Steve Vai: Inviolate

Con 61 años de edad y más de 40 de actividad, el guitarrista estadounidense Steve Vai aún siente la necesidad de expresarse musicalmente, aunque sin la presión de tener que demostrar nada, puesto que su talento es incuestionable.

Curtido en las intrincadas composiciones que el cerebro del genio Frank Zappa imaginaba para que él les diera forma, vinculado a otros muchos artistas de renombre como, Alcatrazz, David Lee Roth y Whitesnake, entre otros, y con una dilatada carrera en solitario desde 1984, Steve Vai es, por méritos adquiridos, un auténtico maestro de la guitarra, un mago de las notas, capaz de extraer los sonidos más inverosímiles.

Seis años después de su último trabajo en solitario, ‘Modern Primitive’, ya hay a la venta un nuevo álbum del portentoso guitarrista titulado ‘Inviolate’ en el que, una vez más, exhibe sus eclécticas cualidades abarcando infinitas texturas.

Reflexivo pero sin olvidar la intensidad

Resalta el hecho de que se trata de un álbum  más decantado hacia la instrospección, menos vitalista que en otras ocasiones, aunque también es cierto que no están descartadas algunas canciones dotadas de intensidadad.

Steve, no ha compuesto un álbum solo para su lucimiento personal, hay canciones donde se puede detectar el determinante aporte de los diversos músicos invitados, como en el caso de la batería en el tema de apertura, “Teeth Of The Hydra”, composición que Vai interpreta con una guitarra/bajo de tres mástiles en las que combina desarrollos lentos dotados de un embriagador sentimiento con algunos trallazos cercanos al heavy, a la vez que añade alguna filigrana con el bajo mientras la batería le apoya sobrada de protagonismo y recursos.

La capacidad de Vai para reinventarse queda reflejada constantemente. Cada composición cuenta con sus propias singularidades. “Zeus In Chains”, por ejemplo, arranca con un estupendo lick, además de contar con partes rítmicas que se repiten al principio y al final que recuerda de forma superficial a los típicos ritmos de Carlos Santana. Solos con sentimiento, un exquisito punteo de bajo y un riff robusto, así como algo de filigrana, completan una de la piezas claves del álbum.

La sensibilidad guitarrera nunca queda excluida y “Little Pretty” es una muestra más. Aquí, Steve Vai exhibe toda su gama de variaciones; de unos primeros acordes de inspiración “hendrixiana” pasa a la ternura, excelentemente secundado por bajo y batería a cargo de Bryan Beller y Jeremy Colson respectivamente, hasta alcanzar sonidos propios de las bandas sonoras de los ’50, sin olvidarse de añadir las suficientes dosis de virtuosismo.

El talento del estadounidense vuelve a despuntar en “Candlepower”, tema en el que, según sus propias declaraciones, aplica una nueva técnica consistente en doblar una nota mientras toca otra. Pero es que, además, lo combina con la inclusión de bendings. El resultado es un elegante y maravilloso ejercicio de guitarra que recuerda al jazz-rock-fusion de los ’70 y, en este caso específico, aunque se trate de un bajista, se notan unas pautas muy cercanas a Stanley Clarke, de los reputados Return To Forever. Como complemento, Terry Bozzio aporta su toque personal a la batería.

Las reminiscencias de jazz-fusion reaparecen , y en mayor medida, en “Apollo In Color”, una pieza donde la guitarra de Steve, el bajo de Henrik Linder y la batería de Vinny Colaiuta exhiben un inmenso derroche de creatividad para crean un mágico colorido, al que también contribuye David Rosenthal con los teclados.

En un álbum más bien reflexivo, sobresale el enérgico dinamismo que desprende “Avalancha”, con Steve dando rienda suelta a su vertiente más heavy con un embriagador lick, un riff musculoso, así como filigranas varias. Jeremy Colson a la batería y el gran  Billy Sheehan al bajo, controlan una sección rítmica vertiginosa para rematar una pieza desenfadada de eufórica atmósfera.

Más difícil todavia… con una sola mano

Del ímpetu pasamos al sosiego con “Greenish Blues” que, como su título indica, es un blues en toda regla, delicado e impregnado de melancolía, pero también de notas retorcidas y apasionadas.

Con “Knappsack”, llegamos a la famosa pieza tocada solo con la mano izquierda debido a la convalecencia de Vai por una operación en los tendones del hombro derecho. Cuando le entregaron un nuevo modelo de guitarra Ibañez, la Black Onyx Pia Guitar, nuestro hombre no se pudo aguantar, se desafió a sí mismo, y compuso una pieza para poder interpretarla con una mano. El resultado solo puede calificarse de impresionante. Steve, en toda su grandeza, como guitarrista excepcional, aplica todas sus habilidades para construir una pieza exquisita, respaldado de nuevo por las cualidades de Terry Bozzio tras la batería.

‘Inviolate’ se cierra con “Sandman Cloud Mist”. Una composición sosegda, de tiempos lentos y devaneos sonoros que no aporta demasiado pero que completa un álbum que podrá tener sus diferencias con respecto a los mejores que ha entregado Vai pero que no decepciona.