No os voy a mentir: 'amo' es un álbum de pop. Puro y duro. Es hora de ir haciéndose a la idea de que Bring Me The Horizon ya no hacen deathcore ni metalcore. A través de una imparable evolución, han pasado del blanco al negro, hasta el punto de que el primer álbum y el último no tengan ni la más mínima similitud. Los cambios en su sonido han provocado numerosas críticas a la banda lo largo de los años, aspecto que parece no quitarles el sueño. Han ido, álbum tras álbum, haciendo lo que les pedía el cuerpo. Y así seguirán.

A día de hoy, Bring Me The Horizon crean una música tan extraña, que a veces cuesta digerirla. Con su anterior álbum, ‘That’s The Spirit’ (2015), ese efecto ya fue más intenso que con el anterior, ‘Sempiternal’ (2013), uno de sus álbumes más valorados y el último antes de pegar el salto a géneros comerciales. No se puede apreciar lo que es ‘That’s The Spirit’ con una simple escucha, por el simple motivo de que no entiendes la mitad de lo que estás escuchando. Partiendo de una base genérica y simple, lo llenan de una cantidad de elementos sonoros tan aleatorios y extraños, que resulta imposible interpretarlos todos a la primera y entender lo que quieren transmitir. Puede provocar mucho rechazo en un principio y terminar enganchándote tras un tiempo, efecto que se ve multiplicado en ‘amo’, donde los elementos extraños son directamente la base del álbum. Estos cambios provocan reacciones muy extremas: puedes odiarlos hasta la saciedad o amarlos hasta las trancas.

Dejando a un lado los prejuicios que todos tenemos sobre la música comercial y genérica, partamos de la base de que no todo el pop o rock alternativo es malo. Pensar tal afirmación sería una muestra de absoluta ignorancia. Para poder escuchar ‘Amo’ hay que partir de una mentalidad abierta y sin prejuicios condicionantes, pese a saber que es posible que nos pueda producir rechazo y, sobre todo, teniendo claro que no es un álbum de metal en absoluto. Comenzando por ahí, te encontrarás un álbum algo caótico, con canciones poco trabajadas y otras tan trabajadas que se pasan de rosca. Como álbum de metal no tiene valor porque, repetimos, no es un álbum de metal. Como álbum de pop, es tan alocadamente original y se sale tanto de todo lo establecido, que dejará enganchado a más de uno (metaleros incluidos) o, al menos, provocarán un gran número de reacciones, que es lo que la banda quiere.

Un álbum experimental, arriesgado y lleno de matices

Formado por estructuras con progresiones genéricas clásicas del pop y pop rock, pero plagadas de multitud de matices, melodías y arreglos sonoros, ‘amo’ tiene el poder de provocar todo tipo de reacciones. Al igual que han demostrado en su momento que dominan el metalcore, ahora demuestran que pueden lograr lo mismo con otros géneros totalmente diferentes. La atmósfera de algunas de las canciones que forman el álbum cuentan con una magia y una ambientación que pocas piezas comerciales tienen. Hacer metal es complejo, pero darle personalidad a un género musical que muchas veces no cuenta con ella, tampoco es tarea sencilla.

No es fácil darle vida a lo genérico, convertirlo en algo diferente. Es una lástima para los fans nostálgicos, porque el metalcore forma parte inamovible de su pasado, pero es una suerte para los seguidores de otros géneros musicales. Es una pena que abandonen el barco, pero es hora de que los rezagados lo acepten, ya que no van a volver atrás. Lo hacen porque quieren y, sobre todo, porque pueden.

Cuando creas música tan experimental, corres el riesgo de que el experimento te explote en la cara. Sin embargo, en otras ocasiones, el resultado puede ser brillante. ‘Amo’, en conjunto, no es un álbum brillante, pero algunos de sus elementos son innegablemente destacables. El problema es el álbum en conjunto. Formado por canciones diversas y experimentales, sin una tónica general, como conjunto no es un álbum de sobresaliente en absoluto. Al igual que, temáticamente sí es un álbum conceptual (centrado en la temática del amor, tanto desde el punto de vista negativo como el positivo), con respecto al sonido falta ese punto conector entre las canciones que las haga una, y las diferencias tanto de estilo como de calidad hacen que se pierda el hilo y puede provocar reacciones negativas. Las canciones más simples ensombrecen a las más originales, ya que no se puede considerar que todas jueguen en la misma liga.

Cuando coges un género musical como recipiente y experimentas llenándolo de todo tipo de elementos locos y absurdos, el resultado puede ser desde brillante hasta horripilante. Ellos se la jugaron y el resultado no es del todo desastroso, pero sí mejorable. Dejando a un lado preferencias personales, a nivel compositivo no se puede considerar un álbum de baja calidad, al menos de forma general. Entrando a analizar las canciones, las hay mejores y peores, así que vamos a ver una a una las piezas que te vas a encontrar en ‘Amo’.

Un viaje por la montaña rusa que es ‘amo’

BMTH comienzan el álbum con una intro llamada «I Apologise If You Feel Something». Es sencilla y no tiene demasiada profundidad ni intención, una simple forma de iniciar el álbum. La canción que despega oficialmente el disco es «Mantra», que fue utilizada como primer single. A pesar de que esperábamos ese primer adelanto como una prueba de lo que iba a ser la tónica general del álbum, no nos imaginábamos que cada canción terminaría siendo un ente en sí mismo, ya que no existe dicho nexo general. Sin embargo, fue una buena carta de presentación, ya que es uno de los temas más alternativos y rockeros del álbum, donde se aprecian elementos de distorsión y una atmósfera menos intensa y más sencilla. Se trata, sin duda, de una de las piezas más fácilmente digeribles del álbum, junto con «Wonderful Life», convirtiéndose en las dos canciones menos criticadas por los seguidores de la banda.

