Beartooth: Below

Con el lanzamiento de su cuarto álbum, la banda de Caleb Shomo pretende encontrar el sonido que los diferencie dentro de la casi infinita lista de grupos de metalcore y hardcore punk del momento. Oscuro y pesado pero sin perder esos coros dignos de rock de estadio. Así es lo nuevo de Beartooth.

Cuando Caleb Shomo no pasaba por ser más que un miembro del grupo post hardcore Attack Attack, allá por los inicios de 2012, nadie se imaginaba que su proyecto en solitario, -que empezó denominándose Noise- iba a llegar a cotas tan grandes de éxito algo menos de una década después.

El multiinstrumentista tenía en mente que Beartooth fuera simplemente una vía de escape para poder canalizar la depresión que llevaba viviendo desde su adolescencia, pero la buena aceptación de sus primeros sencillos y su primer álbum (‘Disgusting’, lanzado en 2014, con el hit “In Between” como alma máter) lo cambió todo.

Después de aquel, le seguirían ‘Aggressive’ (2016) y el disco que le dio repercusión más allá de su Estados Unidos natal, gracias a sus composiciones con mucho poso de rock alternativo aptas para las masas: ‘Disease’ (2018). Con ‘Below’ todo se vuelve más extremo, con Caleb utilizando su voz gutural con más frecuencia que en su anterior trabajo y unas guitarras majestuosas que hará que más de uno se deje las cervicales. 44 minutos de auténtica épica metalera.

En medio de la devastación

Todo empieza, como no podía ser de otra forma, con un acoples por doquier, dándonos la bienvenida a la fiesta. Aquí no hay tiempo para intros melancólicas ni nada por el estilo. El bombo de la batería es el siguiente en pasar y con él arranca el tema título.

“Below” es un auténtico torbellino, donde se pueden encontrar todos y cada uno de los ingredientes que hacen de Beartooth una receta de éxito. Más agresivo es el primer single del disco: “Devastation” dejó clara las intenciones de la banda, con su riff a medio camino entre el groove y el punk, capaz de llevarse por delante todo lo que se ponga a su paso.

El gran single llega con “The Past Is Dead” y esos coros de ‘woah, oh, oh’, que no por manidos dejan de ser efectivos, sobre todo cuando el resto de las partes son impecables y conforman un todo digno de competir entre los éxitos de Bring Me The Horizon o Bullet For My Valentine. Sin duda se convertirá en una de sus grandes vías de entrada para nuevos fans llegados otros estilos menos extremos. Otro sencillo en potencia es la siguiente “Fed Up”, que llega a su culmen con un breakdown de los que estarían orgullosos los mismísimos Parkway Drive.

Furia melódica

La composición más extrema llega de la mano de “Dominate”, con unas estrofas herederas del core más machacón y partes de blast beats death metaleros, ambas con todas las papeletas para crear mosh pits salvajes en su próxima gira; aunque ni siquiera aquí se omite un poco de descanso auditivo con un estribillo melódico marca de la casa.

“No Return” baja las revoluciones, pero todo es momentáneo, ya que “Phantom Pain” vuelve a poner la adrenalina por bandera. Es escandaloso ver como la totalidad de los cortes de este álbum tiene mimbre de single, lo que muestra la facilidad del combo para crear canciones simples pero efectivas -algo así como los Sabaton del metalcore, si se permite la licencia-.

Y hablando de singles, “Skin” aparece como otro radio hit instantáneo que se colará en la FM estadounidense ipso facto, al igual que “I Won’t Give It Up” y “The Answer”, todas ellas mostrando la cara más amable de Beartooth.

En el medio queda una feroz “Hell Of It” y la rareza de ‘Below’: la instrumental “The Last Riff” se desmarca de todo lo escuchado anteriormente y juega con un riff de sludge metal hasta retorcerlo durante más de cuatro minutos, dejando al oyente bastante descolocado, mirando la pantalla de su smartphone para comprobar que aquello no era lo último de Baroness. En resumen, Beartooth sigue su línea ascendente con una obra redonda donde muestra todo lo que tienen, que no es poco.