Vader: De Profundis

La reedición de un buen disco siempre es una noticia positiva y si ese disco estaba entre los buscados y deseados por los seguidores de cualquier banda, entonces toca aplaudir, regocijarse y aprovechar la oportunidad.

‘De Profundis’ el segundo disco de Vader, se reeditará en breve en vinilo, ¡sí, en vinilo! Dando así la oportunidad de escucharlo en este formato por primera vez desde su lanzamiento en 1995.

Las cintas originales de los Modern Sound Studios se habían perdido sin posibilidad alguna de recuperarse, por ello, la banda con el apoyo de Nuclear Blast, recurrieron a crear un nuevo master usando una grabadora de estudio profesional de Telefunken para, en palabras de “Peter” Wiwczarek, “darle a todo el disco un sonido más cálido, una sensación más dinámica y analógica, sin llegar a alterar la versión original”. De este modo uno de los tótems del death metal más poderoso llega de nuevo para demostrar su vigencia y calidad.

Dede Polonia con furor

Tres años después de su debut con ‘The Ultimate Incantation’ el grupo polaco lanza ‘De Profundis’ un salto hacia adelante tanto en la fuerza como en los postulados de la banda, dotando a su sonido de mayor carga death y pese a las repetidas y no desacertadas inclinaciones hacia Morbid Angel y sobre todo Slayer, el grupo puede estar orgulloso de que ya con este disco demuestran su propia personalidad, no solo en las voces, algo obvio, sino también la fuerza de las guitarras.

Tratar de descubrir algo nuevo en este disco después de veinticinco años rodando y deleitando sería pretencioso. Ponerle pegas y peros ya debería ser cuestión del pasado, por tanto queda poner en valor su calidad y, si es que queda alguien así, descubrirlo a quien nunca lo haya escuchado.

Quien esté en este segundo supuesto debería arrancar por “An act Of Darkness” el tema que bien puede ser el ADN de Vader y ‘De Profundis’ un disco que empieza sin dar tregua con la aceleradísima “Silent Empire”, un tema en el que ya la voz de Peter marca diferencias tanto en el tono como en la dicción. Contiene mucho de lo que que Vader venían a mostrar con este tercer disco: que eran una banda original y con marcada personalidad.

Dispuestos a demostrar que no tenían por qué meter temas de relleno, que su capacidad compositiva no requería de estos subterfugios, arrojan el infierno hirviendo que es “Incarnation”, los cambios de ritmo están en el momento justo, el tempo de la voz y de los coros es ideal y la base rítmica podría derribar toda la Gran Muralla China si se lo propusiese.

La tregua no es una opción

No hay tiempo para respirar, no es preciso, se puede seguir viviendo sin aliento, es lo que “Sothis” trae desde el inframundo. Igual pero distinta, la definición de Vader hecha canción. Puede que “suene a” y “recuerde a”, pero tampoco. Sin duda es un ejercicio de género, pero, como todo el disco, tiene esos puntos de diferencia que Vader ponen en cada uno de los temas de ‘De Profundis’, aquí las guitarras son las que sobresalen de manera magistral sobre las voces y los ritmos, un revientacuellos en toda regla.

Si el trallazo anterior dejó algún superviviente “Revolt” es el demoledor total, el arma definitiva para acabar con toda resistencia al poder y la potencia de este disco. Vader logran aquí marcar una combinación de ritmos que marcan, de nuevo, cómo son capaces de, usando las herramientas más sobadas, crear una pieza distinta y diferenciadora, hay, tan solo, que escuchar las capas más inferiores para apreciar su contundencia.

“Of Moon, Blood, Dream and Me” es otro tema que puede ser la puerta acertada para acceder a Vader si se tienen, a estas alturas, alguna reticencia. Es casi un clásico escondido, un tema que engancha enseguida y en el que Peter introduce sutiles cambios en su forma de cantar que hacen que este tema sobresalga de entre el que le precede y el siguiente, “Vision And The Voice”, tal vez el hermano pequeño del disco, peca un tanto de repetitivida esquemática, pero más que un defecto es ejemplo del sello personal de Vader, si no es más notable es debido a la bestialidad que fue “Of Moon…”.

El cierre del disco es la más que estratosférica “Reborn In Flames”, si este tema no pone de rodillas al oyente, es que este tiene un ligero problema, el que sea, pero problema. Terminar con un tema así un disco es todo un lujo, tiene todos los ingredientes para ser tema de apertura, esas canciones que enganchan desde la primera nota y sirven para conducir por todo el disco de principio a fin, y Vader no meten al final, de forma sabia para obligar a volver a escuchar una vez más ‘De Profundis’.