Crypta: Shades Of Sorrow

El cuarteto brasileño publica su segundo trabajo, un álbum que actualiza y mejora un debut que en su momento ya fue notable.

Cuando aquel buque insignia del metal extremo all female anunció su disolución, el mundo entero se echó las manos a la cabeza. La cuestión sobre lo que pasaría a partir de entonces, tanto con Nervosa como con las integrantes que habían abandonado la banda, revoloteó durante días sobre millones de cabezas hasta que, por fin, aparecieron los pertinentes comunicados. Después de un prometedor disco debut, y con el fichaje de Jéssica Di Falchi tras la partida de Sonia Anubis, el combo sudamericano presenta su segundo trabajo, titulado ‘Shades Of Sorrow’, con el beneplácito de Napalm Records.

‘Shades Of Sorrow’ es un disco semiconceptual que explora la reacción de la psique humana ante las adversidades que la propia vida nos pone delante. Y para ello propone una experiencia de death metal clásico y noventero, muy en la línea de sus compatriotas Krisiun, pero con algún momento puntual de armonías melódicas y unos toques del thrash metal que quedó como una suerte de residuo seco de la anterior banda de Lira y Dametto.

Está compuesto por trece cortes, de los cuales tres son, respectivamente, intro, interludio y outro. Estas tres piezas están colocadas convenientemente al inicio, en el centro y al final del disco y consisten únicamente en unas aireadas notas de piano de alrededor de un minuto de duración que evocan momentos y estados de ánimo que todos y todas hemos tenido en algún momento de nuestras vidas. Por el lado musical, se encuentra un estilo muy basado en la velocidad, pero a la vez muy desarrollado y no exento de técnica ni desprovisto de recursos.

Eros y psique

Después de una intro de un minuto consistente en un siniestro arpegio de piano, “Dark Clouds” da el pistoletazo de salida a lo nuevo de Crypta. Este es un tema que anticipa todo lo que estamos a punto de presenciar, es decir, un espectáculo de cambios de todo tipo y de riffs demoledores. Para este inicio de disco, tenemos a una Fernanda Lira convertida en una suerte de Chris Barnes de growls graves y lobunos.

A continuación, “Poisonous Apathy” añade un toque psicótico y un estribillo casi melódico a lo ya visto anteriormente. Por su parte, “The Outsider” posee ese toque doom que sirve para enriquecer un estilo ya bastante rico y para evitar encasillamientos. Para acabar la primera parte de ‘Shades Of Sorrow’, tenemos, en primer lugar, otro tema casi melódico titulado “Stronghold” y uno de corte más progresivo cuyo título es “The Other Side Of Anger”. Unos nuevos arpegios de piano sin arreglo alguno, pero que evocan un cierto desequilibrio mental, dan paso a “Trial Of Traitors”, un tema nuevamente rápido y en el que se incluyen escalas árabes.

El siguiente tema, “Lullaby For The Forsaken”, parece anclado en la tradición del death melódico, pero sin abandonar los rasgos comunes de lo que hemos visto hasta ahora. Seguimos con otro tema muy progresivo titulado “Agents Of Chaos”, tema que nos introduce en la recta final. Esta consiste en “Lift The Blindfold”, el homenaje que este disco hace al metal norteamericano tipo Cannibal Corpse, y en el que fue primer single, “Lord Of Ruins”, que bebe de fuentes tan diversas como Iron Maiden o Pantera. El piano, nuevamente sin acompañamiento, de “The Closure”, cierra este trabajo de death metal azotamentes.

La vieja escuela de los nuevos tiempos

Con este trabajo, Crypta se afianza como uno de los grandes nombres del death metal contemporáneo, y lo hace por méritos propios, aunando calidad, tralla y virtuosismo en un trabajo de atmósferas casi asfixiantes. ‘Shades of Sorrow’ destila calidad en todos y cada uno de los segundos de su metraje, pero además añade la osadía de ser un disco semiconceptual y casi de metal progresivo, con una Fernanda Lira que poco a poco va añadiendo versatilidad a sus rugidos. Quizá el único pecado que se les podría achacar es el de la falta de originalidad, pero algo así es pecata minuta en un trabajo de tanta calidad. Si esta formación ha alcanzado ya su techo creativo, es algo que podremos comprobar con el tiempo. Por lo pronto, sólo nos queda disfrutar del presente.