Saxon: Call to Arms

Que una banda de Heavy Metal, a estas alturas, saque un buen disco, ya es realmente complicado. Pero que encima lo haga una formación que lleva más de 30 años sacando discos ininterrumpidamente, siendo éste su décimo noveno, posee todavía mayor mérito. Y es que SAXON, a diferencia de muchísimas otras formaciones, digamos clásicas, ha mostrado una integridad y calidad musical a lo largo de los 90’s y el nuevo milenio impresionantes. Porque está claro que en los 80’s todas esas bandas sacaban buenos discos. Prueba de ello son supremas obras de arte como “Solid Ball of Rock”, “Unleash the Beast”, “Metalhead”, “Killing Ground” o este “Call to Arms”. Miren, como dato solo les diré que la edad sumada de Biff Byford, Paul Quinn, Nigel Glocker, Doug Scarrat y el chaval Nibbs Carter (solo tiene unos 45 años) da como resultado algo así como 290 años, echen números y saquen conclusiones.

Y lo mejor del caso es que SAXON, más allá de facturar buenas canciones –a fin de cuentas lo realmente importante- han sabido más o menos reinventarse en los últimos 15 años dejando de lado su lado más hard rockero de principios de los 90’s para adentrarse cada vez más en el Heavy Metal de toda la vida, de corte bastante más duro y grueso que incluso aquel que abanderaron a principios de los 80’s. Los SAXON actuales siguen sonando a SAXON, pero en una versión 2.0 renovada, fresca y para nada anclada en el viejo sonido de los 80’s. Y aún así siguen sonando a Heavy Metal como casi nadie lo hace hoy en día. Parte de la culpa la tiene Biff Byford quién –a diferencia de Udo’s, Blackie’s, Halford’s y compañía- posee unas cuerdas vocales en estado de gracia, con mayor registro, potencia y vitalidad que la que tuvo nunca, y cuidado, que no hablamos de un chaval sino de un señor de 61 años, que se dice rápido.

“Call to Arms” está repleto de material cojonudo que dudo mucho disguste a nadie, absolutamente a nadie. “Hammer of the Gods” es un cañonazo de puro Heavy Metal, rápido, hímnico y masculino, sin gallos ni melodías navideñas, SAXON puro SAXON, de ese que suele mostrarse en el tema inicial de casi todos sus últimos discos. Amén de su estribillo, sublime. “Back to 79” sin embargo, como su título indica, suena a SAXON de hace 30 años pero con una producción y un enfoque claramente actual, siendo otro corte espectacular de una clase inigualable. “Surviving against the Odds” vendría a ser otro corte rockero cañero marca de la casa, de esos coreables hasta el hartazgo. Desde luego, no soy capaz de entender como después de –tranquilamente- 500 canciones compuestas, estos tipos pueden tener todavía ideas tan cojonudas y efectivas. “Mists of Avalon” se mueve en unas tesituras algo más tranquilas y épicas, con teclado incluídos, dando paso a “Call to Arms”, una especie de “Broken Heroes”. Reconozco que el talón de Aquiles de SAXON siempre fueron las baladas o temas de corte más intimista. Por supuesto que hay excepciones, pero por norma general no es ahí donde SAXON más cómodos se sienten. Sin embargo este “Call to Arms” se deja escuchar y hasta cierto punto tiene su gracia. “Chasing the Bullet” es puro rocknroll vacilón mientras que “Afterburner” devuelve a los SAXON más cañeros y rápidos, ¿Qué esperabas con ese título?. El disco prosigue con “When Doomsday Comes”, un corte épico a medio tiempo bastante currado, con orquesta incluída. De cara al final, encontramos “No Rest for the Wicked”, un temazo que bien podría haber sido extraído del “Metalhead” del 99, con ese toque extra de dureza, rozando casi el Thrash y un estribillo exquisito. “Call to Arms” se cierra con “Balls of the Working Man” de sabor clásico y una version orquestada del “Call to Arms”.

Dicho lo dicho, poco queda que añadir. “Call to Arms” sigue mostrando a una banda ya no en su madurez sino en su vejez física prácticamente, pero con una calidad musical inigualable y al alcance de taaaan pocas bandas que resulta casi insultante. Lejos de sacar discos a modo de “motivo” para poder seguir girando y a fin de cuentas, ganando dinero para subsistir, SAXON no tiran la toalla y siguen ofreciendo música que bien merece pagar 15 euros o lo que sea por un CD.