Revolution Renaissance: Age of Aquarius

Siempre he sido fan del grandullón Tolkki, he amado muchos de sus geniales himnos en Stratovarius y hasta he degustado algunos temas interesantes de su irregular carrera en solitario. Incluso el anterior disco de este proyecto tenía buenos momentos, pero su estrella se apaga, primero locura a locura y ahora disco a disco.

Tampoco podemos decir que se trate de un disco malo, pero queda a medio camino entre sus obras en solitario y los medios tiempos que solía meter en Stratovarius, especialmente esos trabajadísimos pero algo soporíferos. Esos medio tiempos que rompían y destacaban entre baladas y himnos rápidos a la velocidad de la luz. Para mayor inri tampoco están aquí esos teclados de Johansson ni los piques técnicos entre instrumentos que tanto colorido daban.

Es más, si está paseando su madurez compositiva y trata de poner tierra de por medio intentando alejarse del sonido Stratovarius, el hecho de elegir como cantante a Gus Monsanto no es lo mejor, pues su parecido con Kotipelto es más que evidente.

Hay temas interesantes como “Age of Aquarius” o la hipnótica y trabajada “Sins of My Beloved” que gustarán a sus más acérrimos seguidores, pero la cosa nunca termina de despegar. Lo que más destaca es la final “Into the Future”, con un riff totalmente celta que bien podría ser elegida como single y que por momentos me recuerda a algún tema de los geniales Ten. La cruz del disco es “Ixions Wheel” pues no puedo entender como ha fusilado el “Poet and the Pendulum” de Nightwish. El plagio en los versos iniciales es tan descarado que la demanda caerá sí o sí.

Se endurece la cosa en “Behind the Mask” en la que la guitarra de Tolkki es absolutamente protagonista y demuestra lo que siempre le ha caracterizado, un dominio espectacular de su instrumento, pero el corte no tiene ni frescura ni gancho. En la balada “So She Wores Black” es como si Kotipelto estuviera a las voces, sentida, con crescendos e incluso monumental, pero otra vez, muy lejos de lo mejor que ha llegado a componer Tolkki.

Los medios tiempos siguen dominando el disco y “Ghost of Fallen Grace” es otro ejemplo de que la producción es excepcional y el sonido general de las mezclas una maravilla, pero que los cortes, a pesar de estar más que correctos, no terminan por enganchar ni conectar. Si que hay un magno trabajo, pero la cosa nunca termina de despegar.

Visto lo visto dudo que tras este disco haya ninguna Revolución ni veamos un Renacimiento por parte del gigantón nórdico. Disco correcto, muy alejado de lo que representó Stratovarius, sin invitados estelares, con una portada horrible y con dos o tres temas inspirados que puede que todavía nos den algo de esperanza. Eso sí, cuanto peor sean los discos de Tolkki y de los actuales Stratovarius… ¡más cerca estaremos de una reunión!