Royal Hunt: Collision Curse

Vivimos la era de las segundas partes y eso no presagia nada bueno. Gamma Ray, Helloween, King Diamond, Queensryche y muchos más han recurrido a un volantazo en un momento de su carrera para volver a transitar por la senda que les deparó sus años dorados. Royal Hunt han sido una de las mejores bandas en mezclar el hard rock, elementos progresivos, el lucimiento instrumental, los coros angelicales y darles forma de canciones sencillamente perfectas. Desde 1991 han desfilado por la que ya podemos denominar desde hace varios años banda de “André Andersen”, excelentes músicos y mejores vocalistas. Culminaron sus mejores años con un maravilloso e imprescindible directo llamado 1996 y rizaron el rizo con PARADOX en 1997. Acompañaron al disco con una gira excepcional con coristas femeninas y hasta ofrecieron un gran directo que con su título sobraban más palabras: CLOSING THE CHAPTER.

La huida del enorme DC Cooper y la llegada de John West tuvo grandísimos momentos como THE MISSION, pero unas giras posteriores con coros enlatados o sin coros (horrible concierto en Wacken), discos correctos como EYEWITNESS o un sinfín de cambios de formación han llevado a Royal Hunt de cabeza al pozo del olvido. Qué injusto sería ningunear el trabajo de los chicos de Andersen, y es con la vuelta a su disco fetiche con el que las cosas deberían volver a cambiar, y la verdad, escuchando el disco no parece descabellado hablar de un resurgir, cuanto menos una vuelta a la popularidad.

El delicado comienzo de “The Aweking” asoma aquí, si bien el tema en cuestión esta vez lo titulan, acertadamente, “Principles of Paradox”. Delicadeza sinfónica entre lluvia y truenos lejanos y un excepcional corte que contiene los mejores ingredientes que siempre han utilizado los Hunt. El hecho de contar con Mark Boals ha sido un grandísimo acierto, la verdad es que logra hacernos recordar incluso al mejor DC Cooper aunque por muchos (lo entiendo), será siempre el cantante de Royal Hunt.

Temas esta vez no superiores a los seis minutos, guiños constantes al PARADOX y un empalme sublime entre canción y canción que hace que los cortes se fundan como si de una sola composición se tratara. El concepto de unidad se acentúa con un inicio y final de disco basado en “The Aweking” de su disco-hermano mayor. Los teclados de Andersen dominan todo el disco, como tiene que ser, pero los coros formados por ilustres como Ian Perry, Doogie White o la ya habitual Maria McTurk entre otros rozan la perfección. “Divide and Reign” o “Exit Wound” suenan justamente a lo que todo fan espera de la banda, melodía a raudales mientras guitarras y teclado marchan a velocidades de vértigo y el lucimiento instrumental es rotundo, sin hacerse cargante y sin afectar a lo que es el todo, la composición.

El inicio a balada de “High Noon at the Battelfield” deriva hacia un medio tiempo que combina eléctricas y acústicas y hasta contiene un interludio con cierto toque Pink Floyd. Maravillas como “Blood in Blood out” y “Tears of the Sun” (con protagonismo de voces femeninas) van a hacer las delicias porque repito: es justamente lo que sus fans más antiguos esperan de ellos, himnos de la talla clásica de antaño. Los que tienen dudas sobre la voz de Boals (exMalmsteen entre otros) disfrutarán con los agudísimos de “Chaos AC” que incluye la llamada en la puerta del final de “Silent Scream”.

Puede que Royal Hunt a día de hoy sean Andersen y cuatro mercenarios más, que sin DC Cooper parece que cualquier tiempo pasado sea mejor, que un PARADOX II sea un intento de llamar la atención al desengañado fan pero esta segunda parte os puedo asegurar que va a ser recordada. Grandes composiciones, colaboraciones de lujo, parte del espíritu del PARADOX presente y un Mark Boals alucinante. Evidentemente el PARADOX es mucho mejor pero quizá, y juntamente con THE MISSION, estamos hablando del mejor disco de la era postDC Cooper, e igualar a ese disco ya es decir mucho.