Delalma: Delalma

‘Delalma’, primera entrega discográfica de la formación nacional homónima, constituye la carta de presentación del quinteto capitaneado por Ramón Lage junto a Manuel Seoane. El proyecto en cuestión supone el regreso en activo del frontman, tras un punto y seguido de diez años de duración en su carrera profesional.

El larga duración, confeccionado en base al beneplácito de Maldito Records y presentado, sin temor al verdugo, el pasado viernes 13 de enero de 2023, presenta doce cortes inéditos encargados de entender y transmitir sentimientos universales grabados a fuego en la memoria colectiva. Lage y su tripulación, con Manuel Ramil, Jesús Cámara y Dave Lande entre sus filas, firman con nombre propio una propuesta decidida a ser marca de la casa.

Saque de banda

Centrándonos en el marco compositivo, el epicentro creativo recae en Manuel Seoane, archiconocido por su trabajo junto a Mägo de Oz en materia de guitarrista, así como por la ejecución del proyecto de corte hard rock y glam metal materializado en Burning Kingdom, formación que llegó a colaborar con Danny Vaughn de Tyketto.

Por su parte, el proceso de grabación y producción recibió el beneplácito de Manuel Ramil, pieza crucial del proyecto quien, a cargo del piano y las teclas, supervisó la masterización del larga duración, acontecida en los estudios Ares de A Coruña, Tercera Planta. El material sonoro, de intachable calidad sonora y brillante dinámica, destaca por su labor arreglista, presentada con sumo acierto. En adición, el esqueleto rítmico, completado por Jesús Cámara de Death and Legacy al bajo y Dave Lande de Celtian a la batería, se presenta sólido y sin brechas, una piedra roseta de verdad intachable.

Moneda polifacética

El diamante de la aguja pulido y el surco rasgado. “Cárcel de Cristal”, primer adelanto de elepé, de ingredientes mixtos y producción pulida, resulta en un track que, sin faltar a su nombre, rasga el vidrio y lo reduce en pedazos. Lage, cuyas dotes interpretativas constituyen un referente en nuestro rock, refleja la pasión y entrega del directo a los tergiversados límites del estudio de grabación.

Con todo, la jurisprudencia determina un “Acto de Fe” como sentencia para los oyentes dictaminada por el martillo del teclado. Se levanta la sesión. Sin revisión penal posible, “Renegar de Ti” abandona el estrado y testifica directamente frente a la prensa con argumentos minimalistas que juegan entre sintetizadores.

El desgarro psicotrópico, materializado en “Mañana Vuelve a Oscurecer”, queda patente en una introducción cuya doble voz en bitcrush, cual eco desquiciado mecido entre candentes riffs, adereza la escena nacional en busca de un path sonoro de texturas inexploradas.

Con un trabajo impecable en materia de guitarra, el humo del incendio como indicio de “Ritual” deriva en “Y Aún Siento Estar Allí”, de ritmo sincopado y propósito firme. La oveja negra que descarrila al rebaño queda materializada en “Pido a Dios”, tema con reminiscencias jazzísticas y celtas de carácter mayormente instrumental que sirve de entreacto a “La Última Noche”, con un muro sonoro de vorada cirujana.

Acciones de riesgo. Caras de póker fácilmente deducibles. “Luz Ni Tiempo” constituye una ruleta rusa de doble filo, metal y groove de choque cristalino que combinan en una sección narrada que eriza la piel cual thriller gótico de época, escueto en palabras, pero denso en minutaje.

Finalmente, “El Mirlo”, vaticina la clausura del álbum, con inocencia infantil en coro armónico como símbolo de magia antigua y potencial no explotado. La celebración concluye con un requiem materializado en “Quédate” de reminiscencia nórdica y base nacional.