Bring Me The Horizon: Post Human: Survival Horror
Bring Me The Horizon no reculan, no buscan agradar a nadie y, sin embargo, logran gustar a muchos. Su magia a la hora de transmitir a través de su música, especialmente de la mano de los compositores Oli Sykes y Jordan Fish, reside en un mimo por sus canciones, cada una en su estilo, con su historia.
En esta publicación no vas a encontrar un ‘Sempiternal’, un ‘That’s The Spirit’, ni siquiera un ‘Amo’, pero sí pequeños detalles de cada uno de ellos en un todo nuevo. Cada álbum de los británicos es distinto de los demás y ‘Post Human: Survival Horror’ no es una excepción. Lo que sí tienen en común, a parte de esos detalles, es el realismo que transmiten en su mensaje, bañado en un surrealismo sonoro, creando un todo curioso que experimenta con diversas influencias.
Las letras desgarradoramente reales de Sykes y su gran emotividad a la hora de cantarlas hacen que prácticamente nos olvidemos de sus dotes para el screaming que nos demostró al inicio de su carrera. No son unos virtuosos de la innovación, pero son lo que quieren ser y eso hoy en día es sinónimo de ser motivo de críticas si te sales de lo aceptado dentro de la escena.
Mirando a través del agujero
Antes de analizar el disco, tratándose de una banda tan criticada con la que muchos tienden a la descalificación rápida y fácil, es necesaria una pequeña reflexión sobre el tema antes de entrar en materia. Analizando ‘Amo’, su último y controvertido álbum, no fueron pocos los que llegaron a la conclusión de que el sonido y el estilo de Bring Me The Horizon jugaba con lo mainstream, lo digerible.
Finalmente, aunque esa fue la conclusión en el propio momento, es del todo simplista una vez visto el álbum con perspectiva, ya que ‘Amo’ no es tan predecible como puede parecer, teniendo una cantidad y calidad de matices que a lo mainstream se le quedan grandes. Gracias a este nuevo trabajo, se puede concluir finalmente que, definitivamente, lo comercial se les queda pequeño, si es que se puede clasificar como “pop” todo lo que sea comercial y melódico, pecando de nuevo de simplistas, pero para que nos entendamos.
BMTH no para, no se establece ni se conforma con un solo estilo. No son unos genios ni unos visionarios, pero son auténticos, saben transmitir y tratar a sus creaciones con mucho mimo y hacen lo que les da la gana a pesar de recibir críticas de todo tipo. Cada álbum es una aventura distinta, con su firma, su identidad.
La diferenciación entre géneros musicales no existe para la banda británica, que coge lo que desea de aquí y allá y componen de acuerdo a lo que les inspira en el momento, sin buscar agradar a nadie en concreto pero sí queriendo acercar sus raíces más extremas a públicos poco acostumbrados a ellas, siendo como una vía de acceso.
Sin embargo, no se puede considerar que su música sea simple ni fácilmente digerible, ese es un error común si nos quedamos con lo superficial que ofrece Bring Me The Horizon. Profundizando en su música, vemos que las apariencias engañan, que hay un trasfondo, una forma desgarradora de transmitir todo tipo de emociones de una manera mucho más real de lo que su estética tan particular puede hacernos creer.
Bandas como Bring Me The Horizon son vistas por muchos a través de un agujero, quedándose con esa visión simplista donde no se conoce todo lo que hay alrededor. Se juzga por un single, una colaboración, el estilo de una canción -ya que casi todas suenan distintas- o una estética a la hora de vestir. Es sencillo eso, juzgar lo desconocido por lo poco que se conoce, no profundizar ni querer saber más, hacer catalogaciones generalizadas basándonos en información escasa y mal contextualizada.
Les sucede a ellos y a muchos otros artistas, muchas veces desde un prisma anticuado, intolerante e ignorante. Incluso álbumes como ‘Amo’ o ‘Post Human: Survival Horror’ que no se pueden catalogar en absoluto como metal merecen ser escuchados y comprendidos antes de ser criticados, pero a veces simplemente es más fácil quedarse con un titular, un single, un peinado. Lo difícil es alejar el ojo del agujero y de tus narices para ver todo lo que hay alrededor y asumir que algo que se escapa a tus gustos habituales puede no ser del todo malo en su estilo, aunque más de uno moriría antes de admitirlo.
Un viaje sonoro por un universo de estilos y matices
Este especial EP, gestado y nacido en plena pandemia mundial, muestra la visceral visión que tiene BMTH de la música y del mundo. Es importante no quedarse en lo superficial, saber leer el trasfondo y el mensaje que nos quieren enviar con su música, al que adaptan sus canciones de acuerdo al estado de ánimo que buscan transmitir.
