Su décimo álbum de estudio se ha hecho esperar. Poco más de tres años después de la publicación de 'I Workship Chaos' (2015), llega 'Hexed'. En esta ocasión, la espera prometía haber valido la pena. No ofrecen lo mejor de su carrera, pero sí una buena ración de canciones de lo más destacables que no pasarán desapercibidas.

Ya no estamos a finales de los 90, en los gloriosos comienzos de la banda con álbumes como ‘Hatebreeder’ (1999) o ‘Follow the Reaper’ (2001). Sin embargo, los fineses pueden estar orgullosos de seguir siendo fieles a su estilo dos décadas después, con esa particular mezcla de power con death plagado de elementos melódicos y ritmos adrenalínicos.

Con ‘Hexed’ (2019), la banda nos ha hecho esperar más que nunca por un álbum, por tanto, las expectativas y la intriga son aún mayores. En esta ocasión, prometen un álbum ligeramente experimental, con ciertas novedades sonoras, pero que puede recordar a su sonido más clásico. Han cumplido con creces su promesa con una demostración de su personalidad de siempre plagada de nuevos elementos en un álbum que no es el mejor de su discografía, pero que no pasará desapercibido.

 

Ni impresionan, ni defraudan

El anterior trabajo de la banda, ‘I Workship Chaos’, contaba con canciones variadas, unas más melódicas y otras más viscerales y rápidas. Sin ser un álbum brillante, dejaban entrever que todavía tenían buena música que ofrecer. Con ‘Hexed’, sucede lo mismo. Formado por algunas canciones muy destacables y otras que pasan más desapercibidas, ofrecen una buena sesión de puro sonido Bodom, demostrando que no tienen miedo a salirse ligeramente de lo habitual para añadir elementos más experimentales. La ventaja de esta forma de crear música es que siguen ofreciendo su sonido personal sin resultar reiterativos y sin estancarse compositivamente. La desventaja es que, en ocasiones, no siempre se está a la altura de las expectativas y algunas canciones pueden resultar insuficientes.

A pesar de no ser un álbum de sobresaliente, ‘Hexed’ ofrece variedad, intensidad y pura personalidad. No se trata de su mejor álbum, pero tiene canciones que no se perderán en su discografía con el paso de los años. A mayores de las 11 piezas que forman el disco, también incluyen una versión en directo de «I Worship Chaos» y «Morrigan», y un remix de «Knuckleduster». Con respecto al llamativo artwork, el encargado ha sido el artista Denis Forkas. A pesar de contar, como siempre, con la habitual figura de la parca en la portada, en esta ocasión tiene un estilo ligeramente diferente. Esta vez han decidido dejar a un lado las ilustraciones digitales para probar algo más clásico. El resultado es esta pedazo portada con tonos púrpura y un estilo sencillo pero siniestro, que compagina estupendamente con la ambientación del álbum.

Sutil evolución sin perder su identidad

En esta ocasión, encontramos también una variedad donde se aprecian canciones que destacan más que otras. Empiezan el álbum tímidamente con «This Road», con una energía que parece que se queda a medias por momentos, como si no terminara de despegar del todo, dejando con ganas de más. Recuperan rápidamente la potencia con la siguiente canción, «Under Grass and Clover», que transmite mucha más fuerza y potencia desde la primera nota.

Tiene un estilo más sucio y gamberro al que nos tienen acostumbrados, sin salirse de su característico sonido, pero con elementos que resultan más novedosos para los fineses. Se trata, sin duda, de una canción más apta para los directos que la que abre el disco. Sigue la tralla y la melodía, pero con una atmósfera distinta, con la canción «Glass Houses». Otra apuesta acertada donde no falta la intensidad y el clásico sonido de Children Of Bodom. Plagada de melodía y oscuridad, es otra apuesta acertada para los directos, aunque más difícil de ejecutar fielmente que la anterior, suponiendo un reto de lo más interesante.

«Hecate’s Nightmare» aporta un punto de variedad con un ritmo más mermado y una atmósfera con una intensidad diferente. Cuenta con una base instrumental potente que compensa la falta de velocidad y adrenalina, pero puede resultar demasiado descafeinada en comparación con el resto, bajando un poco los ánimos. Sin embargo, rápidamente recuperan la velocidad desenfrenada y los ritmos incombustibles con «Kick in a Spleen», que proporciona un contraste muy marcado en comparación con la canción anterior. Se trata de una pieza oscura, veloz y directa, sin tregua y muy fiel al estilo clásico de la banda. «Platitudes and Barren Words», la canción que viene a continuación, también sigue esa tónica, pero con una ambientación mucho más melódica que para nada ensombrece la increíble potencia de la canción.

La melodía y la oscuridad sustituyen a la velocidad desenfrenada

Pasando la mitad del álbum, llega el turno de la homónima «Hexed». Despega plagada de fuerza y melodía, con una combinación de potencia y musicalidad compensada y acertada. Juegan con cambios de velocidad sin perder la intensidad en ningún momento, con un estilo reconocible pero distintivo. Siguen un camino ligeramente diferente con la canción «Relapse (The Nature of my Crime)», menos veloz y adrenalínica, pero que sigue contando con esa mezcla resultado de diversos elementos melódicos y otros más viscerales.

En este caso, los elementos melódicos son más protagonistas, con una atmósfera siniestra y oscura. Continúan con la ambientación oscura con «Say Never Look Back», donde también se echan en falta ritmos más acelerados que complementen la canción. Se trata, de nuevo, de una apuesta diferente donde se salen de su clásica velocidad incombustible para dar paso a otro tipo de elementos sonoros.

Se mantiene la atmósfera pesada y oscura con la siguiente canción, «Soon Departed». Teniendo en cuenta que ya van varias canciones seguidas con un estilo muy similar, se empieza a echar en falta algún tipo de variación rítmica que le devuelva el dinamismo al álbum. Sin embargo, en esta ocasión, la intensidad de la canción la convierte en una mejor apuesta que las anteriores. Si todas las canciones más melódicas del álbum contaran con la fuerza de «Soon Departed», el resultado final sería más positivo. La encargada de finalizar el disco es «Knuckleduster». En este caso, aumentan la potencia manteniendo los elementos melódicos, con una combinación que aporta un mejor resultado para despedir el álbum del que darían algunas de las piezas anteriores.

Con canciones de lo más destacables y otras que se quedan a medio camino por su falta de potencia, el álbum en general se trata de una apuesta más arriesgada que en otras ocasiones. Se la jugaron, pero no se puede decir del todo que hayan perdido. Las apuestas que ofrecen son más arriesgadas por momentos y más seguras en otros, pero no se puede decir en absoluto que su sonido se haya estancado. Children of Bodom siguen adelante, sin ofrecer canciones predecibles, aunque no siempre sean lo que esperamos. ‘Hexed’ podría haber sido mejor como conjunto pero, quien no arriesga, no gana.

Olga Vidal

Grupo:Children Of Bodom

Discográfica:Nuclear Blast

Puntuación:7

Canciones:

  1. This Road
  2. Under Grass and Clover
  3. Glass Houses
  4. Hecate´s Nightmare
  5. Kick in a Spleen
  6. Platitudes and Barren Words
  7. Hexed
  8. Relapse (The Nature of my Crime)
  9. Say Never Look Back
  10. Soon Departed
  11. Knuckleduster

Año:2019-03-08

Votación de los lectores:5