A continuación encontramos «Nihilist Blues», acompañados por Grimes, donde sí que se la jugaron de lleno. Es la canción más alejada de su estilo de todo el álbum, protagonizada por elementos electrónicos bañados en una ambientación oscura y poderosa. No es el tipo de canción que esperas escuchar en un festival de rock y metal si vas a ver a una banda como esta, pero no por ello es una mala canción. Es diferente e inesperada, pero transmite mucha fuerza y juega con la baza de la originalidad y la sorpresa.

Sucede algo parecido, pero con una ambientación más melódica con la canción «In the Dark», donde los sintetizadores pierden algo de protagonismo para cedérselo a las guitarras y crean una atmósfera llena de intensidad sin necesidad de grandes alardes sonoros. Es melódica, tranquila y no excesivamente destacable a nivel musical, pero logra encontrar cierta belleza en la sencillez.

«Wonderful Life», con Dani Filth, es la canción menos arriesgada del álbum y, probablemente, la menos criticada. Encuentran aquí el nexo con un estilo similar al rock alternativo, pero añadiendo sutilmente esos elementos sonoros alocados que le gusta a la banda para dar fuerza a sus canciones. Y de lo mejor, pasamos a lo peor. «Ouch» es una canción que se podría decir que sobra en el conjunto del álbum, con una base instrumental caótica, mezclando todo tipo de instrumentos y sonidos que no encajan demasiado, con un ritmo descontrolado y unos efectos en las voces muy poco acertados. Pasa sin pena ni gloria y hace perder el hilo del álbum.

Lo solucionan a continuación con «Medicine», con una estructura totalmente genérica, pero con una ambientación especial y un estribillo con mucha fuerza. Los elementos de distorsión y los sintetizadores le dan intensidad, fuerza y personalidad, pese a contar con una estructura de lo más simple e intuitiva. Sin duda, mucho más digerible que la canción que la precede.

La bajada estrepitosa y la remontada final

Para contrastar, continúan con «Sugar Honey Ice & Tea», que tiene un estilo más desenfadado, con más distorsión, acompañada a ratos de momentos más experimentales con efectos diversos y cambios rítmicos. No es espectacular a nivel compositivo, pero tiene cambios y arreglos sonoros originales y más elaborados que en otras canciones más simples. Sin embargo, no es de las que más transmiten en absoluto, sino de las que pasan más desapercibidas.

La siguiente canción, «Why You Gotta Kick Me When I’m Down?», también pasa sin pena ni gloria. Musicalmente, tiene un estilo extraño compuesto por ritmos que varían entre melódicos y percusiones alocadas y por una melodía de voz demasiado cambiante y descafeinada por momentos. La canción tiene cierta fuerza en algunas ocasiones, pero demasiado poca la mayor parte del tiempo.

Continúan con la que probablemente sea la canción más extraña y experimental del álbum, «Fresh Bruises», algo incomprensible y sin demasiada profundidad. Consiste en un par de frases repetidas en bucle con unos efectos vocales excesivos y un ritmo repetitivo. No es una canción imprescindible, ni siquiera necesaria en el álbum.

Con una diferencia brutal llega «Mother Tongue», que terminará siendo una de las joyas infravaloradas del álbum por su estilo descafeinado y aparentemente simple. Sin embargo, cuenta con una fuerza más poderosa de lo que puede parecer en una escucha superficial, y con una belleza a la que no llegan el resto de canciones del álbum. Sin embargo, su sonido tan alejado del metal posiblemente la condenará a ser una de las canciones más criticadas de la banda.

Casi al final encontramos «Heavy Metal», con Rahzel, que no baja demasiado el nivel. Se trata de una canción animada pero con cierta oscuridad, con cambios rítmicos y una combinación de voces de lo más interesante. Como añadido curioso, la letra es una «sutil» dedicatoria a sus fans nostálgicos (por si no les había quedado claro que ya no hacen metal). Van estabilizando así la remontada final tras las canciones céntricas del álbum, que no destacan en absoluto en comparación al resto.

El cierre llega con «I Don’t Know What to Say», con una variedad instrumental combinada con su clásica ambientación melódica con diversos efectos que resulta en un conjunto de lo más original. En definitiva, el álbum tiene sus más y sus menos, con canciones que sobran en absoluto y otras que rebosan autenticidad y fuerza. No es un álbum brillante, ya que falla como conjunto, pero cuenta con determinadas canciones a las que merece la pena darles una oportunidad y que, con suerte, terminarán recibiendo críticas menos prejuiciosas.

Olga Vidal

Grupo:Bring Me The Horizon

Discográfica:RCA Records

Puntuación:6

Canciones:

  1. I Apologise If You Feel Something
  2. Mantra
  3. Nihilist Blues
  4. In the Dark
  5. Wonderful Life
  6. Ouch
  7. Medicine
  8. Sugar Honey Ice & Tea
  9. Why You Gotta Kick Me When I'm Down?
  10. Fresh Bruises
  11. Mother Tongue
  12. Heavy Metal
  13. I Don't Know What to Say

Año:2019-01-25

Votación de los lectores:5