Alter Bridge: Pawns & Kings

El efecto sorpresa siempre tiene una fecha de caducidad y en el mundo de la música suele durar uno o dos discos. Es habitual que ocurra con el álbum de estreno si se refiere a nombres notorios que entran por la puerta grande.

Alter Bridge explotó con su debut ‘One Day Remains’ en 2004 y reforzaron su identidad con ‘Blackbird’ tres años más tarde. Con ‘AB III’, ‘Fortress’ y ‘The Last Hero’ mantuvieron el tipo a base de potenciales singles y, sin lugar a dudas, se han convertido en un referente del metal alternativo contemporáneo gracias a estos lanzamientos.

La decepción llegó con ‘Walk The Sky’ en 2019, antes de que el mundo se volviera loco con la pandemia mundial. No es una banda que haya perdido por completo su potencial, ni mucho menos, pero se notaba en este álbum una pequeña bajada de nivel para lo que tenían acostumbrados a sus seguidores, a pesar de su buen posicionamiento en las listas de ventas. Todo ello teniendo en cuenta que cualquier canción con Myles Kennedy a la voz gana enteros, ya que es posiblemente uno de los mejores cantantes que ha aparecido en las dos últimas décadas.

Aunque los componentes de la banda estadounidense no hayan parado de trabajar en sus diferentes proyectos, con este nuevo ‘Pawns & Kings’ tenían la oportunidad perfecta para congratularse con sus fieles fans debido al largo y obligado tiempo de cocción. ¿El resultado? No es el sobresaliente de sus primeras obras, pero supera a su anterior trabajo. Algo que, por otra parte, era lo más lógico de esperar.

Sin perder su garra

Se puede afirmar que Alter Bridge nunca han dejado de sonar metálicos. Es más, desde ‘AB III’ se nota una carga importante en el sonido de las guitarras. Es una cualidad que sigue patente en este nuevo álbum y que se hace acompañar de un notable status de creatividad compositiva.

“This Is War”, “Dead Among The Living” y “Last Man Standing” son los tres cañonazos metálicos de esta entrega. La primera de ellas es la elegida para abrir fuego y llama poderosamente la atención esos coros épicos incrustado en su estribillos. Las otras dos no ofrecen nada nuevo o desconocido para los neófitos del grupo, pero la fórmula de siempre funciona y las cadencias vocales en cada subida de intensidad de Kennedy son recibidas con los brazos abiertos.

La variedad de ritmos de las diez canciones del listado juega a su favor, y temas como “Silver Tongue” -que se convertirá en uno de los favoritos- o la cortante y progresiva “Sin After Sin” se benefician de ello. Al siempre presente muro de riffs se le suma un cantante que logra subir la categoría de cada composición con aplastante facilidad.

Sin embargo, en “Stay” es el guitarrista Mark Tremonti quien liderada las voces de un medio tiempo rockero perfectamente ejecutado y que suena a los Alter Bridge de su disco de estreno -aunque, de las canciones del grupo en las que ha cantado Tremonti en su carrera, esta es la peor-. Por otra parte, se podría reconocer que “Holiday” y “Season Of Promise” son los cortes más predecibles y que, sin menguar en exceso el rasero del resto, menos llaman la atención. Eso sí, son dos canciones con marca registrada por Alter Bridge.

Tres canciones épicas de altura

Los temas largos y épicos se han convertido en una de las especialidades de los norteamericanos y en esta ocasión han grabado tres a las que no les falta ningún ingrediente para alcanzar la su receta mágica. A la citada “Sin After Sin” hay que añadirle un viaje musical completo y hechizante que supera los ocho minutos llamado “Fable Of The Silent Son”.

No faltan las guitarras crudas y los solos de infarto de Tremonti, ni los fraseos imposibles de Kennedy y tampoco la contundencia rítmica del bajista Brian Marshall y el batería Scott Phillips. Es una de esas canciones que se degusta con cada escucha y en la que sumerge al oyente en un mar de sensaciones. Le va a la saga el cierre de este álbum con la canción que le da título, en la que la que no falta la contundencia que incluso en ciertas partes sirve para sorprender y recrearse en cambios de intensidad y atmósferas. Las melodías son una delicia y recaba todos los elementos positivos de su genuino sonido.

Después de casi dos décadas de carrera, Alter Bridge ha manifestado una gran capacidad para registrar canciones con un alto potencial. Sus clásicos seguirán siendo sus clásicos, pero cada nuevo trabajo es otra muestra de reinvención sin perder su personalidad. No brillaran tanto como en sus dos primeras entregas, pero cada canción y cada disco es un valor añadido para la carrera de una enorme banda.