew-Scented o Heaven Shall Burn regresan con 'Drowned By Humanity' aplicando delicados cambios en sus composiciones y sin causar expectación en el público.

Con ‘Kingdom Of Worms’ Deserted Fear ya se «ablandaron» un poco respecto a sus inicios más extremos y cercanos al death metal de la vieja escuela de los años ochenta y noventa. Lo que empezó con un flirteo con el death melódico ha derivado en una clara incorporación en el mismo. Este segundo LP publicado con Century Media y cuarto de su discografía no nos va a aportar más de lo que ya han hecho o hacen un montón de formaciones europeas que comparten sello con ellos o que militan en Nuclear Blast o Napalm Records.

‘Drowned By Humanity’ será posiblemente recordado entre algunos fanáticos incansables del metal extremo más melódico por unas cuantas canciones y seguramente caiga en el olvido casi en su totalidad. Por suerte, hay momentos que hacen que este álbum no nos duerma del todo y que nos dan fuerza para al menos terminar de escucharlo.

Entregados al melodeath

Como era de esperar, el disco empieza con una introducción de algo más de un minuto de corte ciertamente épico. Son gente de costumbres y vuelven a repetir la jugada de adentrarnos en sus discos de esta forma. «All Will Fall» aterriza con las típicas armonías y melodías del death metal en las guitarras y una voz potente que se balancea entre lo más añejo de este subgénero del metal.

Con «An Everlasting Dawn» nos vamos directos al sonido que se estableció en la Suecia de los años 90’s con At The Gates, In Flames o Arch Enemy. Hago mella en los últimos citados, porque tanto este corte como «The Final Chapter» y «Reflect The Storm» parecen sacados de un disco de los suecos actualmente liderados por Alissa White-Gluz. Demasiadas similitudes que no terminan de cuajar. ¿Dónde están los growls más graves y rabiosos de sus primeros discos?

Estabilidad con nulo impacto

Tras un medley de unos segundos titulado «Across The Open Sea» (además de las intros, también suelen tirar de interludios en sus álbumes) llegamos a «Welcome To Reality» sin sorpresas. Sí es cierto que a partir aquí hay un poco más de fuerza, pero la desgana y planeza persiste. «Stench Of Misery» no cambia la dirección ni un ápice a pesar de ser más densa y cruda y de tener un fragmento rápido de batería que nos hace creer que va a explotar por fin la tensión a la que nos someten Deserted Fear con tanta sosería.

«A Breathing Soul» puede llegar a destacar un poco, pero acabamos volviendo a lo mismo de antes y caemos ya en la pereza sin muchas ganas de terminar. Nada que decir tampoco con respecto a «Sins From The Past». El relleno de Deserted Fear llega a ser tan notable que es imposible dejarse atrapar. Lo único que perdurará en nuestros oídos durante unos minutos va a ser algún despunte vocal y melodías, sin ser una maravilla.

Un «sin más» tajante

‘Drowned By Humanity’ es cargante y difícil de escuchar, y no precisamente por ser complejo o técnico. A la quinta canción ya aburre y hasta se hace largo con poco más de 40 minutos de duración. No hay momentos de lucidez ni diversión que nos saquen de la rutina.

Las ganas de saltarse «Scars Of Wisdom» y terminar esta tortura son tan intensas que llegan a escocer, pero debemos de dar un repaso completo para expresar un veredicto lo más conciso posible. Y se lo damos. Y sigue sin aportar nada. «Die In Vain» tampoco es mucho más que unos buenos guturales. Tiene gracia, pero la mejor canción del disco es un tema regrabado y el último de todos, «Tear Of My Throne». Nos ofrece una pegada y ganas de las que carece el resto del LP, aunque siga sin librarlo de un merecido suspenso.

No queremos dar nada por sentado, pero probablemente este disco sea uno de los palos más gordos de este año en su terreno. Aburrido, falto de garra y monótono al que no damos una nota más baja por respeto hacia los músicos, su trabajo y la labor compositiva y de producción además de algún que otro momento pasable y un buen final.

Una pena que este bache haya sido tan grande. Esperemos que los alemanes se tomen su tiempo para el próximo trabajo de estudio, que den muchos conciertos (en directo no les ponemos ninguna pega -mientras toquen «Forging Delusions», claro-) y que mediten lo que realmente quieren hacer. El respeto hacia ellos permanecerá, pero si deciden acomodarse es indudable que van a perder oyentes. Me gustaría saber qué han visto algunos medios especializados para darles una nota sobresaliente.