Hubo una época remota en la que soñar era gratis y antes de que se diera esta lucrativa (y a estas alturas de la película un tanto cansina) avalancha de reuniones, todos fantaseábamos con la posibilidad de poder volver a ver algún día sobre los escenarios a bandas como CARCASS, CORONER o los propios AT THE GATES por citar únicamente 3 ejemplos de una interminable lista cuyos integrantes hemos ido tachando poco a poco en los últimos años (y que como era de esperar, sigue encabezada por los viejos SEPULTURA y los clásicos G’N’R).

Los suecos AT THE GATES, quienes se despidieron de forma un tanto drástica y en la cúspide de su popularidad, han tardado más de una década en volverse a ver los caretos y otros 7 años en ponerse manos a la obra para dar continuidad a su legendario “Slaughter of the Soul”, un disco que si bien en su día causó revuelo no fue hasta unos pocos años después que reivindicado por una nueva generación de seguidores se alzaría como uno de los grandes clásicos de la década de los 90. Los más jóvenes no se acordarán, pero AT THE GATES durante algunos meses de 1996 fueron una de las bandas más populares de la escena, eclosión ésta que duraría poquito pues la banda no soportó el peso de la fama (y la presión que ello conlleva) y acabó por separarse tras un sinfín de giras agotadoras y un tanto caóticas.

Los 5 miembros de AT THE GATES eran jóvenes, apenas rondaban los 22 o 23 años , y se encontraron de repente inmersos en esa vorágine que acompaña siempre a un disco con muy buenas ventas; promoción exhausta, videoclips, exposición pública continua… Y giras, muchas giras. Y es que AT THE GATES se tiraron gran parte de 1996 en la carretera, empalmando una gira con otra, con un éxito arrollador (Aquí llenaron el Razzmatazz 1 con los NAPALM DEATH y los olvidados FACE DOWN en 1996) hito éste impensable hoy en día tratándose de una sala de 2500 personas. La banda sueca no había parado desde 1990 y había encadenado 5 trabajos en 5 años, llevando así un ritmo agotador que muy pocos pueden soportar y digerir. Así pues, tras volver de una gira norteamericana agotadora, la banda dejó de existir y cada uno tiró por un camino diferente (Tompa con los DISFEAR, los hermanos Bjorler con THE HAUNTED…) y colorín colorado este cuento se ha acabado; Nunca más se volvió a saber de AT THE GATES durante la próxima década.

Llegados al 2007, la situación había cambiado radicalmente. Sus miembros se habían vuelto personas adultas y sobretodo y más importante, AT THE GATES no había caído en el olvido sino más bien todo lo contrario; Una nueva generación de músicos especialmente norteamericanos amparados en esa nueva corriente llamada Metalcore les había reivindicado como el punto de partida del género con sus riffs melódicos y la voz chillona aguda de Tompa situándoles junto a bandas como IN FLAMES, SOILWORK o DARK TRANQUILLITY entre los padres del género o en todo caso, los precursores del género. Con todo ello, una reunión de AT THE GATES se perfilaba como uno de los eventos más lucrativos de los últimos tiempos y es innegable que así ha sido. De ser una banda rompedora que estaba a punto de petarlo han pasado a ser a día de hoy una banda clásica que ocupa portadas, llena grandes recintos y encabeza festivales, algo que estoy convencido que ni de lejos imaginaban los integrantes de AT THE GATES cuando se dieron el último adiós en 1996.

Tras 6 o 7 años de actividad en directo, dvds y discos en vivo, por fin los 5 integrantes de la última formación de AT THE GATES deciden encerrarse con Fredrik Nordstrom (productor de sus últimas obras) en los famosos Fredman para dar vida al heredero de “Slaughter of the Soul”, su último trabajo de estudio. No voy a engañarles si les digo que me aterraba la idea de lo que de aquí podría salir; Nunca me gustaron THE HAUNTED, DISFEAR me aburren y todo lo que Tompa ha hecho desde entonces me parece un tostón de mucho cuidado (LOCK UP, NIGHTRAGE, THE GREAT DECEIVER…). Por todo ello, me era fácil suponer que lo nuevo de AT THE GATES sería un refrito de todas estas bandas lejos de conservar el espíritu de los viejos discos de AT THE GATES, editados hace ya demasiado tiempo. Por suerte, tras varias escuchas de “At War with Reality” no puedo sino tragarme mis palabras y calumnias y abrazar un disco como éste con los brazos bien abiertos; AT THE GATES lo han vuelto a lograr.

“At War With Reality” no supone en ningún caso una vuelta a sus raíces si por ello entendemos aquel sonido tan particular que la banda sueca tenía en sus primeras obras como “The Red in the Sky is Ours” o “With Fear I Kiss the Burning Darkness” (amén del violín…). Como era de suponer, AT THE GATES prosiguen donde lo dejaron con “Terminal Spirit Disease” y sobretodo “Slaughter of the Soul”, promulgando ese tipo de Death Metal melódico de la escuela Goteborg anclado en el Thrash y muy dado a la melancolía y la oscuridad sonora. He de reconocer que las 2 primeras escuchas me dejaron un tanto frío; Reconectar con estas viejas sonoridades que dejaron de interesarme hace ya tantos años no fue fácil. Ahora, tras la tercera escucha todo fue rodado y entré en sintonía con los AT THE GATES de toda la vida, aquella banda que a mediados de los 90 nos reventó la cabeza a todos con sus 2 últimas obras.

La banda sueca está en un estado de forma espectacular y me resulta difícil encontrar un solo tema de relleno en este “At War with Reality” más allá de un par cortes al final del disco un tanto más standards. El resto son joyas, unas tras otra, “At War with Reality”, “The Circular Ruins”, “Order from Chaos”, “The Head of the Hydra”, “City of Mirrors”… Temas repletos de todo aquello que hizo grandes a AT THE GATES tales como las melodías de guitarra con ese deje tan característico melancólico suyo, el viejo Tompa desgañitándose como un despiadado, esas partes más atmosféricas a medio tiempo que dan contrapeso a temas cañeros que rozan el Thrash…

Poco queda que añadir. Reuniones y retornos ha habido muchos, pero que den el pego en disco de una forma tan efectiva muy pocos la verdad. Entiendo que para gente de cierta edad es difícil volver a escuchar a una banda que si bien en su día sonaba fresca y original, 20 años después tras miles de discos de bandas intentando sonar exactamente igual a ellos ya no lo hace tanto, es decir, el factor novedad ha desaparecido; el impacto es menor. Este arsenal musical que hacía únicos a AT THE GATES a día de hoy está muy trillado, no obstante, si eres capaz de abstraerte de todo lo que ha sucedido en la escena en las últimas 2 décadas y le das algunas escuchas a este disco, difícil será que no te pongas en situación de poderlo saborear en todo su esplendor.

Grupo:At The Gates

Discográfica:Century Media

Puntuación:8

Votación de los lectores:5