Amaranthe: Manifest

Los suecos Amaranthe vuelven a la carga con su pegadizo pop metal con un nuevo trabajo bajo el brazo. "Manifest" quizás no sea la revolución que algunos esperaban pero les sirve para escribir una nueva y notable página en su tan personal carrera discográfica.

La banda sueca Amaranthe vuelve a la carga discográfica con su sexto larga duración ‘Manifest’, un trabajo que sigue la estela de los anteriores, sin grandes sorpresas, pero con la firmeza que les caracteriza. Melodías pegadizas que fusionan la parte más eléctrica del heavy metal con la accesibilidad del pop, un terreno que conocen a la perfección y sobre el que se desenvuelven como pez en el agua.

Con tantos admiradores como detractores, la formación liderada por la preciosa voz de Elize Ryd y la siempre efectiva labor de Olof Mörck tanto a la guitarra como a la composición, vuelve a escribir una nueva página en su pequeña gran historia de tono festivo (casi eurovisivo) para el deleite de los suyos.

Un nuevo pero conocido manifiesto

Arrancan con energía y mucha fuerza, como en ellos suele ser habitual, gracias a «Fearless», una excelente forma de introducirnos a esta nueva propuesta mostrándonos prácticamente todos y cada uno de los ingredientes que componen su ya famosa receta. Juegos vocales a tres bandas, sintetizadores de fantasía y un estribillo pegadizo sobre un compás marcado a toda velocidad. No, ni engañan a nadie ni lo pretenden a estas alturas.

Bajan el pie del acelerador con una composición que, eso sí, no pierde un ápice de fuerza como es «Make It Better», más contundente y pesada que la anterior, en la que Elize muestra todo su poderío vocal en perfecta armonía con sus compañeros de micrófono, Henrik Englund Wilhelmsson (el punto agresivo) y Nils Molin (el punto melódico), definiendo así su sonido más característico.

Recuperan sus tonos más próximos al de un opening de anime, cargado de dulzura y mala leche a partes proporcionales, con «Scream My Name», en la que Olof saca a relucir de forma tan fugaz como intensa su habilidad a las seis cuerdas. Potencia y velocidad vuelven a darse la mano sin olvidarse de uno de los aspectos que más cuidan los suecos, sus estribillos.

Su single presentación aparece a estas alturas del compacto bajo el nombre de «Viral». Quizás no sea el mejor corte del álbum pero alterna esos sonidos eléctricos tan afilados con los sintetizadores más bailables que siempre han estado tan presentes en su discografía. Su mayor clímax lo volvemos a encontrar de nuevo en uno de esos estribillos que se quedan grabados a fuego ya en su primera escucha y que tan buenos resultados les da en sus directos.

El tono más festivo de su propuesta musical, incluso más azucarado, se hace fuerte en «Adrenaline» que, al contrario de lo que uno pudiera pensar, no goza precisamente de su vertiente más acelerada e intensa. Potentes y bonitas melodías tan efectivas como de sobras ya conocidas por todos.

Uno de los puntos más fuertes y esperados de este nuevo trabajo se encuentra en «Strong», canción en la que Elize une fuerzas (y voz) con una de las grandes vocalistas del género como es Noora Louhimo de Battle Beast. Aquí predominan las melodías y un omnipresente teclado sintetizado que aporta fuerza y majestuosidad a una de las composiciones estrella (y de puro empoderamiento) de este ‘Manifest’. Y es que no podíamos esperar menos de esta colaboración.

Con «The Game» vuelven a pisar a fondo el acelerador al ritmo que marcan el bajo y la batería de Johan Andreassen y Morten Lowe Sorensen, respectivamente, en un tema que si bien es seguro no les servirá para enganchar a su sonido a los posibles  nuevos seguidores, entusiasmará a los viejos conocidos que tan fieles les son. Y es que llevan la honestidad (muy comercial, eso sí) por bandera.

A estas alturas del disco ya se echa en falta la balada tan habitual en ellos y esta llega de la mano de la preciosa «Crystalline». Una composición que va ganando en emotividad y garra a medida pasan los segundos pasando del arranque prácticamente desnudo con la voz de Elize a la potente carga melódica que Nils nos regala a media canción y que desemboca en un tramo final cargado de una brillante electricidad marca de la casa.

Los tres minutos de «Archangel» pasan a toda velocidad propia de un torbellino de dance, pop y metal. Lo dicho anteriormente para otras composiciones valen también aquí. Si hubiera que ponerle música a un anime esta sería una apuesta segura que sabe tocar con estilo y personalidad todas las vertientes de su anatomía musical. ¿Nada nuevo en el horizonte? ¡Y qué!

Juegan la carta de «BOOM!1» en un partida similar añadiendo, eso sí, una pizca de un sonido más propio del nu metal de primeros de década. Quizás uno de los cortes que, sin llegar a ser una revolución, más apuesta por explorar nuevos caminos. Algo que, dicho sea de paso, se agradece dentro de una propuesta que a menudo suena demasiado encorsetada en su propio vestido.

Pero no nos engañemos, apenas se trata de un espejismo, ya que «Die And Wake Up» nos lleva de vuelta al reflejo más fiel y habitual que podemos encontrar en sus composiciones. Unos riffs de guitarra directos, unos sintetizadores que abrazan los derroteros más festivos y un juego coral a las voces que aporta variedad al conjunto de todos estos ingredientes.

Final por todo lo alto

Cierran este nuevo trabajo de una forma realmente notable gracias a una «Do Or Die» que se alza con prácticamente toda seguridad como una de las composiciones más inspiradas del mismo. Mientras en su versión normal el protagonismo se lo reparten sus dos vocalistas masculinos es en su versión especial nos regalan un dueto formado por la propia Elize y una inesperada Angela Gossow a la que todos conocemos por ser la anterior vocalista de Arch Enemy y que a día de hoy, curiosamente, es la manager de la banda que nos ocupa. Además Jeff Loomis aporta su peculiar granito de arena con su guitarra ¡Qué cosas!

No, Amaranthe no han inventado la rueda con este ‘Manifest’ y, en realidad, tampoco lo pretendan, pero no hay duda de que es una acertada mirada a su propio pasado para labrarse su próximo futuro en un sello que les viene como anillo al dedo como es Nuclear Blast. Ahora solo toca esperar a que el maldito Covid nos deje recuperar parte de esa tan ansiada normalidad que tanto se extraña para tenerlos lo antes posible subidos en lo alto de un escenario.