No van a cambiar las cosas con “Beyond the Red Mirror”. Sus fans nos seguiremos quejando de lo mismo que nos quejábamos en “A Night at the Opera” y en directo seguiremos pidiendo “Majesty”. Este trabajo mejora sus dos anteriores entregas, pero no hay duda de que la sobredosis de pomposidad orquestal y la complejidad compositiva son excesivamente rotundas.

Antes que atacar esta crítica debo asegurar a todos/as que soy devoto fan de los bardos ciegos y que esperaba este “Beyond the Red Mirror” como agua de mayo después de tanto tiempo, y a sabiendas de que sus últimas obras me han dejado bastante frio. Pero el invierno en Blind Guardian, compositivamente hablando, dura desde que se estrenó este siglo XXI. Está claro que esta gente han crecido como músicos y que ya no les apetece componer nada como “Majesty” o “Banish from Sanctuary”, pero la pomposidad, el barroquismo y el rizar el rizo llevan años instalados en el seno del grupo. Este “horror vacui sonoro” hace que los cortes sean largos, recargados y gocen de un sinfín de detalles orquestales preciosistas que les llevan a sonar como si Rhapsody se adentraran en el progresivo. Así que os podéis ir olvidando de que esta gente repita un éxito sonado como el de “Nightfall in the Middle Earth” o “Imaginations form the other Side”. Nada de inmediatez ni gancho de entrada. Así que toca escuchar una y otra vez el disco para paladear las maravillas sónicas aquí ofrecidas. Aquí las colaboraciones con coros y orquestas rumanas brillan en todo lo alto.

La perfección en esta forma de componer quizá la alcanzaron con la excepcional “And Then there Was Silence”, pero seguir dándole vueltas a ello hace que su fan más veterano espere que en directo toquen lo mínimo de los discos nuevos… incluido este. El avance de “Twilight of the Gods” es de lo más interesante de esta entrega. Juntamente con la bella balada “Miracle Machine” a piano, con ese deje Queen o “Nightfall in the Middle Earth”, y algo desprovista de las capas de coros y orquestaciones rimbombantes. Por otro lado sigue la búsqueda de intentar repetir poco los versos y que las canciones crezcan de forma orgánica, dejando los estribillos como lo único que se repite. Lo mejor de todo está al final con “Grand Parade”. Espectacular corte, preciosista, barroco pero con gancho y con un estribillo lleno de fuerza y gancho. Espectacular… Pero en directo va a sonar una orquesta sampleada, pues los violines y demás instrumentaciones llevan todo el peso de la composición. Preciosos interludios y un gran final. De lejos, lo mejor de esta obra, y los que querían un nuevo clásico, aquí lo tienen. También sorprende la entrada con cantos gregorianos en “The Ninth Wave”. De lo mas sofisticado que han grabado nunca. Afortunadamente la voz de Hansi es su gran seña de identidad y sigue brillando por encima de las muchas capas sónicas.

Contrasta el inicio con simple teclado en “Prophecies” después de todo el desarrollo de medios. De todas formas cabe reconocer que el disco sigue sonando a Blind Guardian y que son reconocibles a la primera. Siguen estando esos juegos de guitarras cercanos al folk y esa base sólida y contundente que sirve de viga para que se desarrolle encima todo el entramado orquestal. “At the Edge of Time” es otro ejercicio de pomposidad y medios, pero no entra ni a la primera, ni a la segunda. Alternan con “Ashes of Eternity”, de base netamente metal, más accesible y sencilla, pero recargada a la hora del desarrollo. Coros polifónicos en el estribillo y una candidata a sonar en directo. En “Holy Grail” sí que hay un intento de volver a tiempos mejores con un trallazo en toda regla al que han dotado de coros a lo “Mirror, Mirror”; incluso el solo de guitarra suena a “Tales from the Twilight World”. “The Throne” es teatral, compleja y casi cinematográfica. En “Sacred Mind” deambulan por terrenos propios del “Imaginations from the other Side”, pero no con la misma brillantez.

No van a cambiar las cosas con “Beyond the Red Mirror”. Sus fans nos seguiremos quejando de lo mismo que nos quejábamos en “A Night at the Opera” y en directo seguiremos pidiendo “Majesty”. Este trabajo mejora sus dos anteriores entregas, pero no hay duda de que la sobredosis de pomposidad orquestal y la complejidad compositiva son excesivamente rotundas. Nadie compone como Blind Guardian, pero es que ya desde el “Tales of the Twilight World” que nadie lo hacía. Aquí está todo elevado a la máxima potencia y no queda más que quitarse el sombrero ante la musicalidad y calidad del producto, pero… Sus fans les vamos a seguir echando de menos y más cuando en directo esto sea un festival del sampler y el pregrabado. Quizá si en algún festival tocan con orquesta sí que quedaríamos ojipláticos… pero veremos que peso tiene este disco en sus próximos setlists.

Grupo:Blind Guardian

Discográfica:Nuclear Blast

Puntuación:7

Canciones:

  1. The Ninth Wave
  2. Twilight of the Gods
  3. Prophecies
  4. At the Edge of Time
  5. Ashes of Eternity
  6. The Holy Grail
  7. The Throne
  8. Sacred Mind
  9. Miracle Machine
  10. Grand Parade

Año:2015-01-30

Votación de los lectores:5