Bouillabaisse – The Best Of Fish

Hasta cierto punto, las carreras del señor Fish
y de su maestro o podríamos decir padre putativo Peter Gabriel, son parejas.
Ambos pertenecieron a dos bandas insignia dentro del rock progresivo: Genesis
en los setenta y Marillion en los ochenta. Ambos abandonaron sus puestos  como
cantantes para iniciar carreras en solitario, y ambos dejaron a sus grupos nodriza
iniciando estilos muy alejados de los que los habían visto nacer. Las similitudes
obviamente se quedan en la superficie, porque Marillion, siendo un enorme grupo,
se ha quedado casi como banda de clubs, mientras que Genesis llenan estadios
para decenas de miles de personas.

Y lo que les ha sucedido a sus respectivos cantantes
es otro tanto: Peter Gabriel ha “sabinizado” (expresión que se deriva de nuestro
rey del ripio, Joaquín Sabina) su sonido para llegar a los yuppies y demás trabajadores
de los bancos, y de ese modo se ha convertido en un cantante para burgueses,
alejado ya de sus pretensiones de artista independiente que se pintaba la cara
de colores. Fish no ha podido sin embargo llegar a tanto público, se ha debido
conformar con sacar trabajos, buenos algunos, dignos otros, flojos en cierta
ocasión, en los que pone de manifiesto su singular talento, el de un hombre
que partió de Marillion para dejarlos convertidos en una banda diferente, ni
mejor ni peor, pero desde luego muy alejada de los logros artísticos que habían
conseguido en los años ochenta,.

No en vano, Fish estuvo hace unos meses en nuestro país,
acompañado de los geniales progresivos alemanes RPWL en un concierto donde tocaba
por completo el disco “Misplaced Childhood”, tal vez una de las obras maestras
del sinfonismo de todos los tiempos y sin duda alguna el mejor trabajo de su
género en la década de los ochenta, por encima de cualquier disco de los popes
Genesis, todavía en activo, de Jethro Tull, que en esa década apenas sacaron
nada que medio mereciera la pena, si  hacemos excepción de “The Broadsword and
the Beast”, y de otros grupos en horas bajas.

Ahora el señor Fish hace un alto en su camino, y
nos muestra de lo que ha sido capaz en estos últimos veinte años. Lo hace con
un doble cedé de esos que no tienen desperdicio, porque ha sido tan listo, y
tan realista, que ha cogido canciones de sus mejores trabajos en estudio, del
primero “Vigil in a Wilderness of Mirrors”, que para mí sigue hasta ahora insuperado;
también ha tomado temas de su época con Marillion, del comentado “Misplaced…”
y algún single con poca gracia de otro disco olvidado, el último donde participó
con la banda nodriza, el impresionante “Clutching at Straws”, y es una pena
que en vez de decidirse por canciones tan deliciosas como “Sugar Mice”, lo haya
hecho por la terrible “Incomunicado”, un tema con el que consiguieron meterse
en listas de éxito pero que no les hacía justicia.

No pasa nada, en todo caso, este doble cedé muestra
la mejor cara de nuestro hombre, la de un artista íntegro que sabe lo que se
hace, un hombre a quien no importan demasiado el éxito y la fama siempre que
pueda llevar una vida digna con su doble existencia como actor y cantante.

En suma, y si después de esta charla no te quedas
convencido, echa un vistazo al contenido sonoro de este inmenso trabajo que
trata, quizá en vano, de resumir el inmenso talento de un genio a la sombra.