Quizá este mismo disco, producido por alguien más familiarizado con el sonido que hizo grandes a los de Seattle habría resultado de otra manera. Pero es una simple hipótesis. Para quien suscribe, “Condition Hüman” es un disco de transición que podrá comprenderse pasados unos años en su justa medida.

Ahora que la historia eterna de qué o quién es Queensryche ha llegado a su fin con un arreglo de conveniencia entre las partes (Geoff Tate puede decir que es “Geoff Tate de Queensryche” durante un par de años y usar el nombre “Operation Mindcrime” a cambio de que sus antiguos compañeros se queden la marca más clásica y le compren su parte de la empresa) ha llegado el momento de centrarse en la música. Mientras que el disco homónimo de 2013 con Todd LaTorre como vocalista era un intento claro de posicionarse como ente activo y merecedor de preservar los derechos sobre el nombre y la marca, en “Condition Hüman” Queensryche se perciben más serenos y más centrados compositivamente hablando. Claro está que esta banda no es la de antaño y que los tiempos de “Rage for Order” están muy lejos, pero ya no es 1986 ni lo va a volver a ser nunca más. La cuestión es que nos han quedado unos Queensryche “curiosos”, como dicen en mi pueblo. Tienen la mayoría de los elementos reconocibles (el timbre de voz de LaTorre es clavado al de Tate por momentos, con la ventaja de que no hay que soportar a Tate y sus experimentos musicales), la estructura compleja y progresiva en las canciones pero, lógicamente, falta la magia que les hizo grandes. Esto es como cuando acabas de conocer a tu pareja: la llama de la pasión -que es muy efímera- te hace follar entre arbustos si es necesario. Cuando llevas veinte años de matrimonio, te respetas pero llegas a la cama una vez al mes con suerte. Pues escuchar a Queensryche viene a ser algo así: todo es familiar, cómodo, profesional, suena bien…pero no se percibe la llama de antaño.

Así pues, “Condition Hüman” es un disco superior al anterior, pero algo frío y necesitado de un poco más de pasión en la ejecución. Los temas rápidos como “Arrow of Time” o “All There Was” brillan, igual que sucede en “Toxic Remedy” con la épica de sus melodías como principal activo. Pero en otros como “Selfish Lives”, “Eye9” o “Just Us” la banda se va por los cerros de Ubeda sin remedio posible. El cierre con el tema título es digno pero el sabor que queda es algo agridulce, sin duda.

Parece que Queensryche se lo han jugado todo a una carta: la de la voz de Todd. Pero hay una alarmante falta de canciones que probablemente viene dada por el evidente cansancio que ha supuesto todo el proceso judicial y personal por el que han pasado sus integrantes recientemente. Consiguen recuperar algunos de sus elementos clave -las armonías de guitarra  de Michael Wilton y Parker Lundgren son de agradecer- pero no los suficientes como para mantener la atención del oyente intacta a lo largo de los 53 minutos del disco.

La producción del disco ha corrido a cargo de Chris “Zeuss” Harris, conocido por su trabajo con bandas como Huntress, Hatebreed, Crowbar, Rob Zombie, Suicide Silence y demás. Quizá este mismo disco, producido por alguien más familiarizado con el sonido que hizo grandes a los de Seattle habría resultado de otra manera. Pero es una simple hipótesis. Para quien suscribe, “Condition Hüman” es un disco de transición que podrá comprenderse pasados unos años en su justa medida.

Grupo:Queensrÿche

Discográfica:Century Media

Puntuación:6

Canciones:

  1. Arrow Of Time
  2. Guardian
  3. Hellfire
  4. Toxic Remedy
  5. Selfish Lives
  6. Eye9
  7. Bulletproof
  8. Hourglass
  9. Just Us
  10. All There Was
  11. The Aftermath
  12. Condition Hüman

Votación de los lectores:5