Life Is But A Dream...

Solo apto para mentes curiosas que aceptan la ruptura de los géneros y de la lógica compositiva, ‘Life If But A Dream…’ es el resultado de un proceso creativo que buscó hasta dónde podía llegar y fue más allá.

La llegada de ‘Life Is But A Dream…’ causó, como poco, expectación. No solo por la larga espera desde su última entrega, ‘The Stage’ (2016), sino por las duras críticas que recibió y la curiosidad sobre la línea que seguiría la banda a continuación. Lo que tal vez algunos no tuvieron en cuenta es que Avenged Sevenfold no se guía en absoluto por las críticas, ni siquiera por el bajísimo volumen de ventas de ‘The Stage’. Al contrario de lo que puede parecer más obvio, en vez de alejarse del estilo compositivo que tanto criticó parte de su público, se sumergen de pleno en él en este nuevo trabajo discográfico. Mucho más a fondo, más allá de toda posible expectativa.

El nacimiento de ‘Life Is But A Dream…’ se coció a fuego lento. Desde aquel lejano 2016 en el que ‘The Stage’ sorprendía a todos -para bien o para mal-, lanzaron ‘Diamonds In The Rough’ en el que rescataron viejas joyas musicales, así como un álbum en vivo, y ya comenzaron en plena pandemia a componer su octavo trabajo. Las dificultades obvias que se vivieron en 2020 y 2021 alargaron el proceso, que avanzó con mucho tiempo y mimo también a lo largo de 2022, año en que grabaron el álbum. Finalmente, en 2023 comenzó el reto de presentar poco a poco esta nueva entrega, afrontado con originalidad por parte de la banda.

En esta nueva aventura se encuentran de nuevo esos arreglos orquestales que tanto gustan a A7X; de hecho, la canción homónima es instrumental. El disco fue lanzado por Warner, retorno tras una intensa batalla legal, y con el productor Joe Barresi. Se trata del primer trabajo desde ‘Nightmare’ (2010) que incluye contribuciones compositivas de The Rev. Si esta nueva entrega pasará a formar parte de los álbumes odiados o de los amados solo lo dirá el tiempo, lo que queda claro es que Avenged Sevenfold continuarán por la senda que consideren oportuna independientemente de las críticas.

A la madriguera del conejo

Lo que el oyente puede no imaginarse cuando escucha este disco es realmente hasta dónde se va a adentrar. La profundidad del álbum avanza con sutileza, pero comienza con intensidad. La adrenalina de “Game Over” abre la veda con una alocada línea instrumental acompañada por coros que también inspiran esa aura de locura. Guiada por la voz de M. Shadows, la instrumental juega con segmentos de pura energía y distorsión y otros puramente melódicos.

Más tradicional en el estilo de la banda, “Mattel” mantiene por momentos esas melodías agónicas y atropelladas, pero con una base que es puro Avenged Sevenfold. Se trata de una combinación de lo antiguo y lo nuevo, una especie de evolución sin complejos y sin miedo a pasarse de rosca por su absurda pero acertada combinación de estilos musicales. El resultado es una canción imposible de definir con pocas palabras, una pieza compleja y adictiva.

En el caso de “Nobody” bajan una marcha en lo que respecta a la anterior canción, con una agónica línea vocal y un desbocado riff de guitarra. Sin embargo, la estructura es realmente cambiante pese a su aparente sencillez. La intensidad reside en los juegos orquestales, la agónica línea vocal y las originales contribuciones de Synyster Gates a la guitarra.

“We Love You” juega con el oyente, lo traslada por parajes incomprensibles y aparentemente incompatibles, pero con ganas de saber qué va a suceder a continuación. Está llena de sorpresas, con sus partes melódicas que continúan la línea de las anteriores canciones, y momentos de pura energía donde la percusión se desboca en intensidad y la guitarra solista de Gates hace lo que mejor sabe hacer. De nuevo Gates brilla en “Cosmic”, gracias a la bella sencillez de una canción que supone un respiro de la locura anterior en pleno ecuador del álbum. A pesar de lo forzados efectos vocales en algunas partes de la pieza, se trata de un oasis lleno de personalidad.

En este trabajo también se encuentran piezas más convencionales dentro del estilo de la banda, como es el caso de “Beautiful Morning”, menos experimental en apariencia -o al menos en comparación con otras piezas-, pero con un nivel de intensidad pesado y cambiante. No pierden, sin embargo, la ocasión para añadir algunos fragmentos en línea con el resto del álbum.

Después de la agradable canción recién mencionada llega el momento de “Easier”, que retoma esos efectos vocales robóticos que anteceden a una línea instrumental más convencional de lo que puede parecer en un inicio. No es una de las canciones más reseñables del álbum, pese a su estilo original. Más experimental y alocada es “G”, que traslada a otra época con su estilo instrumental y evoluciona en un cúmulo de voces y sonidos atropellados que mantienen ese toque experimental y setentero.

La recta final de ‘Life Is But A Dream…’ llega con sus 3 últimas canciones. “(O)rdinary” tiene una combinación instrumental que juega entre un estilo funky y otro más futurista. Una unión de estas características puede resultar absurda, pero “(O)rdinary” es adictiva por su alocada complejidad. El salto estilístico llega verdaderamente con “(D)eath”, una balada de la vieja escuela donde los instrumentos orquestales -y las guitarras en momentos puntuales- guían la voz de Shadows. Se despiden con la homónima “Life Is But A Dream…”, una pieza instrumental guiada por una preciosa línea de piano.

La falta de complejos de ‘Life Is But A Dream…’ resulta en un álbum que puede ser considerado un viaje musical naciente de un proceso compositivo donde no existen límites. Inclasificable, las etiquetas pierden el sentido. Sumerge en lo más profundo de la madriguera del conejo, de la locura compositiva que surge de unas mentes inquietas que siempre buscan dar un paso más allá. Cuando lo fácil habría sido acomodarse en el estilo que los catapultó en la década de los 2000, Avenged Sevenfold prefieren el riesgo, llevar sus canciones al límite de la lógica y crear un sinsentido que se convierte inevitablemente en una de las mejores obras de su carrera.