Bloodbath vuelven 4 años después de la salida de “Grand Morbid Funera”, debut de Nick Holmes como nuevo vocalista de la superbanda sueca formada por miembros de Opeth, Katatonia y Paradise Lost. Death metal de la vieja escuela bastante previsible pero apto tanto para nostálgicos como para nuevos fanáticos de la música extrema.

Este 2018 se cumplieron 20 años de la creación de Bloodbath, un proyecto que parecía que iba a ser algo anecdótico allá por 1998 y que derivó en la grabación «Breeding Death», un EP de 3 canciones que logró rendir homenaje al death metal más primigenio, el mismo que iniciaron Entombed, Possessed, Obituary, Deicide o Bolt Thrower en su momento, durante los 80’s.

A pesar de la actividad paralela de sus integrantes en sus respectivas bandas principales, el grupo ha sabido mantenerse en activo con el paso del tiempo. A día de hoy, podríamos decir que es una banda de death metal bastante destacable y que ejecuta sin problema lo que nos quieren vender.

Tradición y crudeza metálica

«The Arrow Of Satan Is Drawn» (Bloodbath) es un disco tan bueno como predecible que no nos va a entretener a la larga ni tampoco a sorprender demasiado, pero sí que nos hará disfrutar el momento. Las canciones no ofrecen sonidos que no hayamos escuchado ya, pero resultan más que correctas.

La temática lírica es recurrente desde el primer minuto con «Fleischmann»: sangre, demonios, oscuridad, violencia y muerte; algo también predecible en este género. No nos vamos a despegar ni un momento de esta filia satanista, sangrienta, pegajosa y purulenta mientras escuchamos el trabajo. Con el death metal, y más si es “old school”, pasa algo parecido que con el punk, género repetitivo y rápido que pocas veces falla si realmente te gusta.

«Bloodicide» sigue la estela de lo ya comentado y fue el primer sencillo que sirvió de anuncio para la salida del álbum. Es una canción que puede pasar realmente desapercibida si escuchamos todo del tirón y sin pararnos, pero que contiene a unos invitados estelares en las voces de respaldo: Jeff Walker (Carcass, Brujería), Karl Willets (Bolt Thrower, Memoriam) y John Walker (Cancer, Liquid Graveyard). 4 vocalistas para una sola canción, de los cuales 3 son británicos. Bloodbath se apoyan en una mezcla de sonidos de bandas de metal germinales con sede en Reino Unido y EEUU (sobre todo de Florida), con lo cual estas colaboraciones son lógicas si partimos de que desde que existen se han dedicado a rendir tributo a los cabecillas de la vieja escuela inglesa.

Poca innovación, pero no decepciona

Las pocas diferencias con el resto de álbumes de estos suecos se traducen en las notables voces de Nick Holmes (Paradise Lost), que sorprendió en 2014 con su vuelta a los guturales tanto en su debut con Bloodbath como en Paradise Lost, dando una sorpresa muy grata a multitud de seguidores, y en las virguerías de Martin Axenrot (el «Legolas» de Opeth) a la batería. El trabajo a los platos es sobresaliente y llega a colarnos detalles percusivos técnicos en un género que, como decíamos, no está demasiado lejos de la estructura más simple y común del punk.

Hay quien dice que desde Mikael Åkerfeldt dejó de cantar en el grupo la cosa ya no es igual, lo cual no es del todo cierto, al menos en lo que se refiere al sonido en estudio. Podemos comprobar lo dicho en «Waynard Samaritan» y «Levitator», tercera y cuarta canción. El trabajo en los guturales de Nick tanto en los tonos más agudos como más graves es de gran calidad e incluso más pulido y variado que en su desvirgamiento con «Grand Morbid Funeral».

Con «Deader» nos situamos en la médula del LP. Es quizás uno de los mejores temas, donde podemos apreciar incluso alguna referencia sonora hacia el black metal en la sección rítmica y el tono de las guitarras. Algo que también ocurre en «Only The Dead Survive», por ejemplo.

Cumple los objetivos dentro su especie

Todo fan de la música extrema que echa de menos la suciedad, crudeza y lo directo, disfrutará. A excepción de los más puristas, que quizás vean esto como una profanación en formato «copia-pega» respecto a los pioneros. En tal caso, no es algo que esté a nuestro alcance. Bienvenidos sean los nostálgicos del pasado que no dejan que algo se quede en el olvido y que apoyan las resurrecciones bien ejecutadas (no aplicable a votantes de VOX).

Bloodbath – The Arrow Of Satan Is Drawn es un LP con 10 cortes (12 si contamos “Ride The Waves Of Fire” y “Wide Eyed Abandoned” en su edición especial) entretenidos y disfrutables para rescatar de vez en cuando. No aburre pero tampoco engancha como para quemarlo. En algún momento casual que te topes con él y te lo pongas, sí que es muy posible que te dejes el cuello con el volumen a todo trapo, pudiendo incluso acordarte de Metallica en “Only The Dead Survive”, la cual recuerda por momentos al clásico “One”.

Jaime Tomé

Grupo:Bloodbath

Discográfica:Peaceville Records

Puntuación:7

Canciones:

  1. Fleischmann
  2. Bloodicide
  3. Wayward Samaritan
  4. Levitator
  5. Deader
  6. March Of The Crucifers
  7. Morbid Antichrist
  8. Warhead Ritual
  9. Only The Dead Survive Chainsaw Lullaby
  10. Ride The Waves Of Fire (Bonus Track)
  11. Wide Eyed Abandoned (Bonus Track)

Año:2018-10-26

Votación de los lectores:5