Corazones Eléctricos: Corazones Eléctricos

Corazones eléctricos han facturado un muy buen debut, con 12 canciones de rock llenas de matices. Entra a la primera, pero descubres nuevos detalles con las escuchas.

A estas alturas, los seguidores de Uzzuhaïa ya conocerán de sobras quiénes son Corazones eléctricos. Por si hay algún despistado en la sala, y para quienes no conocieran a los valencianos, señalar que es el nuevo proyecto del vocalista Pau Monteagudo, que desde el parón indefinido de su banda madre ha estado activo en varios frentes, siendo este el que parece que tiene mayor solidez. En este renacer musical, el rubio frontman también se enfunda la guitarra, y apuesta por un formato de power trío que completan el bajista Kako Navarro (Delaire) y Víctor Traves (SoulDocks) a la batería.

Por los distintos proyectos que han surgido de la escisión de Uzzhuaïa, creo que es fácil distinguir de qué pie cojeaba cada pata que sostenía la banda valenciana, y mientras Izzra y Alex han tirado hacia un punk rock más macarra en Capitan Booster (con un genial EP, también), y José por el hard rock en 13 Millas (del único del que aún no sabemos nada es del bajista Álvaro), Pau ha sacado su vena melódica en Corazones eléctricos, en 12 cortes de rock & roll con raíces anglosajonas y su característica voz como principal reclamo. También sorprende el despliegue guitarrero del disco, pues desconocíamos las habilidades del cantante a las seis cuerdas. En su anterior banda apenas cogía la guitarra, y solía ser principalmente la acústica.

El prestigioso productor Manuel Tomás ha sido el encargado de grabar este debut homónimo en los Elefante Estudios de Valencia, con el plus de haberlo hecho “en directo”. Y es aquí donde se notan las horas previas de ensayo, para lograr la manida frase de que “tres suenan como cinco”. Como es natural, esta faceta se resalta en los temas más enérgicos, como las iniciales “Camino al sur”, la deudora de Foo Fighters “Cama de faquir”, o Fuera de sí, con un riff completamente arrollador, que completa una gran triada inaugural de altos vatios. Pau siempre ha brillado en los medios tiempos, y “Volver a empezar” no es una excepción, recordando a aquellos maravillosos años de “Destino perdición” (2008). “Baile de salón” cierra la primera mitad, y es uno de los temas más valientes del disco. Una melancólica balada, con la acústica y la voz marcando la melodía, y con los tintes blues que exigen los cánones.

La segunda cara se abre a golpes de “Rockawilly”, que nos hace relamernos ante lo bien que va a sonar este tema en directo, recuperando la esencia natural de las composiciones de Pau en el estribillo. En la misma línea suena también “¿Quién salvará al Rock’n’Roll?”, aunque entremedio de ambas asoma una de las joyas de ”Corazones eléctricos”: “El coleccionista de fronteras”, que nos evoca de nuevo aquellos grandes medios tiempos de Uzzhuaïa, especialmente aquel que daba nombre a su gran disco, tanto por la temática como por ese ritmo americano que implora la acústica. Pura emoción. Parecido se podría decir de la country “Océanos de flores”, que también será carne de directo, y donde Pau más destaca con la guitarra. Más de uno verá a Kurt Cobain reflejado en Pau Monteagudo cuando desenfunden con los acordes grunge de “Kamikazes”, para desembocar en otro estribillo marca de la casa. La intensa “Intentando respirar” devuelve al disco el rock directo y enérgico, antes de dar carpetazo con una adictiva “Todo me recuerda a ti”, que nos captura desde el riff inicial de batería, con una magnífica letra bailando sobre unos cautivadores acordes sureños, y un solo de los que se te clavan en el cerebro.

Corazones eléctricos han facturado un muy buen debut, con 12 canciones de rock llenas de matices. Entra a la primera, pero descubres nuevos detalles con las escuchas. En ocasiones recuerda a Uzzhuaïa (es imposible separarlos con la personal voz de Pau como nexo), pero logra desmarcarse y dar con su propio sonido. Este LP sienta las bases de lo que puede ser un proyecto más que interesante, del que fuera cara más visible de una de las mejores formaciones que dio el rock patrio en la última década.