Alice Cooper: A Paranormal Evening At The Olympia Paris

Después del exitoso ciclo de gira de “Paranormal”, era casi necesario que Alice Cooper editase un disco en directo que sirviese de recuerdo.

Evidentemente, un disco en directo de Vincent Fournier a estas alturas tiene la misma capacidad de sorprender que uno de sus directos -una obra de teatro ensayada y representada a lo largo de los últimos casi cincuenta años por todo el mundo. Pero la capacidad de Cooper para mantenerse en forma a sí mismo y al reparto que le acompaña a lo largo y ancho de todo el planeta hacen que sea del todo imposible no prestar atención a un trabajo como este.

Cooper tiene dos cosas a su favor respecto a muchos de los artistas que le son congéneres. Por un lado, la dificultad media-baja que implica cantar sus canciones, las cuales siempre han tenido más de interpretación teatral y de rasgado vocal que de perfección lírica y gorgorito pirotécnico. Así pues, con setenta años, Alice puede hacer interpretaciones totalmente creíbles e íntegras de cualquier canción de su repertorio. Nada de chirriar como los Coverdales, Stanleys o Gillans del mundo. La interpretación de Cooper es tan fuerte y personal en 2018 como lo era en 1990. Por otro lado, la banda de Alice, en continua fluctuación a lo largo de los años, y el respeto que comanda Cooper en este negocio, hacen que siempre sea capaz de contar con una selección de músicos jóvenes, motivados y altamente profesionales que son capaces de imprimir fuerza y excelencia a las canciones clásicas.

Una banda bien engrasada

En este directo grabado en el Olympia de Paris durante el último show de la gira de “Paranormal”, Cooper cuenta con los ya habituales Chuck Garric y Ryan Roxie, columna vertebral de su banda de directo desde hace dos décadas prácticamente, además de Tommy Henriksen y Glen Sobel y la guitarrista estrella del momento, Nita Strauss. Este grupo hace una representación perfecta del catálogo de hits de Cooper a lo largo de las 18 pistas de este sónicamente óptimo directo. Nada de directos guarros grabados desde la mesa de sonido en plan rápido y cutre: “A Paranormal Evening” tiene un sonido bueno, limpio y bien ecualizado, tanto en los temas más duros como “Brutal Planet” como en los clásicos setenteros de la talla de “I’m Eighteen”. Un show, cabe recordar, clavado al que el legendario artista hizo en el Rock Fest Barcelona de 2017, donde fue uno de los cabezas de cartel más destacados.

Teniendo en cuenta que se trata del cuarto disco en directo de Alice Cooper de esta década, las sorpresas son pocas. El setlist de la gira, tan bueno y tan incompleto como todos los de cualquier artista con semejante trayectoria, es una buena representación de la carrera de Cooper aunque ningunea mucho tanto su disco más reciente como joyas recientes de la talla de “Dirty Diamonds” o el muy querido “The Eyes of Alice Cooper”. Si hay que criticar algo es la aversión de Cooper a rememorar algunos de sus mejores momentos de la época lite-metal de los 80, con temazos como “Spark in the Dark” o “House of Fire”. Pero, claro, ¿qué deja fuera? ¿”Under My Wheels”? ¿»Cold Ethyl»?. Como sucede con Kiss, AC/DC o muchas otras bandas, hay secciones completas de un concierto que ya vienen dadas y son inmutables pasen los años que pasen. En ese sentido, Cooper es conocedor de que el público viene a lo que viene y quiere lo quiere. Y si por algo Cooper sigue estando bien arriba en este negocio es por dar siempre lo que de él se espera.

Un disco en directo que debe verse más como una celebración de su legado que como cualquier otra cosa. El fin de show con “I’m Eighteen” y “School’s Out” entre explosiones te explicará todo lo que necesitas saber de Alice Cooper en caso de que sea tu primer contacto con él.