California Breed: California Breed

Ya hemos perdido la cuenta de las resurrecciones de Glenn Hughes. Han sido tantos años en la música bajo tantas formaciones, que resulta difícil incluso elegir sus mejores etapas. Lo que está claro que el día que lo dejé será recordado eternamente.

No podemos evitar pensar que el nacimiento de CALIFORNIA BREED parte del rencor de Glenn Hughes sobre Joe Bonamassa por provocar el cierre de BLACK COUNTRY COMMUNION. Tanto para el propio vocalista y bajista, como para los seguidores de esta enorme formación, fue un duro golpe con el que vió truncaba su idea de formar parte de un colectivo además de dar rienda suelta a su inmortal creatividad. Sea como sea, el músico sexagenario emprende otra aventura junto con el que fuera compañero en su anterior formación, el batería Jason Bonham, y el jovencísimo guitarrista Andres Watt. Y nosotros que lo vamos a disfrutar, ¡leches!

No es comparable esta nueva banda con BLACK COUNTRY COMMUNION. Evidentemente, las sonoridades bluesy con las que Bonamassa adornaba las canciones aquí están ausentes, por muy bueno que sea esta promesa de la guitarra. Pero no duden que Hughes tienes recursos ilimitados, es capaz de crear una serie de canciones de alto calibre de la nada, y superar todas las expectativas, independiente de quiénes sean sus compañeros de viaje.

Grabado en Nashville con el gran Dave Cobb a la producción, esta colección de temas rezuma una fuerza y un dinamismo descomunal. El trío se mueve en los parámetros ya conocidos a lo largo de sus carreras. Pero que el riesgo compositivo no sea el factor determinante de este debut, no es impedimento para disfrutar de una ingeniería compositiva al alcance de muy pocos. Y por eso, “California Breed” no cesa de regalarnos sorpresas con cada pista. Todas y cada una de las canciones tiene su razón de existir. Aquí el relleno no existe, y por ello nos rendimos a los pies de este trío.

Ojalá esta formación como grupo siga adelante por muchos años, y se pasee por los escenarios, porque canciones como “The Way”, con la que abren fuego, puede llevar al delirio a cualquier audiencia. “Sweet Tea” y “Chemical Rain” ya nos pone en sobre aviso que este disco formará parte de nuestra colección de por vida. Pero ahí no queda la cosa. “Midnight Oil” es, simplemente, el pepinazo de este trabajo. La contundencia de su base rítmica es tremenda, y la garganta de Hughes parece que va a reventar en cualquier momento. Simplemente, para enmarcar. De la misma rama parece haber germinado “The Grey”, con unos cambios de dulzura y crudeza vocal de espasmo. Los riffs iniciales propios del rock alternativos de “Spit You Out”, también nos sorprenderá cuando a los pocos segundos escuchamos una mutación al rock blues bailable y sentido.

Repetimos; todos sus temas son dignos de mención, pero en un difícil ejercicio de destacar lo mejor de lo mejor, no nos podríamos dejar atrás a “All Falls Down”, donde el vocalista británico explota todas sus tesituras con una musicalidad de libro. Ni tampoco “Invisible”, por esas cadencias sabbatianas y unas líneas melódicas sobresalientes.

Ya hemos perdido la cuenta de las resurrecciones de Glenn Hughes. Han sido tantos años en la música bajo el manto de tantas formaciones, que resulta difícil incluso elegir sus mejores etapas. Lo que está claro es que el día que lo dejé será recordado eternamente, y a diferencia de muchos de sus coetáneos, no será solo por sus momentos de máximo gloria y popularidad. Sin ir más lejos, todo el material que lleva publicado en los últimos diez-quince años se ha convertido en imprescindible para cualquier amante del rock. Y este estreno de CALIFORNIA BREED no iba a ser menos.