Bullet For My Valentine: Bullet For My Valentine
La banda galesa vuelve al ruedo con su disco más extremo. Después de un ‘Gravity’ con un sonido mucho más contenido y enfocado a aumentar su fanbase fuera de las fronteras del metal, el homónimo da un giro de 90 grados que alegrará a muchos seguidores de su primera época.
Son Bullet For My Valentine de ese tipo de bandas que lanzamiento tras lanzamiento son analizados y examinados con lupa por una gran mayoría, como si transcurridos más de 15 años de su magistral debut (‘The Poison’, 2005), todavía no se hayan ganado el derecho a considerarle un grupo con suficiente calado para incluirlos en esa lista de nuevos aspirantes al trono. Es verdad que ciertos discos como ‘Temper, Temper’ (2013) o ‘Gravity (2018) -pese a que, comercialmente, los singles de este último funcionaran a las mil maravillas- le quitaron credibilidad entre buena parte del fandom, pero pocos grupos arrastran, todavía a día de hoy, a tantos nuevos adeptos al metal como los de Matt Tuck.
Y aunque esa tendencia errónea a considerar que cuanto más heavy y pesado es un disco, más calidad tiene, en este caso -después de sus coqueteos con el rock alternativo de su anterior trabajo- ‘Bullet For My Valentine’ si que se puede considerar lo mejor que han lanzado desde aquel ya lejano ‘Fever’ (2010). Y no es simplemente porque hayan decidido que es el momento de repartir growls y riffs de guitarra herederos de Slipknot a diestro y siniestro; la razón está en que la banda suena mejor que nunca, más cohesionada y potente, y lo más importante: apenas hay relleno entre los 47 minutos del álbum; defecto del que pecaban en los últimos tiempos.
Himnos de metal moderno
Comentaba el vocalista que es la primera vez en su carrera que un disco suyo contenía ‘un 60% de voces guturales y un 40% de voces limpias’. Y por si a alguno no se había enterado de esta afirmación, ya está “Parasite” para dejar claro por donde transitan las intenciones del cuarteto. En la versión sin editar, se puede escuchar una serie de fragmentos de todos sus himnos previos (¿alguien mas piensa que se hace demasiado largo?) que desemboca una auténtica sangría sónica. Blast beats, guitarras que podían ser tocadas por Jim Root y unas voces violentas, con la dupla Tuck – Mathias sentando cátedra.
Otra característica que lo separa mucho de su predecesor son los solos de Michael ‘Padge’, principalmente porque en ‘Gravity’ no había ni rastro de ellos, y aquí se alzan como parte esencial del nuevo álbum. “Knives”, primer single de la obra, no se queda atrás en agresividad, aunque en ella se puede ver que el vocalista no ha olvidado como utilizar su voz melódica. Disonancias, escalas cromáticas y demás recursos del metal extremo lo convierten en un sencillo directo, atractivo y lleno de rabia. “My Reverie” palidece en la comparación con las dos predecesoras, no así un “No Happy Never After” que recuerda a épocas pasadas.
En “Can’t Escape The Waves” vuelven los Bullet For My Valentine más radiables, con una cadencia que te hace sentir en aquellas olas en donde el protagonista no es capaz de salir. Pese a todo, será una canción que pasé desapercibida entre todo lo que la rodea. Porque una vez que llega la primera canción del lado B, “Bastards”, con la intro llena de timbales de Jason Bowld y esos coros que hacen de puente a las estrofas y a un estribillo magistral, todo sube enteros. ¿Y el señor Padge? Reservándose para el breakdown de muchos quilates, que hará apretar los puños a más de uno.
Sin tiempo para descansar
En este punto se encuentra “Rainbow Veins”. No es la canción más rápida, más agresiva o más melódica, en cambio, tiene un aura especial que la convierte en especial. Su amalgama de todas las virtudes y estilos de Bullet For My Valentine en sus cinco minutos de duración no puede salir mal. Si hay que definirla en una palabra, esa sería épica. Término que también se podía aplicar a la intro de “Shatter”, hasta que ese riff con aroma Parkway Drive se lleva todo por delante. Es la canción con adn más metalcore del disco, por lo que hará las delicias de los fanáticos del mismo.
Para finalizar, vuelve el lado más caótico y brutal con “Paralysed”, mientras que “Death By A Thousand Cuts” confirma que la segunda parte del disco es todavía más potente que la primera. Solo el tiempo dirá donde se coloca el trabajo homónimo dentro de su ranking particular de discos, pero no parece nada descabellado que se logre subir al podio, o incluso algo más. Vuelve Bullet For My Valentine. A diferencia de otras veces todo el mundo le aplaude. Por fin parece que lograrán conseguir el estatus que merecen, con gira de pabellones incluida.
Jano Carbia
Grupo:Bullet For My Valentine
Discográfica:Spinefarm Records
Puntuación:8
Canciones:
- Parasite
- Knives
- My Reverie
- No Happy Ever After
- Can't Escape the Waves
- Bastards
- Rainbow Veins
- Shatter
- "Paralysed"
- "Death by a Thousand Cuts"
Año:2021-11-05
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