Alter Bridge: Walk The Sky

Después de una temporada de pausa, donde Mark Tremonti y Myles Kennedy desconectaron para dar cancha a sus proyectos paralelos, la pareja vuelve a coger los mandos de su ocupación principal: Alter Bridge. Con este sexto lanzamiento de estudio persiguen el consolidarse como una de las grandes bandas de esta década, aunque es posible que ‘Walk The Sky’ no sea del total agrado del conjunto de su hinchada.

Sin duda ‘Walk The Sky’ es uno de los discos más esperados de esta segunda mitad de año. Un 2019 cargado de lanzamientos de grandes nombres del panorama metalero. Podemos hallar desde los que están 100% consolidados en primera línea -como Slipknot o Rammstein- hasta los que están en ascensión meteórica, como pueden ser Bring Me The Horizon o Volbeat . Y aquí es donde se posiciona Alter Bridge, cara a cara con grandes formaciones que hace ya mucho tiempo que dejaron de ser promesas pero que todavía no son leyendas.

3 años más tarde del infravalorado ‘The Last Hero’, el cual ya muchos tildaron de poco inspirado sin saber lo que estaba por venir, la nueva placa de la formación liderada por uno de los dúos más letales del rock actual está ya en las estanterías de medio mundo, preparada para que todos los fanáticos la caten, la valoren y den su veredicto. Después de la escucha de los singles de adelanto había que ser muy ingenuo o demasiado fanático para pensar que se iba a tratar de un nuevo ‘Blackbird’ o ‘Fortress’ –sus dos mejores obras sin discusión-.

El camino a la cima

El sonido de Alter Bridge poco o nada ha variado en la última década. Si bien es cierto que su disco debut ‘One Day Remains’ todavía poseía mucho aroma de Creed, con ese sonido post- grunge que tan bien funcionaba en la radio estadounidense y que se empeñaba, quizá de manera exagerada, en azucarar un estilo que en su momento inicial buscaba justo lo contrario. Aunque nadie se quejará de los hits (todavía se encuentran en el saco de sus mayores éxitos) que surgieron en este época, con “Metalingus” encabezando la lista.

Pero con ‘Blackbird’ todo adquirió un nuevo nivel. Las composiciones dejaron de parecer tributos a éxitos pasados, creando una identidad propia que fascinó a una nueva legión de seguidores no solo en Norteamérica, sino calando también en el viejo continente, más amante por lo general de sonidos más heavys y afilados. Excelentes canciones y guitarras majestuosas a cargo de un Tremonti que se desató como nunca jamás lo había hecho.  Hay guitarristas con mucha más fama por bastante menos, pero ese ya es otro tema.

Después vino un ‘AB III’ donde empezaron a coquetear en demasía con la parte más experimental,  y que supuso un paso en falso a ninguna parte. ‘Fortress’ devolvió las cosas a su sitio, mientras que ‘The Last Hero’ las mantuvo sin arriesgar demasiado. Ahora vuelven con 14 cortes en un álbum que vuelve a no bajar de la hora de duración. Probablemente demasiado extenso para el grado de inspiración en donde se encontraban sus protagonistas, más preocupados de encontrar efectos nuevos en su pedalera que de construir verdaderos himnos que estremezcan en su gira de arenas venidera.

Luchando contra las expectativas

El álbum se abre con una bella intro acústica de nombre “One Life”, donde podemos escuchar los primeros susurros de Myles Kennedy arropados con varias capas de arreglos a su alrededor, algo que se convertirá en habitual a partir de este momento. A casi nadie le pilló de sorpresa la siguiente “Wouldn’t You Rather” teniendo en cuenta que llevaba bastantes semanas disponible por distintas plataformas.La canción que va ganando con las escuchas, pero palidece en comparación con cualquiera de los primeros singles de los discos predecesores. De las pocas composiciones directas y sin mucha floritura que se encontraran en el conjunto de ‘Walk The Sky’, tendrá el honor de coronarse como el gran hit, aunque esto sea más por demérito de sus contrincantes que por virtudes propias.

“In The Deep” arranca con una guitarra juguetona a la que pronto atrapa y reduce una sección rítmica potente y oscura que –por desgracia- es solo un espejismo. La garra y empuje inicial torna en una buena canción pero de un carácter mucho más amable y alegre, que aunque se puede considerar de lo más inspirado que encontrarás por estos lares sigue estando a años luz de los grandes himnos de Alter Bridge. Los experimentos a gran escala arrancan con “Godspeed” y sus efectos sintetizados iniciales que preceden a uno de esos medios tiempos con controversia que encandilará a unos y harán bostezar a otros.

Un riff que puede recordar a los Korn más actuales hará a más de uno saltar de la silla en “Native Son». Una pena que la voz de Myles no se aclimate lo suficiente en ese ambiente de caos y rabia para convertirla en una verdadera obra maestra, lo que no quita que estemos delante de uno de los pocos momentos que nos hará cabecear y disfrutar plenamente. “Take The Crown” fue el segundo adelanto y mantiene la línea ascendente de la anterior, formando la mejor decena de minutos consecutivos durante el álbum. Los dedos de Mark volando por el mástil en su parte final son oro puro.

Demasiado tedio en el cielo

Sonidos orientales marcan una “Indoctrination” que baja demasiadas pulsaciones y buenas vibraciones en poco tiempo. Composición de relleno donde será muy difícil mantener el interés y la atención. Esa ansiada explosión que desemboca en el cénit de la canción nunca llegará, así que no la busques. Algo parecido a “The Bitter End”, que también se puede incluir en esa lista de canciones insulsas que a veces Alter Bridge se empeña en componer y encajar de mala manera en sus obras.

Antes de la debacle final, que sentencia definitivamente el álbum y lo deja cara a cara con ‘AB III’ bordeando el último puesto en el ranking de su discografía, los de Orlando se guardan un par de ases: Por una parte “Pay No Mind” y su aire retro tan manido en los últimos tiempos por gente como Muse o Ghost que, sin embargo, cumple con el mínimo exigido a un grupo de esta categoría.  También está “Forever Falling”, con Tremonti a las voces -lo que recordará a “Waters Rising”, aunque las comparaciones son odiosas- emocionando al oyente de ‘Walk The Sky’ por última vez.

De aquí en adelante la cosa torna en despropósito, incluido el intento de crear un epílogo del nivel de “Fortress” o “The Last Hero” llamado “Dying Light”. La idea es buena, pero la ejecución fallida, algo que se puede vislumbrar en ese estribillo que no acaba de funcionar, independientemente de la perspectiva desde donde lo mires. Y no hay tiempo para más. Alter Bridge realizará la gira más ambiciosa de su carrera con un disco que no pasará a la historia ni por su conjunto ni por sus singles. Pese a ello triunfarán, y sino al tiempo.