Wolfmother: Cosmic Egg
Desde hace unos 4 años, concretamente desde que WOLFMOTHER publicaron su disco debut homónimo, la canción “Woman” me ha estado persiguiendo en cualquier garito, fiesta o acontecimiento musical similar. Y claro, siempre me ha encontrado. Es uno de esos temas imperecederos que miren por donde, fue el single que les abrió las puertas a los australianos. Y es que, comercial no significa mala calidad, y mucho menos en este caso. Lo que vengo a decir es que, un debut tan explosivo, tan comentado, tan bien acogido y con ese nivel de repercusión (y repito, con ese nivel de calidad) no nace todos los días. Pero claro, un debut de ese calibre también es un arma de doble filo, entra en un juego peligroso por las expectativas que se crean alrededor de su sucesor. Algunas bandas han muerto dadas estas circunstancias. Para más colmo, el pasado año, dos de los miembros originales del trío de Erskineville, el bajista y teclista Chris Ross y el batería Myles Heskett, abandonan la formación con las consabidas diferencias musicales y personales de por medio, y Andrew Stockdale se queda a solas para comandar el barco. El guitarrista y vocalista sigue adelante, y convierte el trío en cuarteto (Aidan Nemeth – guitarra rítmica, Ian Peres – bajista/teclista, y Dave Atkins – batería), y paso a paso han llegado hasta entregar su segundo disco, “Cosmic Egg”.
Y ahora es cuando salta la pregunta, ¿supera a su debut?. Tras varias escuchas, la respuesta no es tan simple. Habrá opiniones diferentes, sin duda, pero ahí va la mía personal: no es ni mejor ni peor, es diferente. “Cosmic Egg” no posee esos muros sónicos tan fieros a base de riffs de la escuela de BLACK SABBATH, ni esa frescura con la que nos sorprendieron, pero han sabido abrir con mucha pericia un abanico de posibilidades que hace pensar que WOLFMOTHER no se quedaran obsoletos a corto plazo como las malas lenguas auguraban. A ver si me explico. El sonido BLACK SABBATH sigue estando ahí, y el de una multitud de bandas de los 60, 70 y 80; eso es innegable. Pero WOLFMOTHER han cambiado el marco en el espejo en el que se miraban, y se atusan el pelo y se ponen sus mejores galas con descaro propio. Han dejado de ser uno de los miles hijos bastardos que BLACK SABBATH tienen repartidos por el mundo.
No se percibe con el tema inicial “California Queen”, el cual podría incluirse en su debut perfectamente por su reconocible sonido. Y tampoco con el pegadizo single “New Moon Rising”; un corte a la altura que conseguirá llamar la atención en todo el globo entre un público muy distinto entre sí. Es a partir de “White Feather” donde WOLFMOTHER reivindican su personalidad hecha música, y comienzan a ofrecernos los frutos que ellos mismos han sembrado. Aunque en este último citado tema, ciertas partes te recuerden a cierta canción de sus majestades satánicas. Con “Sundial” ponen en practican una serie de riffs repetitivos que desencadenan en un estribillo donde la peculiar voz de Stockdale explota en desgarrado sentimiento. “In the Morning” comienza en falsa balada y con una excelente base de melodías de guitarras van ofreciendo vaivenes que rompen las estructuras básicas de una canción. Esa es precisamente su magia, caos controlado. Uno de los mejores cortes del listado es “10,000 Feet”, y no es porque sea pegadiza ni mucho menos. Con una composición concienzuda, muestran todas las posibilidades de sus guitarras: desde partes épicas hasta trayectos psicodélicos. Piezas que encajan sin argamasa, con naturalidad. Otro tema construido a base de riffs repetitivos y cortos es “Cosmic Egg”, y además, endulzan el caramelo con un estribillo muy agudo y potente en las líneas vocales de Stockdale. Las guitarras, como siempre. Escalas por aquí, solos a diestro y siniestro por allá, y si se da el caso, acompañando a los golpes de teclados al unísono.
“Far Away” será tildado por más de uno como una canción pop con guitarras eléctricas, pero más quisieran muchos temas de ese estilo tener ese grandioso estribillo y esos solos de guitarras. Con “Pilgrim” retoman su pleitesía al riff en clave de rock setentero que tan bien saben ejecutar. Y es que, ya sea a medio tiempo o con cierta rapidez, los australianos no pierden fuelle en ningún momento. Ejemplo de ello es también “In the Castle”. Golpes de riffs, con movimientos cabalgantes en ocasiones, y con paradas en seco en los que realizan juegos vocales y de guitarras en diferentes formas y distintos fondos, son los motores que funcionan con máxima eficiencia. WOLFMOTHER son capaces de aprehender de los riffs de BLUE OYSTER CULT, y rejuvenecerlos en un tema como “Phoenix”, antes de cerrar de una forma un tanto más sosegada con “Violence of the Sun”, donde Andrew Stockdale se esfuerza (y lo consigue) en ofrecer unas tesituras más variadas y melancólicas. Maravilloso corte como broche de cierre con ciertas reminiscencias a los LED ZEPPELIN más evocadores y atmosféricos.
Con “Cosmic Egg”, WOLFMOTHER ofrecen el arte de reciclar viejos riffs a través de una maquinaria que tiene su propio nombre. Sin duda, los recambios en la formación no han mermado un trabajo compositivo exquisito, dejando bien claro quien es el líder de la banda. Es un paso más en una carrera que, si ya prometía grandes éxitos en un principio, se reafirma con esta nueva entrega. Hasta la próxima, seguro que “New Moon Rising” os perseguirá en los garitos, las fiestas y cualquier acontecimiento musical de dicha índole. Y claro, se acoge de buenas ganas…
Satur Romero (satur@themetalcircus.com)
Grupo:Wolfmother
Discográfica:Universal Music
Puntuación:9
Canciones:
- California Queen
- New Moon Rising
- White Feather
- Sundial
- In the Morning
- 10,000 Feet
- Cosmic Egg
- Far Away
- Pilgrim
- In the Castle
- Phoenix
- Violence of the Sun
Año:2009
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