De las pocas superbandas o supergrupos que siguen rodando por el mundo y con sus diversos proyectos, llega Dead Cross con una segunda grabación de su punk-metal y hardcore extremo. El supergrupo californiano se encuentra formado por Michael Crain en la guitarra (Retox), el batería Dave Lombardo (Slayer), el bajista Justin Pearson (The Locust y Swing Kids) y con las mágicas voces de Mike Patton (Faith No More).

Al parecer los diversos problemas de salud por los que atravesaron los integrantes de la banda, sin contar la época pandémica, y diversas situaciones externas vinieron a ser exorcizadas en un grandioso segundo álbum de esta agrupación del sur de california.

Una composición provocadora

Dead Cross está de vuelta con su segundo lanzamiento titulado escuetamente ‘II’. Los expertos todavía no se ponen de acuerdo para definir si es una mezcla experimental de música extrema como el hardcore, o si es un punk evolucionado y otros optan por decir que es una mezcla de varios tipos de metal, predominando el thrash y el heavy metal.

Este segundo álbum va más enfocado con una composición más provocadora en comparación con el primer lanzamiento de la “superbanda”, aquel homónimo ‘Dead Cross’ del 2018. ‘II’ está justificadamente y magníficamente tan perfectamente calculado como puede ser una grandilocuencia soberanamente experimental y creativa, cortesía de sus integrantes. 

Aunque es terrible que tanta calidad de músicos solo le concedan a la audiencia un disco de poco más de treinta minutos, las pistas son más largas y la mayoría alcanza más de tres minutos, mientras que el álbum anterior y el que fuera su debut tenía solo dos pistas que alcanzaron ese tiempo. Las pistas no se sienten más largas por una razón, curiosamente, no hay silencio al final de las pistas, por lo que el álbum (prácticamente conceptual) se convierte en una caótica pelea ininterrumpida.

Capacidad y experiencia al instante

Hay muchos instantes memorables que los fanáticos virtuosos saborearan con grandes desgloses o cambios de tempo a mitad de las pistas en ‘II’. Y esos son solo algunos de los momentos más interesantes del álbum. La capacidad y experiencia de los integrantes de la banda para alternar instantáneamente entre aspavientos sónicos crea un apacible oído asombroso para el oyente. 

El agasajo de ver esto en vivo ha de ser un orgasmo audiovisual sin precedentes. En “Nightclub Canary” hay una sinfonía tórrida que corta con un riff atmosférico y del mejor surf latino durante unos cuantos compases, lo que permite que la pista se evangelice en un final dramático dando la muestra de la calidad y furia vocal de Patton, textualmente, da catedra interpretativa con ese final.

Decir que es de sorprender lo que hace en este álbum Mike Patton sería faltarle al respeto, se sabe que es garantía y no hay por donde buscarle errores. Las voces que da Mike Patton vienen de todo un espectro sonoro lleno de una basta carrera musical y es explotada en su máximo esplendor para beneficio de la banda y de los escuchas. La voz de Mike Patton te aporta tantos estilos vocales con entregas heterogéneas e inventivas y nadie puede negar eso.

Favorablemente lo de Patton se experimenta en un acometimiento idílico con Justin Pearson para crearle competencia a esa «comodidad» de saberse el mejor y crea una angustia punk discrepante a lo largo de ‘II’ en diversos sitios. En la genial «Strong and Wrong» hay una interacción excepcional entre ambos personajes. 

Algo semejante y muy atractivamente sucede en la excepcional «Love Without Love». El ir y venir de diferentes estilos vocales se atesora en un entusiasmo caótico durante todas las pistas y hace dudar al espectador si hay cinco o seis vocalistas trabajando en Dead Cross.

El poder de este disco reside en las ya mencionadas voces, pero la embestida que termina atrapando a todos es la mordacidad del sonido, la rabia es perpetua y los riffs demoledores son de esperarse para determinar un sonido propio en ‘II’, también descubrir que los riffs de Crain son bastante armoniosoa y pastosos ayuda a irse haciendo fan de gente que no es tan mainstream, te hace ver más allá de los Slash y los Hammett.

Quizá en «Animal Espionage» es donde se puede dar esa muestra de la dualidad de guitarras de Crain con amenazadores pasajes sagaces y mordaces. Los riffs rítmicos llegan a un punto en el que discrepan magníficamente cuando chocan entre sí en la pista final. 

Hablar del motor del álbum está de sobra, la percusión precisa y firme de Lombardo lo va punteando todo el tiempo de forma soberbia. Dave Lombardo impulsa todas las canciones con una velocidad asombrosa, les va dando un estilo creativo y una energía vigorosa a cada pista, es algo que pocos bateristas pueden proporcionarle a un grupo, a un disco y a cada canción de un proyecto. 

Lombardo y Patton son brutales musicalmente y sin duda se roban el show de este bien logrado segundo album. ‘II’ es uno de los mejores discos concebidos en la parte final del ya decadente 2022. Es un álbum inspirador, valiente, increíble surgido de las entrañas del dolor, del sufrimiento, de una emoción visceral y que, ciertamente puedes saborear la vibra frenética y completa que está presente por todo el ‘II’.

Tim Drake

Grupo:Dead Cross

Discográfica:Ipecac Recordings

Puntuación:8

Canciones:

  1. Love Without Love
  2. Animal Espionage
  3. Heart Reformer
  4. Strong And Wrong
  5. Ants And Dragons
  6. Nightclub Canary
  7. Christian Missile Crisis
  8. Reign Of Error
  9. Imposter Syndrome

Año:2022-10-28