A lo largo de los últimos meses ya se pudieron escuchar varios singles, desde aquel ya lejano “Ludens” que dejó a más de uno sorprendido, hasta el más reciente, “Teardrops”, poco antes de la publicación del trabajo. No hay sorpresas ni excusas para mostrar decepción a estas alturas, ya es bien sabido que la banda va a hacer la música que le apetezca -y que no va a ser deathcore-.
Los singles fueron una muestra de los derroteros sonoros por los que se mueven actualmente y, conociéndoles, no serán los mismos en un futuro. Diversos elementos electrónicos, sonidos melódicos, gritos aleatorios, coros con efectos, algún que otro solo metalero de por medio y efectos de estilo futurista totalmente adictivos son algunos de los ingredientes de esta publicación, quedándonos cortos.
La aventura sonora que se queda en una escasa pero intensa media hora comienza fuerte con una canción que es el as que se guardaban bajo la manga no añadiéndolos a los singles. “Dear Diary,” es una auténtica locura sonora llena de adrenalina, distorsión, gritos y un solo que se acerca bastante más al thrash que al pop. Incluyendo ciertos detalles electrónicos como un plus, el estilo protagonista de esta canción es el metal, sorprendentemente.
Lo tendrían fácil para callar bocas usándolo como single, pero se lo han reservado para sorprender la primera escucha de los que realmente sí se molestan en escuchar el disco. La segunda canción del álbum, “Parasite Eve”, tiene las papeletas de convertirse en la favorita de sus seguidores y en uno de los puntos álgidos de sus futuros directos, ya que con una cuidada producción artística en el escenario puede convertirse en una explosión de adrenalina para los sentidos. Su cuidada combinación de efectos y su estilo electrónico futurista sumados a la fuerza que transmiten los pesados estribillos, son carne de cañón.
Los efectos futuristas también tienen su presencia en su último single, “Teardrops”, con un estilo más eléctrico en lo instrumental y melódico en las voces, con una combinación acertada de rock y electrónica. Además se puede apreciar un mayor control vocal por parte de Sykes, que ya no titubea si tiene que protagonizar una canción melódica ni tampoco teme gritar si se requiere, algo que antes parecía evitar en mayor medida.
La primera colaboración del disco llega de la mano de Yungblud llamada “Obey”, demostrando por primera vez en este trabajo que la banda sabe adaptar su propio estilo al de sus colaboradores en lugar de meterlos de forma forzada. La canción va como anillo al dedo a ambos vocalistas, encontrando el punto en común en sus respectivas voces. La canción tiene una línea vocal totalmente pegadiza y su estilo instrumental es pura adrenalina.
Luces y sombras. Adrenalina y emoción
En el caso de “Itch For The Cure (When Will We Be Free?) retoman ese estilo psicodélico electrónico tan extravagante que se podía escuchar en trabajos de la banda más underground como el EP ‘Music To Listen To…’ que publicaron a escondidas en 2019. Sirve como la introducción perfecta para la siguiente canción, de estilo similar, colaboración con Babymetal que también sabe adaptarse a la perfección al estilo de la banda nipona mezclando ambos sonidos en un conjunto enérgico y absolutamente alocado. Bañada en una base instrumental potentísima de mano de una poderosa electrónica y unas guitarras al estilo Babymetal, la combinación con ambas voces -con guturales incluidos- es uno de los puntazos del álbum.
A continuación dan otro vuelco estilístico con una canción llamada “1x1” que podría llevarnos a dos décadas atrás con similitudes con bandas como Linkin Park u otras de rock alternativo más melódicas, sumado a otros elementos más actuales que nos devuelven al presente de la mano de otra colaboradora, Nova Twins.
Casi al final tenemos uno de los singles más especiales, de producción similar a “Parasite Eve”, llamado “Ludens”. Se trata de una canción llena de fuerza, que te absorbe en ella y en su universo de matices, más carne de cañón para los directos si saben sacarle partido. Se podría considerar que tiene potencial para ser una de las que mejor envejecerá del álbum, comparable a otras joyas escondidas de trabajos anteriores tales como “Doomed” o “Nihilist Blues”.
Finalmente llega la última canción y con ella la última colaboración, “One Day The Only Butterflies Left Will Be In Your Chest As You March Towards Your Death”, con Amy Lee. En este caso el equilibrio de estilos entre colaborador y la banda se declina del lado de Lee, ya que una balada de estas características desentona con el estilo general del resto del álbum, pero es un final de lo más emotivo, intenso y especial para un EP que demuestra que los británicos no se andan con tonterías y saben cuidar con mimo sus canciones para hacernos sentir un cúmulo de emociones en este intenso viaje sonoro.
Olga Vidal
Grupo:Bring Me The Horizon
Discográfica:RCA Records
Puntuación:8
Canciones:
- Dear Diary
- Parasite Eve
- Teardrops
- Obey
- Itch for the Cure (When Will We Be Free?)"
- Kingslayer
- 1x1
- Ludens
- One Day the Only Butterflies Left Will Be in Your Chest as You March Towards Your Death
Año:2020-10-30
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