Txarrena: Azulejo Frío

Mucho ha llovido desde que El Drogas creara este proyecto, Txarrena, que quedó en el olvido debido a los múltiples compromisos y exigencias derivadas de liderar a Barricada, banda fundamental del rock duro español. Su disco debut fecha de 1992, y tras ello… un largo silencio hasta 2011. Para este nuevo capítulo Enrique Villarreal ha contado con nada más y nada menos que con Brigi (cantante de Koma)a la batería y con Flako y Txus Maraví de Lengua de Trapo. Los resultados conseguidos son los esperables, un rock directo, sin grandes ornamentaciones, muy sincero y que consigue convencerte a base de contundencia y unas grandes letras.

Las primeras escuchas me dejaron frío, como un azulejo, pero poco a poco uno va entrando en el disco, escucha las letras y va apreciando matices. Es un disco de temas que apenas llegan a los cuatro minutos, con un Drogas que recita en ocasiones y canta en otras, con riffs de apoyo y mucha contundencia, pero en el que básicamente brilla la pluma del Drogas. Definitivamente lo más logrado es el título que da nombre al disco. No exagero si digo que merece su propio espacio como clásico del rock hispano. Hímnica y pegadiza, debería sonar en muchas discotecas de rock. La otra que atrapa, y de qué manera, es “Todos los gatos”. Puro disfrute y un estribillo para el recuerdo.

El disco en si es algo lineal y algunos temas pecan de demasiada similitud, pero es una gozada escuchar las letras del Drogas. “Todo lo enamora la noche” es el punto dulce a acústicas, un tema muy cálido y desnudo. Se nota que Enrique llevaba años componiendo temas y que tenía ganas de darle salida, pues hay hasta 15. Cabe destacar “Salvaje mirar”, con ese bajo incesante protagonista, y otro buen estribillo acompañado por una bonita línea vocal. Los estribillos suelen ir reforzados por coros de apoyo.

Hay otros temas destacables como la eléctrica “Ella no para” (preciosa letra), “Estos clavos” o la final “Otro corazón”, un final acústico precioso como colofón final. Muy evocadora y poniendo el broche de oro final, aunque, como no podía ser de otra manera, hay un crescendo eléctrico que rompe el tema. Se nota que las tareas de producción y grabación han estado muy cuidadas. Steve Fallone ha masterizado el disco en Nueva York, dándole una capa final de potencia que le da un plus al disco.

Escuchando a Txarrena uno se pregunta el por qué tanto tiempo sin revitalizar este proyecto. Obviamente hay muchas conexiones con Barricada, pero consigue también sonar diferente y personal. El Drogas vuelve a demostrar que es un gran compositor y un magnífico letrista no suficientemente reivindicado. Este compacto atrapa poco a poco y llega a convencer ampliamente. Veremos que continuidad tiene el proyecto y si podemos ver a Txarrena en directo este verano.