Amorphis: Circle

Este nuevo trabajo de AMORPHIS llega con dos novedades importantes respecto a las anteriores apuestas del grupo: por un lado, en lo que a las labores de producción se refiere, el grupo ha decidido prescindir por el momento de los servicios de Marco Hietala, quien había estado involucrado con ellos desde “Eclipse” (2006), con lo que de algún modo se cierra una etapa en la historia del grupo que empezó con ese álbum que fuera también el debut de su actual y característico vocalista Tomi Joutsen. El escogido para reemplazar al bajista y vocalista de NIGHTWISH y TAROT en el frente de producción ha sido ni más ni menos que el sueco Peter Tägtgren, él también músico, en este caso guitarrista y vocalista de bandas como  HYPOCRISY o PAIN y prestigioso productor con un currículum en ese campo que incluye a todo tipo de bandas de primera categoría en el mundo del metal extremo, caso de IMMORTAL, AMON AMARTH, DIMMU BORGIR, DARK FUNERAL, CHILDREN OF BODOM, CELTIC FROST, ENSLAVED, MARDUK…. Con tamaña experiencia a sus espaldas, la pregunta es: ¿qué ha aportado este nuevo reclutamiento al sonido de AMORPHIS? Y bien, la respuesta es que nos hallamos ante un álbum con un sonido compacto, orgánico y nítido que privilegia ante todo el sonido de las guitarras, devolviéndolas a la primera línea de fuego. En lo que respecta a la segunda novedad de este “Circle”, se resume en que el grupo ha dejado de lado su habitual fuente de inspiración a nivel lírico, o sea la epopeya nacional finlandesa llamada “Kalevala”, para tirar de una historia escrita por su letrista Pekka Kainulainen. Este álbum se nos presenta como un trabajo conceptual que gira alrededor de la historia de un personaje principal que se nos presenta como un hombre desafortunado y solitario que llega a lo más bajo de su marginación y de su desesperación existencial; es en ese momento cuando oye la llamada de un etéreo y misterioso ser de otro mundo y era que le anima a viajar mentalmente hasta un círculo (el círculo del título) compuesto por hombres sabios, una especie de sacerdotes o chamanes paganos de tiempos antiguos, que le descubren sus fuerzas ocultas y el verdadero potencial que se oculta en su interior; gracias a su ayuda, el protagonista sale del “círculo” reforzado y mucho más sabio, y es ahora capaz de enfrentarse con valor a los retos de su existencia diaria. Según palabras del propio grupo, “Es una historia de supervivencia.”

La formación actual de AMORPHIS (con excepción del vocalista Tomi Joutsen, que entró en el grupo en 2006) se mantiene intacta desde hace más de diez años, por no hablar de los miembros fundadores y verdaderos ideólogos de la banda Esa Holopainen y Tomi Koivusaari, ambos guitarristas, quienes crearon este combo hace ya más de veinte años. Todo ello se percibe de forma especial, básicamente uno oye a unos músicos profundamente compenetrados que producen un sonido bien engrasado y sólido, y que conocen bien los avatares del oficio.

Pasando ya a hacer un breve recorrido por el disco, decir que “Shades of Gray” se abre con un riff principal muy en la onda del death metal melódico de unos primeros ARCH ENEMY (los de Johan Liiva), AT THE GATES o bandas por el estilo. A mitad de tema encontramos un interludio donde las guitarras trazan una melodía con un aire folk indiscutible, con el que los finlandeses nos ponen sobreaviso acerca de una de sus tendencias más características, que veremos desarrollarse abundantemente a lo largo del resto del álbum. “Mission”, el siguiente tema, tiene un arranque más nórdico en lo que a las líneas melódicas se refiere, y tanto la voz de Tomi como el tema principal desarrollado por la guitarras de Esa y Tomi me recuerdan ligeramente a lo que encontrábamos en algunas piezas de aquel genial trabajo debut de Demonaz (antiguo guitarrista de IMMORTAL) en solitario, llamado “March of the Norse” y que salió al mercado en 2011. Pasamos ahora a “The Wanderer”, una pieza que nos muestra por vez primera en el álbum un trabajo especialmente intenso en la labor de acompañamiento de los teclados de Santeri Kallio, un tipo que lleva ya un tiempo considerable en el grupo. Y así llegamos al que para un servidor es uno de los momentos cumbres de este “Circle”, “Narrowpath”, que se abre majestuosamente con esa flauta evocada imagino por los teclados, y ese despegue bombástico y épico que tanto recuerda a unos CRUACHAN  o SKYCLAD; esto es celtic metal en estado puro señores, y aquí sí que AMORPHIS han tirado decididamente por la senda del folk y las raíces tradicionales de su música, y lo han sabido resolver con éxito. Verdaderamente este tema posee un aire evocador que le lleva a uno hasta a pensar en la época más celta de Gary Moore, aquélla en la que creó una joya como “Wild Frontier” (salvando obviamente las muchísimas diferencias entre ambos estilos). Un estilo que también se desarrolla fuertemente en la parte final del que han elegido como single del disco, “Hopeless days”.

“Nightbird’s Song” se construye alrededor de un riff principal que tiene grandes influencias del black metal así como del death más primigenio, que junto con las voces guturales de Tomi nos retrotraen por momentos a tiempos pasados de la banda (me pasan por la cabeza temas de su tremendo debut “The Karelian Isthmus” o de su aclamado “Tales from the Thousand Lakes”), eso sí, con una pegada claramente del siglo XXI y no de los años 90. Las siguientes “Into the Abyss” o “Enchanted by the moon” siguen en la línea de ese metal oscuro que es un poco una amalgama de todos los estilos que conforman el panorama del metal extremo y que siempre ha caracterizado a AMORPHIS; por momentos encontramos black, death, folk o hasta doom, eso sí, siempre en pequeñas dosis e irrigado con un generoso torrente de metal progresivo y melódico. Cierran el disco con “A new day”, tema notoriamente melancólico pero a la vez esperanzador en su evocación, y que termina con un relajado fragmento de (diría) saxo que me recuerda a su anterior experimento con ese instrumento en trabajos más experimentales y progresivos como “Tuonela” (1999) o “Am Universum” (2001).

En definitiva, un trabajo potente y bien orientado, que se nos revela como una síntesis de las diversas facetas musicales que han venido mostrando los de Helsinki  a lo largo de las últimas dos décadas, un grupo que sin duda ha destacado siempre por un gusto por el riesgo y la experimentación, y que nunca se ha encasillado en un estilo en concreto sino que siempre se ha definido por la exploración y conquista de nuevas fronteras musicales, sin tener nunca miedo al cambio o la evolución de sus parámetros.