Lamb Of God: Live In Richmond, VA

Slayer se han retirado y el resto del Big 4 ya lleva años peinando canas y bajando la intensidad. ¿Ya va siendo hora de que haya un relevo, no? Con un directo adaptado a tiempos de pandemia, un set que recrea íntegramente su último lanzamiento y un nuevo batería, Lamb of God nos demuestran de lo que serían capaces si pudieran salir de gira.

Lamb of God no son en absoluto los niños nuevos del patio, y su homónimo ‘Lamb Of God’ del año pasado supuso un cierto regreso a sus raíces, a ese New Wave of American Heavy Metal que quiso romper con los catastróficos ’90 y darle un lavado de cara al género sin romper irremediablemente con sus raíces, pero aún así parece que siguen necesitando de ese “algo” que les haga alcanzar ese estatus de leyendas, algo que para muchos fans no reside en sus despiadadas actuaciones en directo.

Agresividad pese a todo

Lo primero que uno nota cuándo le da al play a este trabajo en vivo, es la ausencia de público. A priori es algo que debería haber jugado en contra del espíritu de un directo, pues justamente son los enloquecidos gritos del respetable lo que hacen que el ‘Killadelphia’ te sumergiera de lleno en la experiencia de un concierto de Lamb Of God. Parte del encanto que tienen los grupos del estilo reside justamente en los ritos inherentes a la experiencia de ir a uno de sus conciertos: los pogos, gritos alocados en vez de corear las canciones, estar apretujado independientemente de la zona de la pista en la que estés.etc.

Pero, como todos sabemos, la covid sigue existiendo y aunque muchos piensen que los americanos están aprovechando la abstinencia de conciertos para llenar sus propios bolsillos, dice mucho de la confianza que tiene la banda en la ejecución de sus temas que decidan grabarse en lo que los más cínicos podrían calificar como un ensayo.

Yo mismo he tenido mis dudas, que de hecho dejaron de existir con los primeros acordes de “Memento Mori”. En el contexto de la pandemia, los temas del reciente ‘Lamb of God’ no han tenido la oportunidad de brillar en directo, momento en el que la calidad de un tema está expuesta, sin que ningún tejemaneje de post producción pueda ayudarla, y la verdad es que escuchando las canciones nuevas ejecutadas en directo, no puedo sino estar aún más triste de que siga sin haber una fecha que marque el regreso de los conciertos.

No, no hay gritos, y tampoco se escucha a Randy Blythe incitando a la audiencia a volverse loca, y de hecho justo antes de “Reality Bath” lo podemos escuchar haciendo una declaración con la comedida calma del que da un simposio en el ayuntamiento de su universidad. Es un concierto distinto, si, pero un concierto al fin y al cabo.

Una banda ansiosa

No poder saltar a la carretera a defender tu último trabajo es uno de los tragos más amargos a los que han tenido que enfrentarse las bandas en estos tiempos, y está ansiedad acumulada se nota especialmente en la ejecución de una “New Colossal Hate” que suena mucho mejor de lo que lo hace en el disco.

De hecho, la otra gran curiosidad de este directo es que Lamb Of God ha decidido interpretar íntegramente los 11 temas de su último lanzamiento, dejando fuera del set a clásicos tan queridos como “Laid To Rest” o “Redneck”. ¿Es esa la filosofía que iban a emplear para la gira que se canceló en 2020? ¿Será este el setlist de los conciertos posteriores a la pandemia? Aunque en lo personal lo dudo mucho, es algo que solo el tiempo revelará, y aunque es una decisión destinada a dividir a los fans, de lo que no hay ninguna duda es de que refleja ya no solo la confianza en los temas nuevos, sino en cómo su calidad mejora exponencialmente en directo.

El otro gran punto de atención de este directo es el desempeño del chicho nuevo, le batería Art Cruz, que ha de ocupar el trono de toda una institución como Chris Adler, que con su técnica y energía definió el ADN del Lamb Of God que todos conocemos. Juzgar su ejecución por lo mucho que se parece a la de Adler no solo es injusto, sino que resulta contraproducente.

En los cortes nuevos y que el ha podido componer, se luce con especial soltura, concretamente en “Routes” y en “On The Hook”, momento en los que puede lucirse como el gran batería que es, mientras que a la hora de afrontar “Contractor” o “Ruin”, logra transmitir la alocada intensidad que hace célebres los conciertos de los norteamericanos.

Placebo en tiempos convulsos

En cualquier otra situación, habría sido mucho más duro con una banda que lanza un disco en directo sin público e interpretando íntegramente su nuevo lanzamiento, pero con los tiempos que corren, toca ser justos.

No, no es ‘Killadeplhia’, y la ausencia de público en el contexto de un concierto de thrash puede hacerse hasta inquietante, como lo está siendo ver las calles desiertas a partir de las 22 de la noche o a familias comer separadas en varias mesas en un restaurante.

Con el beneficio de la perspectiva, creo que este directo pasará a la historia como un testimonio de estos aciagos tiempos que nos han tocado vivir. A todas las bandas les frustra y hasta les ahoga económicamente no poder salir de gira, pero en mi humilde opinión, Lamb Of God necesitaban actuar en directo por motivos estrictamente psicológicos: para confirmar su confianza en sí mismos y para asentar la excelencia que se espera de su ejecución en directo.

Si ‘Lamb of God’ te gustó, ‘Live in Richmond, VA’ es un directo que simplemente no te puedes perder. Confirma lo que todos esperamos cuándo una banda saca un nuevo trabajo, y es que el mismo pueda defenderse en directo, y si algo justamente le sobra a Lamb Of God son ganas, energía y actitud.

‘Live in Richmond, VA’ es un directo magnifico y perfectamente disfrutable, pese a que siga siendo un oscuro recordatorio de la situación a la que han de enfrentarse las bandas, que por muy consolidadas que estén deben luchar por su supervivencia.