Ken Hensley: Blood on the Highway

El sr. Hensley es uno de esos dinosaurios del rock que tocó el cielo con la formación clásica de Uriah Heep, grandiosa y espectacular banda que, a pesar de continuar en activo, han quedado en el olvido del panorama rockero, por más que centenares de bandas les citen una y otra vez o versionen su clásicos. De hecho no es ninguna tontería afirmar que posiblemente son la banda más versionada de la historia del rock, tras Beatles y Rolling Stones, evidentemente. El caso es que vivieron su esplendor catalogados como una especie de hermanos pequeños de Deep Purple y sin nunca llegar al éxito masivo que bien merecían.

Su líder, teclista y guitarra Ken Hensley abandonó el grupo tiempo ha y disfruta de un retiro acomodado en Alicante, ofreciéndonos entregas periódicas en forma de disco con apenas repercusión mediática. Su entrega del pasado 2003, THE LAST DANCE, parecía más una maqueta cutrilla que no una obra de una estrella del rock en plena madurez. Canciones sosainas y una portada para el olvido, pero peor fue el directo THE RETURN con el colega Lawton (Lucifer’s Friend), con sonido de cinta de casette prestada.

BLOOD ON THE HIGHWAY supone un puñetazo sobre la mesa, una clara demostración de que en su mente hay grandes ideas y recursos a la altura de su estatus de músico brillante. Hensley se suma a las historias conceptuales con múltiples invitados y hasta hace una especie de retrospectiva de su larga carrera musical.

Todo el disco es un magnífico acierto de principio a fin, se ha sabido rodear de excelentes voces, pero lo que es más importante, los temas contenidos en BLOOD ON THE HIGHWAY brillan con luz propia. “(This is) Just tha Begining apunta alto y muestra una excelente producción, un gran corte y un Jorn Lande excepcional al igual que la hímnica y setentera “Okay (The House is Down)”. El álbum rezuma sonido 70 y hasta incluye pequeños guiños a los grandes clásicos de los Heep. El órgano Hammond de “We’re on our Way” tiene un recuero a “Lady in Black” y tiene esos ecos celtas de la célebre “Whisky in the Jar” popularizada por Thin Lizzy y Metallica posteriormente. “Blood on the Highway” es un corte más íntimo y pausado dotado de un lirismo que es pleno sentimiento. “You’ve Got It (American Dream)” parece sacado de los tiempos de los mejores Rainbow, hard rock de quilates a la vieja usanza. John Lawton se luce en “I Won’t Last”, aunque desgraciadamente su voz viene tan asociada a Hensley que hace que su canción sea, si no la menos destacada, si la menos sorpresiva. Espectacular la idea de meter a una de las divas del house y la música disco como es Eve Gallagher para “Think Twice”, una de esas asociaciones que a pesar de parecer antagónicas quedan excepcionales. Para terminar sólo baste decir que “la voz” o Glenn Hughes, que viene a ser lo mismo, le imprime el feeling y ese algo de categoría que redondea el álbum con “What You Gonna Do” y “The Last Dance”. Esta última es una nueva versión del precioso tema del disco así titulado el pasado 2003. Esta vez canta Hughes y ha perdido “el entreparéntesis” que acompañaba al título (El gitano viejo)… casi que mejor.

Si para muchos Hensley estaba más próximo a un geriátrico alicantino que de los grandes escenarios, BLOOD ON THE HIGHWAY demuestra que el tuvo retuvo, y si el señor fue capaz de componer himnos como “Easy Livin” ahora es capaz de marcarse una ópera rock a la altura de su leyenda. Desgraciadamente la repercusión esperable no irá más allá de sus fieles. Quizá no esté a la altura, pero desde Avantasia 1 de Tobias Sammet y el Nostradamus de Nikolo Kotzev que no disfrutaba tanto de un álbum conceptual.