Era imposible que Blind Guardian mantuviesen una carrera tan perfecta y excelsa. Llegaron hasta “Nightfall in Middle-Earth” con un nivel estratosférico y firmando un buen puñado de clásicos por disco. Pero el ansia de querer ir más allá, de la autosuperación, les llevó a rizar el rizo y las cosas se rompieron. Thomen “the Omen”, su baterista de toda la vida, abandonó el barco y la complejidad instrumental unida a las mil instrumentaciones les llevó hacia una vía muerta. De pronto sus trabajos nuevos carecían de excesivo interés y en sus directos se pedían los clásicos. “A Twist of Myth” tampoco levantaría un listón que estaba muy bajo con respecto a sus obras clásicas.

Nos encontramos ya en 2010 y parece que hay un notable intento de recuperar esa senda primigenia, eso sí, sin olvidar tampoco el estatus de riqueza arreglista y complejidad compositiva al que se ha llegado. Podríamos decir que nos encontramos en un término medio entre las obras de los 90 y las del 2000. Siguen manteniendo unos temas largos en los que desarrollar su potencial pero hay un intento de sonar más inmediatos y algo más directos.

Ejemplo de ello es “Ride Into Obsession” que va para clásico. Espectacular estribillo y coros de ensueño. El mimo con el que tratan a los temas es sublime, pero muchas veces uno queda perdido entre tanto coro e instrumentación, que va a ser difícil de reproducir en directo a no ser que sea vía sampler. “Curse My Name” es una balada de ecos celtas y medievales que transita luego por el medio tiempo. Hay instrumentos de cuerda apoyándola pero se agradece que no la hayan recargado en exceso. Otro de los claros retornos a su sonido primigenio es el single “A Voice in the Dark”, metálica, rápida y levemente apoyada por esos coros 100% Hansi.

Obviamente la producción es perfecta y permite la apreciación de los infinitos detalles de la banda. Otro tema absolutamente brillante es “War of Thrones”, inspirada en la saga de George R.R. Martin que va camino de ser la mejor saga de inspiración fantástica-medieval después de la de Tolkien. Su estribillo parece que está destinado a perdurar y ese toque medieval posee un potencial espectacular. Por otro lado está Sacred Worlds” tema que abre el compacto y que se inicia al estilo Rhapsody, con la ampulosidad de una orquesta. Representaría la onda más completa y recargada, pero no por ello estaría exenta de calidad, ni mucho menos. Casi 10 minutos de montaña rusa de tempos y virguerías (ya la conocíamos del videojuego “Sacred”).

“Tanelorn” está a medio camino entre el “Nightfall” y el “A Night at the Opera”, pasajes rápidos y coros ampulosos más numerosos cambios. También cabe subrayar el alto nivel de voz de Hansi en este tema, que será difícil de defender en directo. Finalmente finalizan con un tour de force llamado “Wheel of Time” en el que muestran su cara más recargada y barroca en la que se adentran en cumbres y valles al más puro estilo “And Then There Was Silence”.

Esperemos que el disco cale en sus muchos seguidores y estos vean en él grandes indicios de recuperación. La banda parece que se ha esmerado en ello y se ha comedido a la hora de sobrecargar en exceso las composiciones. A veces no hace falta demostrar lo buenos músicos que son, pues para tocar la fibra muchas veces el restar es mejor que el sumar. Hay muchos temas que pintan de maravilla de cara al directo y creo que hemos ganado un buen puñado de clásicos. Tal como estaban las cosas… quizá es lo mejor que podía pasar. Bueno, eso y el hacer un disco con sus clásicos con orquesta. Ya tardan.

Jordi Zelig Tàrrega

Grupo:Blind Guardian

Discográfica:Nuclear Blast

Puntuación:8

Canciones:

  1. "Sacred Worlds"
  2. "Tanelorn (Into the Void)"
  3. "Road of No Release"
  4. "Ride Into Obsession"
  5. "Curse My Name"
  6. "Valkyries"
  7. "Control the Divine"
  8. "War of the Thrones" (piano version)
  9. "A Voice in the Dark"
  10. "Wheel of Time"

Año:2010