Manzano: Al Límite de la Pasión

MANZANO es uno de los mejores exponentes del trabajo de copiar-pegar que se hacía en España a finales de los ’80. Una banda que intentaba ser algo así como un clon cañí de WHITESNAKE, con el personaje de David Coverdale encarnado en Jose Antonio Manzano, un apto vocalista que fue tragado por la tierra unos años más tarde cuando tras el fracaso del proyecto se marchó a Suiza para formar parte de EMERGENCY y desapareciendo en el olvido poco después.

Jose Antonio Manzano había sido miembro de bandas destacables de la escena rockera española, algunas de ellas como TIGRES DE METAL o ZERO menos conocidas. Su gran momento vino cuando se unió a BANZAI alrededor de 1984, tras la salida de Valentín del Moral y Larry. Manzano se presentó oficialmente como vocalista de BANZAI en el mítico festival MAZAROCK, ahora recuperado bajo el nombre Leyendas del Rock. La inevitable caída libre del negocio rockero en España hacia mediados – finales de la década de los ’80 provocó la desbandada general en BANZAI, con la despedida de la banda llevándose a cabo en el año 1985. Pese a una breve reunión en el año 1987, el destino ya estaba escrito y BANZAI nunca volvieron a la acción. Por ello, Jose Antonio Manzano se buscó la manera de seguir adelante con su carrera.  Y con los pelos crepados y el hard-rock más americanizado por bandera, nació MANZANO.

La banda se puso en marcha en el año 1988 y fue entonces cuando se firmó un contrato con el sello GBBS Records. El sello grabó un primer disco homónimo que meses más adelante, ya en 1989, sería editado en inglés para intentar convencer más allá de nuestras fronteras de que en nuestro país no se ignoraba el estallido a nivel mundial del Hard Rock. Y si bien en Los Angeles la cosa ya estaba comenzando a decaer peligrosamente con copias de copias de copias, WHITESNAKE seguían triunfando alrededor del mundo y especialmente en España, donde su visita en 1990 congregó a decenas de miles de personas en algunos recintos.

Por tanto, no es una sorpresa que “Al Límite de la Pasión”, el disco que MANZANO editó en 1990 suene a WHITESNAKE que tira de espaldas. Incluso la fórmula es similar: cantante de voz rasgada junto con guitarrista muy talentoso y con cierta incontinencia instrumental. Hablamos, como no, del infalible Tony Vallés, quien hizo algunos pinitos en MANZANO y cuyas pintas de Hard Rockero del barrio de Bellvitge en la foto promocional de la época son para enmarcar. No obstante, el virtuosismo de Vallés ya era un valor en alza e imagino que para MANZANO, Vallés era su “Steve Vai” particular. No en vano, sus intervenciones en el disco son brillantes. El resto de la formación quedaba redondeada por el guitarra Juan J. Maurel, el batería Ramon Pinyol y el bajista Javier J. Barrecha. La producción artística del disco fue obra de Joan Singla, director de la revista Metal Hammer desde los albores de la humanidad y figura destacada en el panorama musical de los años ’80, aunque probablemente menos ruidoso que Vicente Romero, Mariano García o el Pirata.

Los temas que componen “Al Límite de la Pasión” son justo lo que uno puede esperarse viendo la portada del disco, lo cual puede ser bueno o puede ser malo. En éste caso, y presos de la nostalgia, lo consideraremos como bueno. Un detalle importante y sorpresivo es que al introducir este CD en el ordenador para hacer la presente crítica, el sistema de identificación de cierto programa me ha reconocido instantáneamente los temas del disco. Alguien se ha ocupado, pues, de poner tags a cada uno de los temas de éste disco en algún lugar del mundo. Alguien más ha escuchado el disco de MANZANO desde 1990. Impresionante.

El disco, que incluso en su versión CD está delimitado en el libreto por una “cara A” y una “cara B”, comienza con “Alta Tensión”. Un tema macarra y rockero con un buen sólo de Vallés, aunque probablemente demasiado breve. El riff está totalmente robado de John Sykes, fijo. “Vivelo Hasta el Final” es un single ideal, con puente meloso y estribillo irresistible. Las letras son otro asunto. Es curioso como cuando observa cualquier letra de cualquier canción compuesta en España siente cierta vergüenza ajena, especialmente con todo lo editado antes de 1992, aproximadamente. Pero, siendo sinceros, tambien da cierta vergüenza leerse las letras de POISON del año 1988. Lo único es que hay que traducirlas y no nos damos cuenta de la magnitud del horror.

“Listo Para Atacar” y el tema que da título al disco mantienen el nivel, con riffs muy rítmicos y un Jose Antonio Manzano de voz resultona y proveedora de buenos momentos. Uno de los mejores momentos del disco es, sin duda, “Carne En Movimiento”. Dejando a un lado que las letras parezcan escritas con cierta prisa y sin demasiado amor por hacer algo valido para la posteridad, “Carne En movimiento” es, probablemente, el mejor himno del disco. Le falta el videoclip con rubias tetudas limpiando coches y mojandose sin querer hasta el píloro con la manguera de turno. Desconozco si el video existe pero no me extrañaría que alguien planteara la idea por entonces, en cualquier caso.

El momento en el que la palabra “plagio descarado” cobra verdadero sentido es con “Love On The Run”. A David Coverdale esbozaría una sonrisa de oreja a oreja al escuchar como una banda española hizo un calco tan descarado de “Still Of the Night” de WHITESNAKE y se quedó tan pancha. Ciertamente ¿cómo alguien podía componer semejante canción y tener la conciencia tranquila? Es como cuando copias en un examen y luego te molesta la sensación de culpabilidad al acabar. Me temo que a Jose Antonio Manzano, que aparece en los créditos como compositor del tema, no se le debieron caer los anillos a la hora de efectuar una copia tan burda de la banda británica-pero-americanizada más famosa de finales de los ’80.

Para acabar el disco, un tema un poquito más rápido en forma de “Suficiente Por hoy”. Mirándolo con la perspectiva del tiempo y en tiempos en los que las letras de muchos grupos para una canción son tan largas como las de MANZANO en todo éste disco, “Al Límite de la Pasión” es un disco demasiado vacío y cuya única gracia es escuchar la adaptación española de lo que triunfaba por entonces en el mundo rockero. Más allá, probablemente cualquier elogio sería excesivo.