Tarja: Colours in the Dark

Curiosa la situación de una de las grandes voces de la escena metal que nunca quiso ser una estrella del heavy metal, pero que lo es. Sus fans le seguiremos pidiendo que vuelva al sonido con el que la vimos nacer, pero ella pertenece, y quiere pertenecer, a otra escena

Podemos seguir debatiendo una y otra vez si Tarja es la cantante ideal para Nightwish o no, pero la realidad es la que es. La Turunen está fuera de Nightwish y bien les va sin ella. Quien ha salido perdiendo ha sido ella, pero es innegable que posee una nutrida legión de fieles. Estos mismos fans deberían ser más críticos con ella y no aplaudir siempre todo lo que hace, pues desde su ópera prima que no ha conseguido convencer a prensa ni a público en general. Ahora Tarja vuela libre y hace lo que siempre le ha gustado… y no es precisamente el heavy metal, aunque a muchos les duela. Tarja sigue siendo una gran vocalista a pesar que palidece con cualquier cantante de ópera. Pero su carisma y su apuesta es siempre atractiva, aunque sus discos no siempre logren lo esperado. En cuanto a directo ningún pero… es perfecta.

“Colours in the Dark” es ya su tercera entrega si contamos desde “My Winter Storm”. En ese disco jugó a darnos lo que esperábamos de ella, luego ha ido pausando su propuesta e indagando en atmósferas más intimistas a tempos pausados. Esta vez la cosa queda otra vez irregular pero supera su anterior “What Lies Beneath”. Delicadeza, belleza, momentos bombásticos a cuentagotas y mucho protagonismo orquestal. El inicio promete con la excelente “Victim of Ritual”, a ritmo marcial y con pausas y acentos. Gran línea vocal para acercarse un poco a Nightwish (lo que todo el mundo realmente quiere y espera). Hay temas excesivamente extensos y desarrollos algo innecesarios. “Lucid Dreamer” es el claro ejemplo, con esos interludios a lo Lacrimosa; la otra es “Mystique Voyage”, que hace honor al nombre.

Uno de los grandes estribillos del disco lo encontramos en la inspirada “500 Letters”. Gran cadencia y pomposidad, respaldada por algún que otro tímido sampler. La labor de Terrana pasa muy desapercibida, también la del resto del combo, muy de soporte y comparsa para la voz y la orquesta. “Never Enough” posee uno de los riffs más duros, por momentos me llegan a recodar a To/Die/For. El tema tiene madera de single, pero quizá será excesivamente moderno para sus seguidores. En directo puede ser uno de los grandes momentos. La sorpresa llega de la mano de “Darkness” de Peter Gabriel. Le da mucha teatralidad y su voz pasa por momentos por el efecto de voz. Ha quedado realmente bien. El toque maestro de Mike Lilja con el cello se deja notar de vez en cuando como en la contundente “Neverlight”. Aquí la cosa no termina de funcionar… “Until Silence” es una trabajada balada y la final “Medusa” es un tour de forcé extenso y complejo con un inicio atmosférico y étnico. Pero como ya he dicho, sigue la tónica general, y la cosa nunca despega.

Las cosas no han cambiado en demasía para Tarja y su carrera en solitario. Sus fans se alegrarán y defenderán con uñas y dientes todo lo que haga, pero si bien eleva un poco el listón, no creo que ni se acerque a su primera obra. Y este material está a años luz de lo que grabó con Nightwish. Pero “Colours in the Dark” se deja escuchar y atrapa poco a poco al oyente. Mucho trabajo de composición, muchos detalles y algo más de guitarras respecto a su antecesor. Los dos primeros cortes elevan una tónica general que no termina de superar el correcto. Los temas excesivamente largos son muy cargantes y lastran unas composiciones instaladas siempre en el medio tiempo. Curiosa la situación de una de las grandes voces de la escena metal que nunca quiso ser una estrella del heavy metal, pero que lo es. Sus fans le seguiremos pidiendo que vuelva al sonido con el que la vimos nacer, pero ella pertenece, y quiere pertenecer, a otra escena. Una situación nada cómoda, la verdad.