Steve'n'Seagulls: Brothers in Farms

Son más que una gamberrada, algo más que una frikada y son algo más que una banda de versiones. Tras Steve’N’Seagulls hay músicos excelentes y capaces de hacer unos arreglos y unas adaptaciones absolutamente originales y meritorias.

Si eres de los que disfrutaste sus versiones hillbilly-blue grass en Youtube (más de 25 millones de visitas les avalan) y te cautivaron con su primer disco “Farm Machine”, vas a disfrutar con esta segunda entrega. Otra ración de versiones imposibles hechas con sumo gusto y con instrumentos sureños y herramientas de jardín varias. Los fineses le dan otra vuela de tuerca al estilo y optan por trabajar específicamente los coros y derivar hacia diferentes estilos alejados del rock y el blue grass. La gracia de esta vez es que los temas son menos universales y han podido jugar bastante más hasta llegar a cotas tan originales como sorpresivas. El título hace referencia a Dire Straits y deja patente que se toman las cosas con muy buen humor.

AC/DC quedan representados por una atómica versión del “It’s a Long Way to the Top”. Cucharas de percusión y acordeón imitando a la gaita, bien apoyada por esos coros a segundas voces. Los Guns aparecen por partida doble con un “You Could Be Mine” del que parece que haya hecho un remix el sr. Kusturica, y un “November Rain” tan original como arriesgado. Cuerdas a pizzicato y una voz grave pero preciosa, gentileza de Puikkonen. Atención a los coros finales… Pero quizá lo más grande de todo haya sido acercarse a Maiden nada más y nada menos que con “Aces High”. Aquí tienes la demostración de que este combo es capaz de todo y que lo pasa de maravilla versionando y llevándose a su terreno cualquier tipo de banda. El trabajo en adaptación y arreglos es sencillamente sublime. “Sad But True” pierde contundencia aquí pero gana en feeling y resulta hasta bailable. Más conservadora pero no por ello menos buena ha quedado “Pretender” de Foo Fighters.

Se han atrevido con sus paisanos Nightwish y con un “Wishmaster” con mandolina. Imposible no quedar rendido a sus pies. Incluso Nirvana no escapa de sus garras y atacan una lucida “In Bloom” en clave country combinando las voces de Puikkonen con las más agudas de Remmel. Sideral el aproximamiento a “Symphony of Destruction” de Megadeth con voces a lo Johnny Cash, coros impresionantes y virtuosismo en mandolina y banjo. La menos conocida “Fill up the Tank” ha quedado con un deje a Jethro Tull maravilloso, y eso que no tira de flautas. Pero cuando te dejan sin aliento es cuando perpetran la versión de “Burn” de los Purple. Parece increíble que salgan airosos incluyendo palmas y marcándose ese poderoso solo de Blackmore y los agudos de Glenn Hughes. Otra que sorprende es el “Self Esteem” de los Offspring, bastante fiel a la original aunque con sus instrumentos étnicos. Gary Moore no escapa tamnpoco de las garras de estos fineses y se atreven con una buena versión de “Out in the Fields”, aunque es de lo menos destacado del disco. Se despiden con un pupurrí de estilos desquiciante pero bello a manos de la mítica “Born to Be Wild” de Steppenwolf.

Diversión sin descanso en un compendio de versiones imposibles pero de una calidad excelente. Steve’n’Seagulls siguen sorprendiendo y consiguen que el segundo disco supere al primero, y eso que el factor sorpresa ya no estaba en los planes. Son respetuosos con el material clásico pero se atreven a los golpes de guión y no se cortan en indagar en estilos absolutamente alejados de la música original. Es más que una gamberrada, algo más que una frikada y son algo más que una banda de versiones. Tras Steve’N’Seagulls hay músicos excelentes y capaces de hacer unos arreglos y unas adaptaciones absolutamente originales y meritorias. Si hasta ahora me quedaba con Hayseed Dixie… puede que esta vez que me incline ya más por Steve’N’Segulls.