Burning Witches: Hexenhammer

Dicen que cuanto mayor es la subida, tanto mayor será la caída. Estamos acostumbrados a los ascensos de banda de forma rápida. Grupos que con pocos años de carrera, estrenan disco debut, y casi acto seguido, están girando por el mundo y en boca de todos. Y de propina, les ficha una gran discográfica.

Eso les ha pasado a las suizas. Tan sólo dos años después de formarse como banda, pusieron en circulación su debut homónimo. Conciertos por aquí y conciertos por allá, y Nuclear Blast las ampara para poner a la venta su segundo disco: “Hexenhammer” (Burning Witches).

No son una versión moderna de Warlock

En el pasado 2017, Burning Witches estrenaron su debut. Y casi sin descanso se pusieron manos a la obra para sacar adelante este “Hexenhammer”. Las musas han acompañado a las helvéticas, ya que este trabajo no parece fruto de las prisas para aprovechar el empuje de popularidad. Nos encontramos ante un listado de canciones concienzudas, variadas y en la que ya se empieza a vislumbrar su sello propio. No es que hayan resuelto la cuadratura del círculo, pero su heavy metal clásico bañado en power metal con ramalazos thrash, suena poderoso como marcan los cánones. La producción por parte de su mentor Schmeir de Destruction, y el productor V.O. Pulver, ayuda a elevar el empuje de sus canciones.

Caeríamos en un error si comparásemos a este quinteto de chicas con la míticas Warlock. Sin duda son parte de sus influencias, pero que nadie haga un estudio de relación entre Doro Pesch y las voces agresivas de Seraina Telli. Las canciones de Burning Witches gustarán a los seguidores de la reina del metal alemana, y también a los seguidores de Judas Priest, Iced Earth, Accept y bandas de semejante calaña. Aunque más acorde a los tiempos actuales. Y tal vez sea la magia de este “Hexenhammer”. Sonidos contemporáneos que beben de lo clásico, pero con la vigorosidad que les otorga su juventud. Es un trabajo de fácil escucha, y de disfrute rápido. Sin rodeos innecesarios.

Las canciones de “Hexenhammer” (con historias de brujas)

Burning Witches son licenciadas con nota en la universidad del metal. Saben mover los tiempos, endurecer y dulcificar sus líneas melódicas con astucia, y regalar estribillos pegadizos como si estuviéramos ante los nuevos clásicos del género. Tras la respectiva intro, en “Executed» van a por todas. Potencia controlada que quema con los riffs que escupen de sus guitarras Romana Kalkuhl y la recién llegada Sonia Nusselder. La letra está dedicada a la conocida como “última bruja” de Suiza, Anna Göldi. Del mismo palo en cuanto a rapidez, encontramos «Maiden of Steel» (y sí, no sólo el título os recordará a Manowar) con una cruda galopada en su sección rítmica; o las vertiginosas «Possession» y la oscura «Maneater».

También se desenvuelven bien en los medios tiempos como en «Lords of War» o «Dead Ender», de las mejores del listado. En este tipo de tempos es donde Burning Witches lucen más su aspecto instrumental. Sin grandes alardes técnicos, sacan adelante sus canciones cargada de pasión. La misma que le falta a la balada “Don‘t Cry My Tears”, que posiblemente sea de las que pasan más desapercibida del listado. Sin ser un álbum conceptual, según la propia banda, el tema que le da título a este trabajo se sumerge en la historia de Malleus Maleficarum, escrita por el clérigo católico desacreditado Heinrich Kramer, con el que se legalizó el exterminio de las llamadas Brujas en la época medieval. Musicalmente, es el tema perfecto para conocer todas las bondades de las suizas.

Cierran con una correcta versión de “Holy Diver” de Dio (en el primer disco hicieron lo propio con «Jawbreaker» de Judas Priest), por si no nos habían quedado claro sus principios. El tiempo dirá si Burning Witches siguen ascendiendo a esta velocidad o no. Hasta ahora, han demostrado que tienen talento para hacer dos buenos trabajos. Esperemos que les siga acompañando el poder de sus ardientes brujas.