Primal Rock Rebellion: Awoken Broken

Siempre he tenido especial predilección por Adrian Smith en IRON MAIDEN, siendo él y Bruce Dickinson mis componentes favoritos del grupo. La calidad del guitarrista en la doncella está fuera de toda duda, sin olvidar sus colaboraciones en algunos discos del vocalista, además de sus distintos proyectos tanto anteriores como durante la década de los 90). Pero tras la vuelta en ‘Brave New World’, nunca pensé que se volviera a embarcar en otros grupos, sobre todo teniendo en cuenta la agenda que ha ido teniendo; si no estaban presentando un disco nuevo, hacían una gira revival de tal o cual época, y seguían hacia delante.

Por eso me extrañó que a principios de año se proclamara en la propia web de Maiden un anuncio importante (que no era ni una gira ni un disco nuevo)y resultara ser el debut de PRIMAL ROCK REBELLION, un proyecto junto a Mikee Goodman, ex-cantante de SIKTH, con el que a priori no pegaba demasiado; el batería de estos últimos, Dan ‘Loord’ Foord completa el trío para el disco, ya que Adrian se ha encargado tanto de las pistas de guitarra como del bajo, así como de algunas voces. Junto a ese mensaje se adjuntaba el tema de adelanto ‘I See Lights’, donde se veía que el guitarrista se aleja del sonido Maiden, lo cual es de agradecer; ya se sabe que hay músicos que llaman proyectos paralelos a bandas que suenan muy parecidas (o exactamente iguales) a sus originales.

Pero no, en ese primer corte encontrábamos un ritmo denso, oscuro, no carente de fuerza, y donde la voz de Goodman encajaba a la perfección. Una vez escuchado el disco al completo, esa potencia se advierte desde la inicial ‘No Friendly Neighbour’, con unas voces más agresivas y crudas, y con espacio para melodías musicales, e incluso arreglos de cuerda (a cargo de Abi Fry en gran número de canciones). Esta se va dilyendo en un fade out hasta enlazar con el inicio alocado de ‘No Place Like Home’, donde las melodías vuelven a cobrar protagonismo, incluso en la peculiar voz de Mikee; no podían haber escogido mejor de cara a grabar el vídeo para su presentación audivisual, con el tema más corto y directo del álbum (aunque su resultado no haya sido ninguna maravilla). Algo parecido encontramos en ‘Savage World’, sin la misma velocidad, pero con ese punto de inmediatez que no terminan de tener las demás, a excepción de ‘Awoken Broken’, que si recupera parte de la rapidez del single.

En cortes como ‘White Sheet Robes’ recobran ese punto pesado de su primer adelanto, y se nota que se gustan en ese tipo de composiciones, como demuestran en ‘Tortured Tone’ o ‘Bright as a Fire’, de las más largas y con las que más juego de contrastes buscan. Para el final buscan la variedad entre la accesible ‘Search for Bliss’, la camaleónica ‘Snake Ladders’ y la ambiental ‘Mirror and the Moon’, con una delicia de guitarras.

Ante el parón de IRON MAIDEN (que ahora no será tal, ante el anuncio del Maiden England World Tour para verano de este año), Adrian Smith ha ocupado su tiempo en una banda que no se sabe muy bien qué recorrido tendrá, pero ha logrado un producto muy interesante y que se sabe desmarcar de su sonido presumible, aunque en muchos momentos esté implícita su manera de tocar. Una demostración de que sigue sabiendo rockear con sus 55 años recién cumplidos, con una variedad de composiciones donde se nota que no está atado.