Swashbuckle: Back to the Noose

Unos cachondos. Cualquiera que haya podido ver su actuación en Wacken (vía Youtube) en el Medieval Stage ha tenido que quedarse, si más no, sorprendido por este trío americano de corsarios thrashers. Su ataque furibundo de thrash clásico acompañados de un tiburón y un loro haciendo headbanging y mojando a las primeras filas con pistolitas de agua, quedará como uno de los momentos más divertidos de la pasada edición.

No son ninguna broma pues Nuclear Blast apuesta por ellos tras ganar uno de sus concursos. Saben que su thrash metal tampoco es ni novedoso ni posee ese algo que les pueda hacer destacar sobre propuestas tan actuales como prometedoras como los mismos Municipal Waste, pero su imaginería pirata les da esa dimensión y toque distintivo que les hace cautivadores.

Otro punto a su favor son los brillantes temas enlace de corte marinero que beben directamente de la banda sonora del “Monkey Island”, ese videojuego imprescindible que fue tan influyente como los propios Running Wild. Los cortes apenas sobrepasan los dos minutos de duración y son auténticas descargas adrenalíticas agresivas pero también trabajadas.

Tienen momentos muy a lo S.O.D o Anthrax como puede ser la feroz “Peg-Leg-Stomp” y otros mucho más incisivos y endiablados como “Attack”, thrash-core directo a la yugular. Su música es ideal para circle pits, mosh y walls of death. Su single claro y muy definitorio de su estilo es “Cruise Ship Terror”, de riff dominante y estribillo reconocible. Desgraciadamente no todos los temas poseen el gancho necesario, y de ir seguidos sin los temas enlace harían del disco algo repetitivo y contumaz.

Mantienen un doble bombo incesante que contrasta con la calidez de las acústicas, las parrafadas marinas y los efectos marítimos. La producción es perfecta, muy limpia y algo impropia de estos trabajos clásicos 80eros dotados de producciones algo más crudas. Hay otros momentos que por su sencillez y por esos coros funcionales pueden recordarnos a esos primerizos Gwar, tan voluntariosos como poco inspirados.

Banda interesante con una propuesta atractiva pero que en lo musical poco ofrece. Temas directos pero algo vistos repuntados por un ambiente marinero que les da un contraste espectacular y atractivo. Son carne de directo y su música es como lanzar un grumete a los tiburones, trituradora sónica directa bañada en las playas de la Isla Tortuga.