Confieso que soy de los que vieron en su disco debut y en “Folklore & Superstition” una banda espectacular, fresca, con un gran potencial y con ganas de comerse el mundo. Con eso no digo que viera en ellos a una banda de estadios, pero sí a un futuro grupo de culto capaz de llenar salas grandes. Desgraciadamente les vi en directo y la decepción fue bastante grande. A pesar de ello tienen un gran sentido del directo. Posiblemente tuvieran una mala tarde, no era el mejor horario, el sonido no les ayudó… Su tercera obra estaba desinada a colocarles en posición de lanzamiento… y a pesar de que nunca podremos hablar de un mal disco… las esperanzas que tenía en ellos han quedado bastante reducidas.

Su combinación entre rock de los 70, algo de hard, mucho de sureño se vuelve a combinar si bien todo se parece más a su segundo disco que no al primero. Creo sinceramente que el single “Blind Man” les abrió mucho mercado y han visto en él un filón que han explotado excesivamente en este álbum. Muchos temas a acústicas con sabor del Sur y con tonadas y accesibilidad por doquier. Caso de “In My Blood” o “Wont Let Go”. Por otro lado hay momentos en los que el grupo se mete de lleno en terrenos más grunge, muy 90s, como en “Such a Name” o “Die for You”, si bien los riffs son muy duros, cercanos a los primeros Soundgarden o a Nickelback y las afinaciones de guitarra muy bajas.

Los temas apenas llegan a los cuatro minutos, muy directos, todos con un gran trabajo de guitarras y con muchos coros, que esta vez tienen mucho más protagonismo. Los dos singles claros son “White Trash Millionaire” y la pegadiza “Blame it to the Boom Boom”, a pesar de que se mantienen los ingredientes clásicos del grupo en esta última hay un exceso de tratamiento en los coros. Hay momentos como “Like I Roll” en los que el grupo me llega a recordar a los últimos trabajos de Kid Rock intentando sonar sureño y accesible colocando topicazo tras topicazo en sus letras. Sale muy bien parada la versión de la Marshall Tucker Band “Cant You See”, muy a lo Black Stone Cherry.

De entre los temas edulcorados y accesibles hay que destacar que “Stay” les ha quedado muy bien a pesar de que la han azucarado hasta los topes. Pero si hay un corte que definitivamente va a ser clásico este es sin lugar a dudas “Change”, potente, contundente, con un gran estribillo y con un vigoroso riff que contrasta con los limpios coros. La edición digipack contiene además un par de temas extra: “Staring at the Mirror” y “Fade Away”, ambas a la altura del resto.

Posiblemente esta obra sea una consecuente continuación a su trayectoria, pero el uso y abuso de las baladas les acerca al gran público a la vez que les aleja del circuito rockero en el cual muchos les situábamos. Esta gente parece que quiere tocar en estadios y aparecer en las FMs de todo el mundo a base de baladas y coros. Podían haber sido algo menos descarados y tratar de satisfacer a sus primerizos fans. No es un mal disco, pero posiblemente no sean la banda que muchos creíamos que serían. Seguiremos esperando…

Jordi Zelig Tàrrega

Grupo:Black Stone Cherry

Discográfica:Roadrunner

Puntuación:7.5

Canciones:

  1. White trash millionaire
  2. Killing floor
  3. In my blood
  4. Such a shame
  5. Wont let go
  6. Blame it on the boom boom
  7. Like a roll
  8. Cant you see
  9. Let me see you shake
  10. Stay
  11. Change
  12. All Im dreamin of
  13. Staring at the mirror
  14. Fade away
  15. Die for you

Año:2011