Ars Nova: Ars Nova

Todo un reto el de intentar despuntar con una banda de heavy clásico en tierras catalanas, pero Ars Nova, antes Mazo, sacan a la luz un disco profesional tras muchos años de idas, venidas y horas en locales de ensayo. Destaca especialmente que la producción está a la altura de las circunstancias y que el material con el que cuentan es más que notable.

Como fallo importante es que el gran trabajo de guitarras a cargo de Dani Alonso, Carlos Sierra y el propio Alex Vijande tapan algo la voz de este último, y eso que el chico posee unos grandes registros dentro de la escuela clásica. Musicalmente las influencias son dispares aunque definidas y claras. Saratoga, Helloween, algo de la vertiente progresiva, algo de neoclásico y un buen saco de ilusión. Algunos pueden ver aquí una falta de estilo clara, pero la verdad es que la combinación de todos ellos da al disco una frescura imprescindible para un debut, pues muchos caen en una linealidad que los sentencia ya de entrada.

Podemos entrar a destacar la happy “La vida eterna”, bien repuntada por los teclados y con esas guitarras que juegan con melodías a lo Helloween. Otra que merece gran atención es “Ars Nova”, toda una declaración de intenciones y una demostración de la calidad instrumental de la banda. Puro desarrollo progresivo de más de ocho minutos a lo Dream Theater.

Cabe reconocer lo trabajadas que están las composiciones, especialmente por el desarrollo constante de guitarras que no dejan de lucirse y trabajar sin dejar huecos. A pesar de ello el bajo no se limita a acompañar y va soltando destellos y melodías interesantes. “Corazón de lujuria” es un inmejorable ejemplo de todo ello. Atención al riff de entrada inquietante de la larga y compleja “Distopía”, mucho más oscura.

Siguiendo con el variado menú de estilos de este plato combinado que es “Ars Nova” encontramos unos excelentes ejercicios neoclásicos en “Sonrisas ignorantes”, realmente logrados y una balada llamada “Renacer”. En “Lágrimas de sangre” vuelven con la vertiente más Helloween y con un Álex que se desmelena soltando largos agudos. Personalmente, la que más me ha gustado.

La verdad es que la banda tiene cierta personalidad en un momento en el que quizá sea lo más buscado, pero puede que les haya faltado “el tema”, ese buque insignia o bandera que permita ondear y darles a conocer. La producción siempre será mejorable, pero recordemos, estamos en un primer paso discográfico, por lo que las muchas deficiencias esperables aquí, afortunadamente se han visto más que subsanadas.

Ahora les toca pasearlo por revistas, webs y directos, y a ver si obtienen la suerte que merecen, amiga siempre esquiva de las bandas de metal catalanas. ¡Y es que sé de muchos heavies que este año han ido más a Canaletes que a conciertos de bandas de la ciudad!