Atlas: Atlas

Difícilmente podemos hablar de grupo nuevo pues sus componentes son ya todos unos veteranos de la escena, pero así es, nace Atlas y hasta cierto punto una superbanda nacional. Y ya no por simple currículum, sino porque este debut está a la altura de su trayectoria. Hard rock de quilates, una base de Barón Rojo (que es de donde provienen los hermanos Arias, entre otras bandas), pero también buen hacer al estilo Beethoven R, bebiendo de fuentes clásicas de bandas de hard rock internacionales y muchos temas que van a quedar para clásicos. Les vimos en el Leyendas y el disco no hace más que ratificar las buenas sensaciones que desprendieron.

La influencia en los riffs tiene bastante de los Barones como en ese trallazo llamado ”Unidos”, toda una declaración de intenciones al hard rock, con una línea vocal de ensueño y unos coros perfectos. A esta hay que sumarle otro himno por todo lo alto: “No necesito a nadie”, otro tema que va para clásico absoluto, sino al tiempo. Sobresale también ese abrasivo himno llamado “Adicto a la carretera” con un deje muy a lo Deep Purple y un homenaje a los que degustan el asfalto y la velocidad. El bajo de Ángel Arias toma protagonismo en medio del tema junto con los riffs demoledores y cortantes

Muy buenas ideas compositivas y firmando un trabajo muy regular sin altibajos, es más, con más altos que bajos, aunque quizá sea excesivamente largo para ser un debut. Los cortes calan a la primera y eso es ciertamente difícil de conseguir. “Generación sin miedo a vivir” es otra gran muestra del nivelazo que gastan esta gente. En “Nosotros somos la revolución” hay un cruce entre los barones y los Judas, más unos coros puramente hard rock y otro estribillo para el recuerdo.

Ignacio Prieto está soberbio a las voces, es decir, a la altura del resto de la banda, porque han conseguido un trabajo digno de elogio. “El imperio de la ley” contiene un espectacular solo de guitarra y otro estribillo con una letra muy deudora de Barón Rojo. En “Demasiado bueno para durar” se adentran en terrenos mucho más Whitesnake marcándose una baladita más que interesante a lo AOR.

En “Condenado Loco” mezclan un inicio de riff muy a lo Led Zeppelin con un estribillo 100% Van Halen de los tiempos de Sammy Hagar. Interesante tema que reluce al haberle dado ese barnizado en la masterización hecha en los Finnvox Studios. La producción está también por encima de la media estilada en estas tierras, cosa que también se agradece.

Quizá el tramo final del disco ha quedado algo más flojo pero bien se debe al nivelazo que gastan en el arranque. Temas como “Siempre hasta el final” y especialmente el estribillo y riff de “Sin descanso hasta el amanecer” mantienen bien el tipo. La despedida la pone “Quién no ha sido un perdedor” con acústicas rubricando un trabajo tan redondo como rotundo. Atención al enorme trabajo de coros y a la garganta de Prieto

El disco podía pecar de desfasado o nostálgico viendo los currículums de la banda, pero nada de eso, destilan hard rock clásico puesto al día, y se nota que hay pedigree. Siempre hay que referirse a ellos como sorpresa relativa, pero probablemente estemos ante el disco del año hecho dentro de nuestras fronteras, y eso es siempre bienvenido.