Blindfall: All for Nothing

Si el segundo disco es el de la confirmación, ¿qué supone el tercero? En esa encrucijada se encuentra BLINDFALL con ‘All For Nothing’. Las buenas maneras apuntadas por el cuarteto de Granada en ‘BeSide’ siguieron con ‘Scars and Secrets’, y deberían aumentar con esta obra. ¿Lo hacen? Claramente, tanto por calidad como porque a cada paso que han dado han sabido buscarse un sonido característico, una seña de identidad que tan difícil es tener hoy en día, más en un estilo como el rock alternativo que tantas variantes puede tener.

El mejor halago que se me ocurre para el álbum es que suena a otra época. Ese inicio frenético con ‘Restart’ da cierta suciedad a su sonido que hace que todo suene de manera muy natural, que se sienta la música. Pronto el riff principal desaparece para dejar el espacio a la voz de Inga, que en muchos momentos se convierte en la protagonista de este trabajo, y los cambios de ritmo de la apertura se convierten en una constante. ‘No’ sigue esos patrones rápidos en sus dos minutos para seguir con la descarga de energía, mientras que para ‘Welcome’ se dejan empapar por ritmos arábicos de inicio, que claramente hacen recordar a SYSTEM OF A DOWN, más aún con la manera de desarrollar el tema; de las más curiosas y logradas.

El disco va pasando en un suspiro, de la mano de ‘Alive’, que con su melodía se hace pegadiza desde el primer momento, con los múltiples efectos de ‘RIP’ (donde vuelven los cambios de ritmo), con la atmósfera más oscurilla de ‘Alone’… El disco se convierte a estas alturas en una especie de viaje (no muy largo), que aunque se avise con un ‘Ending’ en una de las canciones (de las más crudas y con las guitarras más graves y cercanas al metal), aún guarda dos piezas antes de terminar. ‘Destination Us’ bien podría haber cerrado el álbum, pues es una balada que tiene todos los elementos que tanto me gustan para que llegue la calma tras la tempestad; pero aquí quién marca el final por completo es ‘WWW’, que vuelve a la locura del inicio del trabajo, además de traernos la colaboración de Mart de ESTIRPE.

Media hora para nueve canciones, no necesitaban más. Está claro que algo tan corto deja con ganas de más, pero mejor una dosis pequeña y en condiciones a hacerse pesados. Un grupo más que da “todo por nada” en el difícil mundo de la música (de este país); un paso más allá en su carrera, pero que esta vez tiene pinta de gigante con respecto a los anteriores; muestra de ello es que han querido llamar la atención desde la portada; simple (un fondo amarillo), pero efectiva.