FW: HARMONYPara quien todavía lo desconozca, HARMONY es la banda madre del por mí muy admirado Markus Sigfridsson, músico sueco de reputado talento y estelar bagaje musical, cuyo debut  con la banda que hoy nos ocupa se produjo allá por el año 2003. Cinco años después de aquel “Dreaming Awake” aparece este gran “segundo capítulo”, aunque entre tanto, el Sr. Sigfridsson ha tenido tiempo para legarnos dos obras dignas de ser recogidas en cualquier manual de rock duro, auténticas joyas de la música contemporánea, dos proyectos geniales, cada uno en su línea, englobados bajo los nombres de “7DAYS” y “DARKWATER”, a cada cual mejor.   Pues bien, HARMONY compendia el lado más neoclásico del maestro Malmsteen, el power más asintomático de los mejores Stratovarius y el lado más oscuro y progresivo de bandas de la escena escandinava, como podrían ser, por no escaparse de lo más mediático, los suecos Evergrey. Sigfridsson goza de una formación predominantemente clásica, como mostró en aquel bello “Dreamig Awake”, pero su continua evolución, el endurecimiento de su sonido y el enriquecimiento de su propuesta ha sido espeluznante en muy poco tiempo. Prueba palpable de lo que hablo han sido sus proyectos paralelos que comentaba al inicio.   

“Prevail” da el pistoletazo de salida, contundente, grave, denso, mostrando sus caras boca arriba desde el principio. Las melodías van solas, de lujo. Henrik Bath cantando mejor que nunca y los teclados proporcionando vida. El estribillo es colosal, rotundo, para no parar de tararearlo. “Aftermarth” se inicia a modo de clavicordio clásico, y “Black Diamond” de los profetas finlandeses aparece rápidamente, cual “deja vu” se tratase, en mi cabeza a modo de referencia. Qué gratos recuerdos!!! Las guitarras van veloces, con mucha fuerza, acunando a la melodía vocal, muy power metal. El estribillo es incendiario… “Watching the Atermath… Of Our Deeds…”  Excelente. “Rain” es muy dinámico, con la guitarra marcando diferencias desde el inicio. El riff es portentoso, con mucho garbo, y las melodías muy marca de la casa. Los arreglos de teclado y la construcción netamente escandinava convierten al tema en todo un hit, con su momento más álgido en el estribillo, con Bath coqueteando con las alturas en cuanto a tesituras. “Don’t Turn Away” es genial, de construcción sobresaliente, de cariz semiprogresivo a base de guitarras entrecortadas y armonías de teclado, así como un juego de melodías muy atractivo. Todo el tema en sí es un capricho. “Kingdom” tiene una base muy marcada, donde los teclados son de nuevo protagonistas coloreando toda la sonoridad del tema. Las guitarras dibujan figuras de gran nivel y las melodías vocales vuelven a estar en primera línea, aunque en esta ocasión el estribillo pierde un poco de fuerza. “Silently We Fade” es perfecta, tenue, pomposa, es una de las perlas del disco. Balada de estructura clásica, excelentemente arreglada, con Henrik Bath tomando el liderazgo tras el micro, y dando el momento de pausa necesario para retomar la energía con “Inner Peace”, de nuevo muy “powermetalera” y afilada, con muchísimo dinamismo desde las melodías y una bocanada de aire fresco. Suena de cine, rememorando los grandes momentos del género. Increíble, brutal. “Weak” es mágico, el piano entra arpegiando y las guitarras reclaman su protagonismo con muchísima rabia. Las melodías no son tan sobresalientes como en otros casos, pero el altísimo nivel de Bath en las voces, proclama de nuevo al tema como rotundo vencedor. “I Run” es más cadencioso, sin tanta rapidez, más sereno, va como a medio tiempo, pero con la misma solvencia que el resto. “Hollow Faces” es otro de los momentos álgidos del CD, desde el inicio suena a gran hit. Muy neoclásico, de cariz muy escandinavo y con un pulido de líneas vocales excelso. El puente es simple magia. Y para acabar “End Of My Road”, muy heavy, ahora con las guitarras coloreando por encima de todo. El estribillo es muy rockero, bestial, adictivo, de lo mejor del disco.   

Resumiendo, trabajo de un brillo poderosísimo, es muy difícil crear algo con tanta sabiduría y saber hacer como este “Chapter II”. Guitarras inteligentes y talentosas a cargo del genio Sigfridsson, juego de teclados sobresaliente, espectacular, inmejorable (de lo mejor que he escuchado en mucho tiempo en este sentido) de la mano de Magnus Holmberg, siguiendo la estela de maestros como el genial Richard Andersson, y sección rítmica apabullante con Tobias Enbert galáctico en la batería y, oh sorpresa, Mr. Kristoffer Gildenlöw al bajo, con una espesura y una presencia monstruosa, sacando a la luz toda su profesionalidad y clase. La producción y la mezcla no pueden ser mejores, nítidas, con todos los instrumentos ocupando su espacio por derecho propio y con cada matiz y cada detalle en su sitio. Lo tiene todo, HEAVY METAL con mayúsculas. Si te van bandas del perfil de Narnia, Cloudscape, Nocturnal Rites, Time Requiem, Space Odyssey, DivineFire, Majestic Vanguard, o sin poner nombres, simplemente el típico perfil “White Metal” escandinavo, con talento desbordante, no puedes dejar pasar esta oportunidad. Sinceramente, con la mano en el corazón, no es nada fácil echarse al oído algo tan bien hecho como esto que tengo entre manos.

Jorge Domínguez

Grupo:Harmony

Discográfica:Ulterium Records

Puntuación:9

Canciones:

  1. Prevail
  2. Aftermath
  3. Rain
  4. Dont Turn Away
  5. Kingdom
  6. Silently We Fade
  7. Inner Peace
  8. Weak
  9. I Run
  10. Hollow Faces
  11. End Of My Road

Año:2008