Leprous: Bilateral

Se puede decir que LEPROUS es uno de esos grupos que, una vez te entran y sabes apreciar, se convierten en toda una delicia y experiencia escuchar, ya sea este ‘Bilateral’ o cualquiera de sus trabajos. Si bien su estilo podría denominarse progresivo, llegan a resultar peculiares en muchos momentos, demostrando que no todo lo que viene de Noruega tiene por qué ser música extrema en general, o black metal en particular.

Con el paso del tiempo han ido dejando atrás partes más duras (aunque las sigue habiendo), para adentrarse casi por completo en la melodía, y dotando a las composiciones de un tinte casi teatral y dramático con unos registros de voz tan personales. El ejemplo perfecto para entender lo que digo es ‘Mb. Indifferentia’, una pieza de más de seis minutos épica, con aires de grandeza y donde la voz de Einar Solberg es la protagonista absoluta, en un tema que puede recordar en alguna parte vagamente a la última etapa de MUSE (influencia de QUEEN) pero hecho con más gusto y calidad.

Pero resumir todo ‘Bilateral’ en un solo tema es imposible; más si al ya citado le sucede la fuerza de inicio de ‘Waste of Air’. No es casualidad que ambos sean los temas centrales del álbum, ya que sirven para ofrecer ese contraste presente en el sonido de la banda. La atmósfera tranquila y delicada de uno choca de lleno contra la contundencia de los ritmos progresivos del otro, al que se añade alguna voz (escasa) llena de rabia. Antes de ellos, en la primera mitad tenemos un comienzo  con el tema que da título al álbum, donde ya se aprecia ese gusto en la voz de Solberg por conectar con el oyente, presencia de sintetizadores y arreglos varios; no es sino un aperitivo de lo que viene después. Con los diez minutos de ‘Forced Entry’ se extienden más en todas sus vertientes y empieza esa atmósfera rozando lo circense en un tema que aunque cueste asimilar, se convierte en una joya. Completan esta primera parte ‘Restless’, corta y mucho más directa, y ‘Thorn’, que cuenta con la colaboración de Ihsahn de EMPEROR (y productor del disco) en su parte media, aportando unas voces que contrastan con el ritmo pesado de la canción, antes de romper en una parte acelerada.

Después de los dos temas que decía antes que marcan el álbum, ‘Mediocrity Wins’ sigue de una manera misteriosa, convirtiéndose en reveladora y desgarradora según avanza, pero donde de nuevo la melodía cobra protagonismo. Aunque podría llevar a engaño por su escasa duración, ‘Cryptogenic Desires’ se trata del tema más extraño e inclasificable, increíbles sus giros y cambios de ritmo en sus algo menos de tres minutos. Tras ella, una balada atmosférica llamada ‘Acquired Taste’ (con un final emocionante), y vuelta a ritmos progresivos en su comienzo, antes de volverse algo línea en casi el resto de su extensión; puede que no sea la mejor manera de terminar, pero no ensombrece el resto del álbum.

De esos discos que te imaginas como parte de un musical en un teatro, a medio camino entre ‘Operation Mindcrime’ de QUEENSRYCHE o ‘Be’ de PAIN OF SALVATION. Uno de los discos más sorprendentes del año, y uno de los grupos más a tener en cuenta en el futuro más cercano.