Deep Purple: Turning To Crime

Al contrario de lo que muchos de sus seguidores esperaban, ‘Whoosh!’ no ha sido el último lanzamiento de Deep Purple como banda activa. Es lo que tiene que una inesperada pandemia destroce todos los planes de tu presumible última gira.

Pero a lo largo de su extensa carrera, los británicos han vivido toda clase de reveses y que se cancelen todos sus conciertos durante muchos meses no ha sido suficiente motivo para su rendición, por lo que se han dedicado a grabar una serie de versiones que se recogen en este recién estrenado ‘Turning To Crime’. Algo que, por cierto, es la primera vez que hacen.

Un agradecido homenaje

De forma remota debido a las restricciones del maldito virus y convencidos por el productor Bob Ezrin, Ian Gillan, Roger Glover, Ian Paice, Don Airey y Steve Morse han ido grabado sus partes de las 12 canciones que componen este lanzamiento. Como no podía ser de otra manera, se han decantado por temas que les ha servido de inspiración, y a la más o menos esperada selección de canciones de los primeros Fleetwood Mac, Love, Little Feat, Cream, The Yardbirds o Johnny Horton entre otros, sus seguidores podrán disfrutar de unos Deep Purple en tonos swing, soul e incluso blues. Todo sin perder su más que identificativo sello de identidad. Porque si algo dejan claro es su amor y pasión por el rock and roll, sea cual sea su vertiente.

El inicio con la psicodélica «7 And 7 Is» de Love es todo un acierto y una declaración de intenciones, ya que todas las versiones tienen su toque personal. No dejan reservadas las sorpresas y se lanzan con «Rockin’ Pneumonia And The Boogie Woogie Flu» -original de Huey “Piano” Smith, pero llevada a la mayoría del público por Johnny Rivers- con un tiento y disfrute auditivo a la altura. Si Grateful Dead o Aerosmith ya la habían versionado, Deep Purple no iba a ser menos. Con estas dos primeras entregas dan buena muestra de que ‘Turning To Crime’ es un disco para sentarse y disfrutar de un viaje musical que recoge los inicios del rock.

Ignorando lo predecible

No han necesitado Deep Purple buscar hits de leyendas como The Beatles, The Who o The Rolling Stones por decir algunos ejemplos. Para leyendas, ellos. Así que el hard rock del que son creadores lo retroalimentan en las grandes versiones de «Watching the River Flow» de Bob Dylan o «Shapes Of Things» de The Yardbirds. En dicho saco se podría incluir a «Oh Well» de Fleetwood Mac y «White Room» de Cream (de las mejores de todo el álbum). Se podría decir que son las canciones que con toda seguridad son referentes de todos los componentes del grupo británico y las que más gustarán a los seguidores de su vertiente más dura.

Pero como ya se adelantaba, no han tomado el camino más fácil y aprovechan su primer lanzamiento de covers para regalarle a sus seguidores otros estilos del que nunca esperarían su presencia. «The Battle Of New Orleans» de Jimmy Driftwood es de las más inesperadas, y los músicos de Deep Purple parecen transformar su forma de tocar. A estas alturas, Ian Gillan ya ha demostrado que puede cantar lo que sea. Ocurre lo mismo con las interpretaciones de «Dixie Chicken» de Little Feat y «Let the Good Times Roll» de Louis Jordan (y conocida a raíz de Ray Charles y B. B. King), que si bien parecen elecciones fuera de contexto, suenan realmente convincentes.

No hay estilo que se le resista a Deep Purple, y la penetrante «Lucifer» de Bob Seger podría estar incluida en algunos de sus discos clásicos. Por si fuera poco, cierran ‘Turning To Crime’ con un popurrí titulado «Caught In The Act» en que se incluyen su particular versión de cinco grandes temas de los años 60: «Going Down» de Jeff Beck, «Green Onions» de Booker T. & The MG, «Hot ‘Lanta» de The Allman Brothers, «Dazed And Confused» de Led Zeppelin y «Gimme Some Lovin» de Spencer Davis Group. Poco más añadir. Grandes, hasta para grabar versiones.