Christopher Bowes And His Plate Of Beans: Christopher Bowes And His Plate Of Beans

A estas alturas de la película, no creo que a nadie le sorprenda lo que el señor Bowes haga o deje de hacer. Cualquiera que se haya pasado por un concierto de Alestorm o haya escuchado un disco de Gloryhammer, sabrá que siempre consigue impregnar su música con un sentido del humor absurdo, resultón y, en última instancia, sorprendentemente audaz.

Su último experimento, ‘Christopher Bowes and His Plate of Beans’ probablemente sea su trabajo más excéntrico y curioso, y con una actuación programada para el Wacken, uno no puede sino preguntarse: ¿es todo una broma que se ha ido de las manos o hay verdadero talento detrás?

El enésimo proyecto de Bowes

Antes de que sigamos adelante, tal vez deba advertirte, estimado lector, de que esto no es una review propiamente dicha. Este trabajo es algo parecido a un EP que podría lanzar una banda de Ccossover, con cinco temas de no más de cinco minutos (con la excepción de “Trascendental Bean Exploration”), y honestamente, da más que hablar por su absurdidad, su contexto y sus precedentes que por la música en sí misma.

Para el que no esté familiarizado con el historial de Christopher Bowes, el escocés es el frontman de Alestorm y la mente detrás de Gloryhammer (y ocasionalmente detrás de los teclados). Uno podría pensar que estar a cargo de dos de las bandas más prominentes entre toda una nueva generación de metaleros es estrés suficiente para un músico, pero Christopher Bowes no es como cualquier músico. Muchos prefieren dedicarse al 100% a su banda, tomarse largos descansos, grabar un nuevo trabajo y girar, y aunque suene como un ritmo razonable, en los trabajos de Bowes hay muy poco de razón y mucho de locura, llegando a alternar extensas giras con Alestorm y con Gloryhammer.

En medio de esta vorágine de grandes éxitos con dos bandas que han de girar constantemente para mantener su estatus, Bowes ha seguido sacando música en solitario principalmente a través de internet y siempre con un tono mucho más humorístico que con cualquiera de sus otros proyectos, que ya es decir mucho. Estoy hablando de una locura más grande que sacar una versión de su música para perros cantada con ladridos, o que hacer tres discos temáticos de power metal en que unicornios zombies destruyen la ciudad de Dundee. Ejemplos de esto son Asdgfga, con una orientación más electrónica, y At The Organ With Christopher Bowes, que solo puedo asumir que es lo que ocurre cuándo tiene cinco minutos a solas con un órgano entre gira y gira.

Christopher Bowes and His Plates of Beans sigue una tónica similar a sus otros dos proyectos en solitario, aunque bastante más cercano a Asdgfga. A lo largo del trabajo se mezclan géneros tan variopintos como el metal, el rap y, principalmente, la música electrónica, e independientemente de si se planeó o no como una broma, lo cierto es que el EP fluye con una constancia envidiable y unas combinaciones muy imaginativas. Nunca sabes cómo arrancará el próximo tema o qué sorpresas traerá, y da igual que esperes cualquier cosa, la música siempre te pilla desprevenido.

A por el plato de judías

“Midnight Breakfast” sirve como presentación del proyecto, y con un sonido muy reminiscente de la música electrónica de finales de los 90, nos obsequia con un tema bastante pegadizo y con mucha marcha, siendo la clase de canción que uno podría colar en una verbena y que seguiría haciendo bailar a todo el mundo. “Theme From a Beans Album” es una canción de rap de las de antes: directa, macarra y un absoluto cachondeo. Personalmente creo que habría funcionado mejor como primer tema, pero supone un despegue en dureza respecto a una abertura más suave.

“Killed to Death by Bugs” es el tema con mayores reminiscencias metaleras, y en el que encontramos unos gritos poco habituales en un Bowes que siempre se mantiene muy cómodamente en su registro, mientras que “Medical Emergency” sigue unas pautas muy parecidas a las de “Midnight Breakfast”, hasta el punto de que existen quiénes los han confundido. Finalmente, “Trascendental Bean Exploration” entra con un crescendo con sintetizadores que da pie al tema más rápido y synthwave del trabajo, y un redactor estaría dispuesto a pagar el dinero que hiciera falta por haber puesto este tema en la época dorada de Pont Aeri.

Una vez más, Christopher Bowes lo ha vuelto a hacer, ha demostrado que se puede encontrar talento crudo en una vorágine de bromas sin sentido. El disco no es de metal, y si no eres abierto de mente, no sé que atractivo puede tener para alguien que no sea fan acérrimo de alguna de las bandas de Bowes y que aparte le guste su personaje.

Las parodias no paran

Mientras escribía estas palabras, escuchaba de fondo “Norwegian Reggeaton”, el último tema de Nanowar of Steel en colaboración con Charlie Glamour de Gigatron, y no pude evitar hacerme una pregunta. ¿Podrían Steven Wilson o John Petrucci hacer un disco de reggeaton? Dar respuesta a preguntas de semejante trascendencia metafísica escapa a mis poderes de redactor, pero lo que quiero decir es que todo el mundo es un maestro en su propio campo, y que ser ecléctico no es fácil, se necesita habilidad y mucho talento. Creo que el público más joven, el que tiene como referentes a bandas como Sabaton, Powerwolf o los mismos Alestorm, tiene la mente más abierta, y esta dispuesto a aceptar elementos variopintos en su género favorito o incluso a escuchar algo totalmente distinto si se lo brinda alguien de confianza.

Recuerdo cuándo en su día Txus creo Bürdel King e hizo que media escena nacional se volviera loca. ¿Es un señor mayor enfermo y muy guarro o está tratando de ser sarcástico? Los tiempos han cambiado, y afortunadamente los músicos tienen mayor margen para hacer esta clase de locuras. Creo que esta nueva generación sería menos crítica con trabajos como ‘Saint Anger’ o ‘Chinese Democracy’, que en su día tomaron grandes riesgos y hasta el día de hoy no han sido apreciados como se merecen. ‘Christopher Bowes and His Plate of Beans’ no va a ser ninguna revolución, pero si que es un síntoma de que algo está cambiando entre las nuevas generaciones, y personalmente, considero que es algo esperanzador.