Alter Bridge: Blackbird

No era normal que una persona como Mark Tremonti pasara mucho tiempo alejada de la música tras el enorme éxito que cosechó con Creed. Aún con el apoyo de su discográfica, no tardó mucho tras la separación de estos en conseguir nuevo cantante, y junto al núcleo de su banda madre, Brian Marshall y Scott Phillips, no tardaron en dar con Myles Kennedy para conseguir buenas críticas, y sobre todo, buenas ventas; un triple platino con su debut no es una casualidad. Y tres años son suficiente tiempo para volver como merecían. 

De primeras se advierte un mayor endurecimiento en algunas de las composiciones de ALTER BRIDGE con respecto a ‘One Day Remains’; y sobre todo, Myles no recuerda tanto a Chris Cornell como en aquel debut, que si bien de primeras podría resulta un halago, a la larga podría ser un lastre bastante negativo. También ha sido parte importante en la composición de los temas, integrado plenamente en el grupo, y ocupando el puesto de segundo guitarra de una manera más notable. Además, han cambiado de discográfica, pasando a Universal Republic; todos los cambios son para bien en este momento de su carrera. 

Una acelerada y metalizada ‘Ties That Bind’ da muestras de los cambios que ha sufrido el grupo en estos tres años. De primeras se advierte una mayor agresividad en los riffs de Tremonti, a pesar de la búsqueda constante de una melodía por parte de Myles. La cosa se calma con ‘Come To Life’, más pesada, advirtiendo algo de la oscuridad que intenta reflejar el título; las revoluciones bajan por completo con la melancólica ‘Brand New Start’, para de nuevo endurecerse el asunto con ‘Buried Alive’ y ‘Coming Home’. A estas alturas uno ya se ha dado cuenta que si hay algo que destaque por encima del timbre de voz de Kennedy son las guitarras, cuidadas hasta buscar la perfección. 

De nuevo vuelven a los medios tiempos con ‘Before Tomorrow Comes’, quizá siendo el tipo de composiciones donde mejor parados salen; buena muestra de ello es su primer single, ‘Rise Today’, ya alabado antes de la salida del disco. Es extraño encontrar hoy en día trabajos de más de diez canciones sin relleno, pero este se aproxima bastante a la rotura de esa regla. Los riffs más pesados y oscuros se tornan tristes en el tema que da título al álbum, dedicado por Myles a un amigo personal, y se alargan en ‘One By One’. Cuando uno ya poco espera a esas alturas de disco, nos dejan una balada acústica, ‘Watch Over You’, continuada con otro medio tiempo, ‘Break Me Down’, para de nuevo dar un giro con, ‘White Knuckles’, en la misma línea del que inicia el álbum, para terminar definitivamente con ‘Wayward One’ de manera dulce y melódica.  

Un disco a tener en cuenta a final del año para hacer valoraciones esas votaciones tan típicas que siempre tienen en algunos sitios a los mismos de siempre. Ya va siendo hora de cambiar esos parámetros.