Motto Perpetuo: Circus Of Life

Podrían moverlo a sellos europeos sin demasiado problema para conseguir interés porque lo más importante, las canciones, se aguanta por su propio pie.

Con una trayectoria de diecisiete años en la escena de Barcelona, Motto Perpetuo son una banda de heavy metal con dejes de hard rock y sonido y afinaciones actuales, en contra de la tendencia habitual que se da en muchos grupos de este tipo, donde copiar lo que se hizo en los 80 parece ser la prioridad. A lo largo de los tres cuartos de hora que dura “Circus of Life”, Motto Perpetuo demuestran lo mucho que han cambiado las bandas “underground” en los últimos diez años. Para quienes seguíamos su carrera desde hace años, este nuevo disco es lo mejor que han hecho hasta la fecha, por sonido, por composición y por dirección. El trabajo previo, “Perpetual Time”, mantenía ese halo a ‘banda local’ en el sonido y la producción del disco. Ni rastro en “Circus of Life”, un disco donde la banda se ha empleado a fondo en mejorar todo lo que podía.

Los teclados y la tonalidad que usa Mireia Farré en ocasiones recuerdan mucho a Nightwish y a las bandas finesas de metal con tintes gothic (To/Die/For o incluso The 69 Eyes), aunque no tanto como en las canciones del anterior disco (tan solo hay que escuchar aquel “Angel’s Memories” para entender lo que digo). En este trabajo la banda brilla con una luz más propia, con temas más abiertos y cuidados en las melodías y los detalles. Un buen ejemplo es “The Words I Didn’t Tell You”, un hit en toda regla si viniese de la mano de una banda internacional. No en vano, detrás de los controles y de la dirección del disco ha estado el gran David Palau, que ha grabado el trabajo en sus afamados Divertimento Studios, como ya hiciese con otras bandas como TABU o sus propios GÜRU.

El disco fluye con facilidad, tanto en los temas más épicos y prototípicamente heavies (“Summer Storm”) como en los que se podrían definir como más pop en su espíritu (“Fight on Fire”, “I Wanna Be Alive”). Se nota mucho la mano de Palau en la edición y filtrado de los temas y sus partes. No alargando, manteniendo la pulsión de la canción en todo momento y sin perder el alma de las canciones en ejercicios instrumentales excesivos. El trabajo del guitarrista Jordi Fernández es exquisito, así como el de José Torrent a la bateria y Álex Blanco al bajo.

Sin duda, Motto Perpetuo han dado un salto cualitativo importante en este trabajo. Podrían moverlo a sellos europeos sin demasiado problema para conseguir interés porque lo más importante, las canciones, se aguanta por su propio pie.