Eyehategod: A History Of Nomadic Behavior

Los precursores del sludge Eyehategod reviven siete años después de su último lanzamiento y presentan ‘A History Of Nomadic Behavior’, un LP de puro sludge como solo ellos podían concebirlo.

Precisamente es curiosa la manera en que los de Nueva Orleans viven su banda. Mientras la tendencia actual de muchas formaciones es publicar nuevo material cada dos años a más tardar, la discografía de Eyehategod tan solo cuenta con siete discos. Algunos pensarán que más de treinta años de carrera da para más, pero al final se suele decir que no es la cantidad lo que cuenta, sino la calidad.

Una larga carrera

Ya sea por la falta de presión por parte de los sellos discográficos o porque asumen que no todas las mentes creativas son capaces de concebir material de calidad de la nada y a toda prisa, está claro que Eyehategod no podía desperdiciar un momento histórico tan convulso como el actual. Pese a haberse declarado una banda no política, indicaron que efectivamente la situación en su país hizo mella en sus mentes y que eso se nota en algunas canciones.

Por otro lado, una faceta más conocida de la formación que influye en la composición de ‘A History Of Nomadic Behavior’ es la que ofrece con cierta regularidad escándalos como detenciones, fallecimientos y el consumo de estupefacientes entre sus músicos. Fue precisamente las experiencias que tuvieron estando de gira durante estos últimos años las que actuaron como otro motor para la creación de este álbum.

El sonido primitivo de “Built Beneath The Lies” recibe al oyente. Está la actitud, está el sonido. Los compases lentos se van sucediendo y le ceden todo el protagonismo a Mike IX Williams, cuya voz no parece haber mermado con los años. “The Outer Banks” tiene un espíritu muy, pero que muy parecido a la canción anterior.

Es común preguntarse cómo una banda como Eyehategod se mantiene en este estado de semi-popularidad. Por un lado, está su influencia dentro de la NOLA metal scene (que cuenta con caras conocidas como Phil Anselmo), pero por otra parte, y como no se puede negar al escuchar estas dos canciones, está el caos, la desorganización… La banda tiene un porte dejado que los hace grandes, pero no más allá del underground. Pasamos a “Fake What’s Yours”, lenta y estable. Tristemente, pasa sin pena ni gloria.

En “Three Black Eyes” hay un diálogo constante entre Jimmy Bower a la guitarra y Aaron Hill a la batería. El resultado es bastante caótico, pero ya es precisamente lo que esperan los fans de la banda. Hay un patrón que se repite a lo largo del disco, y es que muchas de las canciones arrancan con sonidos inconexos, rasgueos sueltos, redobles que se pierden entre el caos. Ese también es el caso de “Current Situation”, aunque este corte se define por tener uno de los riffs de entrada más pegadizos y a la vez pesados del disco. Esto dota a la canción de un cuerpo más sólido que lo escuchado hasta el momento.

“High Risk Trigger” es la canción estrella del álbum. Lanzada primero como single, los fans enloquecieron. Sludge en el sentido estricto de la palabra. “Anemic Robotic” mantiene el ritmo que su predecesora ha iniciado, al igual que “The Day Felt Wrong”. Tampoco difiere mucho de “The Trial Of Johnny Cancer”, salvo porque dicha canción parece arrastrarse: es pesada y lenta.

La llegada de “Smoker’s Piece” anuncia el principio del final. Pieza íntegramente instrumental de un minuto escaso que deriva a “Circle Of Nerves” y rematan el disco con “Every Thing, Every Day”, que relata el calvario de la clase obrera entre gritos desgarrados. Que nos recuerden la monotonía del día a día no es la mejor manera de cerrar el álbum, pero bueno, a más de uno le parecerá interesante la sugerencia de “kill your boss” que tanto repite en distintas estrofas.

Se esperaba algo más

A pesar del buen trabajo de producción y masterización de este álbum y de que la banda se mantiene fiel a su sonido – que al fin y al cabo es su marca personal – se podría decir que ‘A History Of Nomadic Behavior’ queda un poco flojo en comparación con otras publicaciones de los de Nueva Orleans.

Es de suponer que esto se debe más quizás por el hecho de ser devotos de un estilo musical tan particular y sin demasiado margen de actuación, que por la falta de creatividad.

De todos modos, y a sabiendas de que los últimos años de la banda han sido un tanto tortuosos, siete años de paréntesis creativo podrían haber dado para algo verdaderamente sobresaliente.